Qué ver en Robledillo de la Jara, el verso libre de la Sierra Norte de Madrid

Robledillo de la Jara no es el típico pueblo de la Sierra Norte de Madrid. Puede parecerlo, ya que obviamente tiene algunos elementos comunes (como el omnipresente Potro de Herrar). Sin embargo, también tiene una serie de características que le hacen una localidad única, tal y como os vamos a enseñar en este artículo. Puede que no se encuentre entre los destinos más visitados de la sierra madrileña, pero a nosotros nos encantó y os recomendamos sinceramente la visita.

Un pueblo que no sigue la norma

El término municipal de Robledillo de la Jara está atravesado por una barrera montañosa que divide el terreno en dos áreas: al este, con la cuenca del río Riato (uno de los afluentes del Lozoya); y al oeste, hacia la zona de los embalses de El Villar y El Atazar. Esto se traduce en un paisaje de monte bajo, en el que jaras, retamas y pinos de repoblación protagonizan los bosques cercanos.

Decimos que Robledillo de la Jara no sigue la norma porque es un pueblo muy distinto a los de su entorno más inmediato. La mayor parte de los municipios de la Sierra Norte tienen un casco histórico tirando a apiñado, que refleja una larga tradición ganadera y en la que las calles son tirando a estrechas. Normalmente las zonas centrales están repletas de parcelas ganaderas, en las que las viviendas conviven con construcciones de uso agropecuario. Sin embargo, aquí la economía no ha dependido tanto de esa actividad, sino de otras relacionadas con la explotación del bosque (como la fabricación del carbón).

Por eso, el centro está formado por pequeñas parcelitas. De hecho, hay mucho contraste entre esa zona y la periferia, donde si se ve ese tipo de estructura (parcela, vivienda y edificios auxiliares para el ganado) incluso con unas dimensiones más grandes de lo habitual.

Sea como fuere, Robledillo de la Jara es un sitio encantador, en el que también se reconoce el típico carácter de serranía que predomina en el norte de la Comunidad de Madrid.

Turismo en Robledillo de la Jara

Iglesia de San Pedro Apóstol

La prominente Iglesia de San Pedro Apóstol es un buen punto de partida para una visita a Robledillo de la Jara. Está en una pequeña terraza, por lo que es visible desde buena parte del pueblo. Fue construida a finales del siglo XIX sobre las ruinas de un templo preexistente, momento en el cual se aprovechó para darle un toque neomudéjar.

Aunque Robledillo de la Jara no sea el típico sitio, no por ello es un sitio carente de la típica arquitectura popular de la serranía madrileña. Una buena zona para tomarle el pulso a estas construcciones es la Calle San Pedro, aunque cualquier adyacente podría valer.

Eso sí, también os recomendamos ir a la parte baja y visitar la zona de las fincas. Puede que la mayoría alberguen casas modernas, pero os aseguramos que es una zona con mucho encanto y que refleja el carácter del pueblo.

Fuente de la Plaza

No muy lejos de la iglesia está la conocida como Fuente de la Plaza, una enorme fuente de piedra con mucha historia. Fue construida en 1935 y supuso traer agua al pueblo, algo que cambió la vida de Robledillo de la Jara para siempre. Eso sí, pese a su papel clave durante décadas, cuando el agua potable se hizo común en las casas cayó en desuso, quedando prácticamente abandonada. Por suerte, a finales del siglo XX fue restaurada y hoy luce muy buen aspecto.

Ayuntamiento

En la misma plaza de la fuente, aunque en el otro extremo y en un recodo, está el Ayuntamiento de Robledillo de la Jara. Como es habitual en la Sierra Norte de Madrid, se trata de una bonita casa consistorial construida con materiales de la zona.

Potro de Herrar y Pozo Tradicional

Por supuesto, en Robledillo de la Jara hay un Potro de Herrar. Era la estructura típica para trabajar el ganado, ya fuese para herrarle o realizarle curas después de un duro día de labor.

La particularidad aquí es que junto al potro hay un pozo tradicional, puesto en valor para recordar la importancia que tuvo en su momento el aprovisionamiento de agua.

Taberna-Museo Etnográfico

A los pies de la M-127 (la carretera que atraviesa el pueblo) o a pocos metros de ella están algunos de los puntos de interés más destacados de Robledillo de la Jara. Es el caso de la Taberna-Museo Etnográfico, una casa-vivienda decimonónica que ha sido restaurada a finales del siglo XX. En su interior se puede encontrar un bar (planta de abajo) y un pequeño museo etnográfico (planta de arriba).

El Jabardo SAT

En el edificio de al lado está El Jabardo SAT, una pequeña asociación en la que apicultores locales venden sus productos y realizan todo tipo de actividades relacionadas con la producción de miel. Es uno de esos sitios que hacen grande a la Sierra Norte.

Casa de la Cultura

Robledillo de la Jara es, pese a tener apenas 100 habitantes, es un pueblo lleno de vida. El mejor ejemplo es la Casa de la Cultura de la localidad, una construcción moderna pero que suele estar en el centro de todos los eventos que se realizan allí.

Centro de Interpretación de la Micología

También hay sitio para museos en Robledillo de la Jara. El mejor ejemplo es el Centro de Interpretación de la Micología, ubicado sobre un antiguo lavadero. En él podréis aprender muchísimas cosas sobre la recogida y el aprovechamiento de las setas, además de participar en las actividades que organizan durante todos los meses del año.

