Pueblos como Cervera de Buitrago, Manjirón o El Atazar hacen que el Valle Bajo del Lozoya ofrezca experiencias inolvidables los 365 días del año. Da igual si vais en pareja, con amigos o incluso solos, pues siempre que os encontréis en esta zona de la Sierra Norte de Madrid tendréis a vuestro alcance la posibilidad de crear recuerdos inolvidables. Y, para muestra, aquí os traemos diez planes sorprendentes que seguro que os hacen tener ganas de ir hasta allí.
Tabla de contenidos
De atalaya en atalaya y tiro porque me toca
Empezamos por un must de la Sierra Norte, el cual también tiene reflejo en el Valle Bajo del Lozoya. Y es que no podéis iros de allí sin visitar algunas de las atalayas y fortalezas que los musulmanes dejaron a su paso por la zona.
Aunque hay varios ejemplos, quizá el más representativo sea la atalaya de El Berrueco, puesto que está en un lugar privilegiado y es especialmente bonita (sobre todo al atardecer). De todos modos, si queréis saber más sobre el tema os hemos preparado un artículo sobre la red de atalayas de la Sierra Norte.
Ir a la playa y navegar a vela en medio de la Sierra Norte
Vamos ahora con algo que seguramente no esperáis si no conocéis la zona. ¿Sabíais que en el Valle Bajo del Lozoya está el único pueblo marinero de la Comunidad de Madrid? Se trata de Cervera de Buitrago, una localidad increíble en la que podéis navegar a vela, hacer paddle surf o simplemente tomar algo en su Centro Náutico.
Esta fantasía se debe a la construcción del enorme Embalse de El Atazar, que modificó el paisaje para siempre. Los habitantes de Cervera de Buitrago no se quedaron de brazos cruzados y gracias a ellos ahora Madrid tiene playa.
Aprender sobre la Guerra Civil
Y del ocio más irreverente a un tema serio y que nunca debería caer en el olvido: la Guerra Civil Española. El brutal conflicto que acabó con miles de muertos y un dictador genocida en el gobierno de España durante cuatro décadas fue especialmente duro en la zona, ya que el control del Valle Bajo del Lozoya abría de par en par las puertas de la capital.
Por doquier veréis búnkeres, trincheras y memoriales, aunque si un lugar es referencia obligada es Paredes de Buitrago. Allí encontraréis un Centro de Interpretación sobre el conflicto, además de la emblemática ruta por el Frente del Agua. Si queréis aprender más sobre el tema, este es vuestro sitio.
Conocer El Atazar a través de su Red de Miradores
Y, hablando de agua, volvemos a poner el foco en el Embalse de El Atazar. Es una masa artificial de agua enorme, la cual alberga casi la mitad del volumen embalsado en la Comunidad de Madrid. Se puede conocer de muy diversas maneras, aunque una especialmente recomendable es su Red de Miradores: puntos estratégicamente localizados para ofrecer las mejores vistas hacia el embalse.
Ir de museos como nunca antes
Ya hemos hablado en su momento de que la Sierra Norte es territorio de museos, pero es que el Valle Bajo del Lozoya es especialmente interesante en ese tema. Si queréis cultivaros un poco, tenéis a vuestro alcance sitios tan interesantes como el Museo del Agua (El Berrueco), el Museo de la Piedra (Manjirón) o el Museo de los Sentidos (Cervera de Buitrago). Vaya por delante que hemos puesto tres, pero la lista de opciones en la zona es muchísimo mayor. La única pega que le ponemos a esto es que no siempre están abiertos, pero si os informáis con antelación podréis visitar estas instituciones únicas.
Degustar la miel artesana de El Jabardo SAT
Nos encantan los proyectos de la Sierra Norte relacionados con la gastronomía. Siempre tienen algo que les hace especiales, como en el caso de El Jabardo SAT. Se trata de una asociación de apicultores que no solo vende sus productos a pie de calle en Robledillo de la Jara, sino que además organiza rutas y eventos relacionados con la producción de miel. Todo ello desde un enfoque sostenible con el medio ambiente y beneficioso para le economía local. ¿Qué más se puede pedir? Quizá no sea la típica recomendación, pero os recomendamos probar la miel de la Comunidad de Madrid. Os prometemos que os sorprenderá.
Visitar todos los pueblos de Puentes Viejas
El despoblamiento lleva a soluciones ingeniosas para aprovechar los escasos recursos que quedan en el medio rural, y Puentes Viejas es fruto de ello. El municipio surgió en 1975 tras la fusión de tres pueblos preexistentes: Manjirón (que, a su vez, había absorbido Cinco Villas en 1850), Paredes de Buitrago y Serrada de la Fuente. Toma el nombre del cercano Embalse de Puentes Viejas.
Nos consta que hay mucha gente que va a Manjirón para hacer senderismo y a Paredes de Buitrago para rastrear las huellas de la Guerra Civil, pero Cinco Villas y Serrada de la Fuente (de la que hablaremos un poquito más abajo) son tirando a desconocidas. Pues bien, nosotros os proponemos visitar los cuatro pueblos en un fin de semana, tiempo más que suficiente para disfrutarlos como se merecen.
Conoce la historia de la Fuente que da nombre a Serrada
Algo que también nos gusta mucho de la Sierra Norte de Madrid es su profundidad cultural. Se trata de una comarca en la que no se pega puntada sin hilo y en la que todo tiene una explicación. Sin ir más lejos, el nombre de Serrada de la Fuente. Para nosotros este pueblo es uno de los más bonitos de la zona, así que cualquier excusa es válida para visitarla.
El apellido «de la Fuente» viene por un simpático suceso protagonizado por uno de sus primeros alcaldes, el cual estaba harto de los problemas para que sus vecinos se abastecieran de agua. Ni corto ni perezoso se plantó en la capital para reclamarla, y cuando le citaron para la audiencia respondió «presente, pero sin fuente».
Más allá de ser una anécdota graciosa, la aprovechamos para meter a Serra de la Fuente en esta lista y recomendaros que le deis una oportunidad, pues seguramente se trate del pueblo con mayor relación desconocido/sorprendente de toda la Sierra Norte.
Busca jopos, los parásitos con forma de espárrago
En prácticamente todas las publicaciones que hacemos sobre la Sierra Norte hablamos de la infinita riqueza de sus ecosistemas. La Comunidad de Madrid se suele asociar a asfalto y rascacielos por la presencia de la capital, pero la zona norte es rural como la que más y en ella es posible encontrar naturaleza en muy diversas formas.
El mejor ejemplo son los jopos. ¿Habíais oído hablar de ellos alguna vez? Se trata de una especie invasora, algo así como un parásito, que tiene el aspecto de un espárrago (aunque de color morado). Cada vez son más frecuentes en los bosques de la Sierra Norte, así que buscarlos puede convertirse en una actividad divertida. Por daros una buena pista, en la Senda de los Prados de Jimena seguro que veis muchos.
Disfrutar de la carretera en la M-127 y la M-133
Y, para terminar, algo de lo que no solemos hablar: las carreteras de la Sierra Norte. En el Valle Bajo del Lozoya, más que en ningún otro lugar, hemos disfrutado conduciendo. Paisajes increíbles, miradores remotos o pueblos que son el premio tras un buen puñado de curvas os esperan en la zona.
No os podéis perder la M-127, que atraviesa de norte a sur el Valle Bajo, así como la M-133 (que va a parar directamente al pueblo de El Atazar). Tomáoslo con calma, eso sí, ya que son carreteras frecuentadas por ciclistas y moteros casi todos los días del año.