Pueblos del Valle Bajo del Lozoya: qué ver y hacer en este rincón de la Sierra Norte de Madrid

Hoy os queremos enseñar todo lo que ver y hacer en los diez pueblos del Valle Bajo del Lozoya. Y es que, después de haberlos visitado todos, tenemos muchísima información que compartir sobre una de las zonas más interesantes de la Sierra Norte de Madrid. Seguid leyendo y descubriréis los motivos por los que estamos enamorados de localidades tan distintas entre sí como El Berrueco, Berzosa de Lozoya o El Atazar.

El Berrueco

Empezamos por El Berrueco, no solo por ser el pueblo más cercano del Valle Bajo del Lozoya a la capital (salida 60 de la A-1) sino porque es una de las grandes rock stars de la zona. Lugar de paso y para quedarse, en su casco histórico encontraréis uno de los ayuntamientos más bonitos de la sierra madrileña, varios museos y la bonita iglesia mudéjar de Santo Tomás Apóstol.

El Berrueco es un sitio con muchísimo ambiente. De hecho, ofrece una de las mejores propuestas gastronómicas de la Sierra Norte, en buena medida gracias a ser lugar de paso habitual en rutas de motoristas y ciclistas.

No podéis dejar de hacer senderismo por los alrededores de El Berrueco, pues allí os esperan un increíble puente romano, una atalaya musulmana y muchas cosas más.

Puentes Viejas

Puentes Viejas es el término municipal surgido en 1975 a partir de la fusión de Manjirón, Cinco Villas, Paredes de Buitrago y Serrada de la Fuente. Toma su nombre del cercano Embalse de Puentes Viejas, aunque realmente no es un pueblo en sí mismo. De hecho, en todos los mapas turísticos lo que viene marcada es la zona en la que la carretera pasa por encima de la presa. Aun así, los cuatro pueblos que forman parte de Puentes Viejas son una auténtica pasada.

Manjirón

La capital de Puentes Viejas es Manjirón, uno de los pueblos que mejor representan todo lo que tiene que ofrecer la arquitectura popular de la Sierra Norte de Madrid. Es un sitio fácil de visitar, en el que la principal referencia es la Iglesia de Santiago Apóstol, construida con materiales de los alrededores. También merece una mención aparte el Lavadero, que actualmente hace las veces de Museo de la Piedra.

Además, desde Manjirón tenéis a mano una bonita ruta por el Embalse de El Villar. Es una de esas que siempre recomendamos cuando nos preguntan por ideas para hacer senderismo en la Sierra Norte de Madrid.

Cinco Villas

Si Manjirón es la capital, seguramente Cinco Villas sea la cara más desconocida. Es un pueblo que recibe muy poquito turismo, aunque la gente que se atreva a ir hasta allí disfrutará de serranía auténtica, sin ningún tipo de edulcorante. No esperéis grandes individualidades, sino un pueblo que en su conjunto está lleno de encanto.

Además, Cinco Villas es el trampolín perfecto para encarar la subida a El Picazuelo, un excelente mirador a los alrededores. Básicamente hay que atravesar un monte de utilidad pública y llegar hasta uno de esos vértices geodésicos en los que tanto nos gusta fotografiarnos. Desde allí, las vistas son sencillamente increíbles.

Paredes de Buitrago

En el caso de Paredes de Buitrago, cualquier mención que se haga a este pueblo acabará pasando tarde o temprano por la Guerra Civil. Su ubicación le hacía una plaza muy cotizada, ya que su control suponía tomar también el mando en los estratégicos embalses de Puentes Viejas y El Villar. Por ello, el conflicto fue aquí especialmente largo y prolongado.

En el propio pueblo podéis visitar un Centro de Interpretación sobre la Guerra Civil, además de tener a vuestra disposición la famosa ruta del Frente del Agua para ir a conocer el terreno (se visitan búnkeres y trincheras).

Serrada de la Fuente

Por último, no os podéis ir de Puentes Viejas sin antes visitar Serrada de la Fuente. En nuestra humilde opinión, se trata del pueblo más sorprendente de la Sierra Norte de Madrid, puesto que es absolutamente desconocido pero a la vez es precioso. De verdad, nos parece increíble que un sitio como este no sea la portada de todas las guías de viaje de la zona.

La principal referencia en el pueblo es la Plaza de la Constitución, un espacio con personalidad propia y que por sí mismo podría justificar un fin de semana en la comarca. En el resto del pueblo encontraréis infinitos rincones con encanto en los que la piedra es la protagonista.

Cervera de Buitrago

Y de la piedra pasamos al agua con Cervera de Buitrago, el pueblo marinero de la Comunidad de Madrid. Lo que antiguamente era un pueblo serrano más pasó a estar en «primera línea de playa», ya que la construcción del Embalse de El Atazar hizo que buena parte de su término municipal quedase inundado. Lejos de venirse abajo, construyeron un embarcadero, pusieron en marcha un Club Náutico y se volcaron en actividades como la navegación a vela o la natación.

Más allá de su estrecha relación con el agua, Cervera de Buitrago es un pueblo con un patrimonio arquitectónico excelente y lleno de sorpresas. Casas tradicionales conviven junto a propuestas más modernas, como el divertido Museo de los Sentidos.

Robledillo de la Jara

El pequeño Robledillo de la Jara también merece una mención, pues seguramente sea el pueblo más distinto a los del resto de la lista. En la Sierra Norte de Madrid los centros urbanos normalmente están colmados por parcelas agropecuarias, en las cuales hay viviendas y edificios auxiliares para el ganado. Sin embargo, allí todo eso está en las afueras, quedando el centro reservado a parcelas mucho más pequeñas (normalmente de gente que se dedicaba a explotar los bosques y que no tenía relación con la ganadería).

Es un pueblo lleno de vida, en el que se pueden encontrar iniciativas tan interesantes como El Jabardo SAT (una asociación que pone en valor la miel), una taberna con un museo etnográfico en la planta de arriba o el Centro de Interpretación de la Micología.

Berzosa del Lozoya

A escasos 3 kilómetros de Robledillo está Berzosa del Lozoya, el noveno protagonista de este artículo. Conocido como el balcón de la Sierra Norte por su privilegiada ubicación, en sus calles encontraréis una morera centenaria, un enorme lavadero o una bonita iglesia del siglo XVII.

Si os apetece estirar las piernas, su ayuntamiento ha puesto en marcha una iniciativa que pone en valor su entorno a través de cuatro rutas de senderismo. Nosotros hicimos la que atraviesa la Dehesa de Berzosa y la del Camino de Carratazar y ambas nos encantaron.

El Atazar

Terminamos con El Atazar pueblo, el que quizá sea el municipio más aislado de toda la Comunidad de Madrid. Llegar hasta él implica recorrer una lenta y sinuosa carretera, en la cual se obtendrán unas vistas maravillosas del embalse homónimo.

Una vez allí, encontraréis un sitio único a más no poder. La Iglesia de Santa Catalina, la Plaza de la Constitución o el Parque de las Eras son algunos de los lugares más destacados. Merece la pena ir hasta allí para comprobar que la magia aun existe, ya que en pocos sitios veréis una atmósfera con tanto encanto como en El Atazar.

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