Museo de Formas de Vida del Pasado

No os podéis perder el Museo de Formas de Vida del Pasado, que recuperó la antigua tejera de Robledillo de la Jara. Además de rehabilitar el edificio, estableció allí un pequeño museo en el que se puede aprender mucho sobre industrias tradicionales como la herrería, la apicultura o la carbonería.

Embalse de El Villar

Por último, a tiro de piedra tenéis el Embalse de El Villar, una de las muchas presas que hay en la Sierra Norte de Madrid. No lo visitamos el mismo día que fuimos a Robledillo de la Jara, puesto que ya hicimos una ruta por El Villar cuando fuimos a Manjirón, pero aun así os lo recomendamos por si no lo conocéis. Realmente vale la pena.

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4 respuestas

  1. En primer lugar, gracias por el reportaje de fotos tan ¡fabulosas! en cuyas respectivas descripciones tampoco tengo nada que objetar. Es decir, lo que es obra enteramente vuestra, impecable. No tanto en lo que concierne al texto informativo general de Robledillo que introducís antes de las fotos, que, deduzco, habéis tomado de publicaciones en las que hace años vengo observando numerosos y verdaderos dislates referidos a Robledillo, los cuales vengo rebatiendo siempre que puedo, Pero parecen ser más creíbles los datos surgidos de autores con grandes dotes de imaginación, de los cuales se nutren quienes los reproducen, He aquí mis objeciones a los vuestros:
    Decís que “… las jaras, retamas y pinos de repoblación protagonizan los montes cercanos”. Pues sí, la jara, omnipresente en todo el término municipal, seguida del romero (que ningún autor menciona, y lo hay en abundancia), pero retamas, prácticamente ninguna, salvo tal vez unas poquitas entre los pinos junto a la presa del Villar; muy contadas en los demás espacios. Y “pinos de repoblación”, sólo en el paraje de Los Vallejos (o sea, en la vertiente del río Riato), desde los años 1960 que se plantaron, y otros pocos en el pinar de Casasola, plantados a principios del siglo XX. En las dehesas (de Arriba y de Abajo) las jaras y romeros conviven con el robledal; y en las últimas décadas, ya sin ganados, ha surgido una frondosa vegetación de ribera a lo largo de los arroyos y vaguadas de todo el término.
    También el casco histórico de Robledillo tira un poco a apiñado, aunque no puedo concretar si tanto como otros de la zona, es decir, de tipo concentrado, sin apenas espacios verdes entre las edificaciones. Y si las calles de Robledillo no son “tirando a estrechas” podría ser, en parte, por el buen hacer urbanístico (llamémoslo así) de las últimas décadas del siglo XX cuando al pavimentar las calles se extinguieron hornos y cortes sobresalientes para dejar más espacio vial; y nada de que el centro haya sido tradicionalmente ocupado por pequeñas parcelas residenciales, y agropecuarias solo en los extrarradios, no. Tradicionalmente, y hasta las décadas de 1960-70, la casi totalidad de viviendas del pueblo, tanto céntricas como no céntricas, contenían en su interior establo para caballerías, salvo las viviendas con corral que, estas sí, tenían adosado el pajar, las cortes de los cerdos o el gallinero, en cuyo caso el corral disponía de su correspondiente muladar; pero también en el centro del pueblo, no solo en las afueras. Concretamente esto ocurría en el fondo de saco de la plaza de TVE a su poniente. Y ocupando aproximadamente el espacio de entre esta plaza y el actual Ayuntamiento, en lo más céntrico del pueblo, estuvo el Corral del Concejo en el que se encerraron a diario los gorrinos de todo el pueblo hasta la década de 1970. Donde sí eran edificaciones exclusivamente agropecuarias (sin vivienda) era en la zona cimera del pueblo, entre la calle Jesús del Valle y las eras, pues la casi totalidad de ellas en ese espacio eran encerraderos de cabras y ovejas.
    Con respecto a que en Robledillo la economía no ha dependido tanto de la actividad agropecuaria como, por ejemplo, del carboneo, espero que alguien nos demuestre de qué pueden haber (mal) vivido nuestros padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos y demás antepasados, sino de un hatajito de cabras u ovejas por familia más unas pocas tierras labradas con el arado romano de las que apenas se lograba trigo y centeno para autoconsumo. Porque el carbón, poco ha podido dar; baste como ejemplo que en el catastro de Ensenada se habla de una rentabilidad de 2020 y 700 reales por el de las respectivas dehesas de Abajo y de Arriba, cada 20 o 25 años.
    Finalmente, repito: ¡Maravilloso reportaje!

    1. ¡Guau! Nunca nos habían dejado un comentario tan completo 🙂 Agradecemos tus palabras y pedimos disculpas por cualquier imprecisión. Este es un blog de viajes sin ánimo de lucro, que escribimos en nuestro tiempo libre con la única intención de ayudar a otros viajeros. Obviamente no hacemos una tesis sobre cada destino al que vamos, por lo que tiramos de oficinas de turismo, wikipedia, guías de viajes y cosas así para documentarnos. En cualquier caso, comentarios como este aportan mucho valor y completan nuestros artículos, así que estamos muy agradecidos.

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