La Senda de los Prados de Jimena (Cervera de Buitrago)

Vamos con una ruta de senderismo en Cervera de Buitrago que realmente nos dejó sin palabras. Y es que, en un pueblo en el que todo gira entorno al Embalse de El Atazar, no esperábamos un recorrido de montaña tan variado y lleno de posibilidades. Si estáis por la zona y tenéis dos horas libres, no lo dudéis y recorred la Senda de los Prados de Jimena, porque os aseguramos que os va a encantar.

Cervera de Buitrago más allá del Embalse de El Atazar

A veces los árboles no dejan ver el bosque. En este caso, el Embalse de El Atazar se lleva todos los focos en las inmediaciones de Cervera de Buitrago. Sin embargo, los alrededores del pueblo tienen mucho más que ofrecer que deportes acuáticos y paseos junto a la orilla del embalse.

Es el caso de esta ruta, que se adentra en la montaña, la recorre de arriba a abajo y pone en valor el ecosistema propio de esta zona de la Sierra Norte de Madrid. Decenas de especies vegetales y animales os están esperando.

Además, pese a que en la ruta la presencia del embalse es puramente testimonial, desde las zonas más altas del recorrido disfrutaréis de unas panorámicas sensacionales de algunos de los brazos de El Atazar. Salvando las infinitas distancias, es lo más parecido que se puede ver a un fiordo en la Comunidad de Madrid.

Nuestra experiencia: sencilla y variada, pero con muchas cuestas

Como os decimos, la ruta nos sorprendió mucho, así que queremos contaros cómo fue con todo lujo de detalles.

Lo primero que hay que decir es que empezamos en la iglesia de Cervera de Buitrago, desde donde fuimos hacia la parte alta del pueblo (la referencia es la Plaza de las Arcas). Una vez más, os recomendamos un buen paseo por esta bonita localidad de la Sierra Norte, ya que está repleta de rincones con encanto.

Nada más salir del pueblo empezaréis a ver todo lo que el entorno de Cervera de Buitrago tiene que ofrecer. Hablamos de sauces, fresnos, quejigos, robles, zarzas, rosales y majuelos, así como las omnipresentes jaras (que hacen que todo huela tan «a campo») y grandes campos de romero. También veréis, si prestáis atención, jopos, unos parásitos similares a los espárragos pero de color morado.

Para que conozcáis bien toda esa fauna, las autoridades pertinentes han dispuesto paneles informativos a lo largo y ancho de todo el recorrido. Puede que algunos no estén en el mejor estado de conservación posible, pero este tipo de iniciativas siempre se agradecen.

La ruta tiene bastantes subidas y bajadas, acumulando un desnivel positivo de unos 170 metros. No es que sea la más dura del mundo, pero si vais a hacer varios senderos en el mismo día no la dejéis para el final o se os hará muy dura.

El terreno se hace también bastante escarpado por momentos. No es peligroso, pero llevad un buen calzado e id muy atentos para no tener ninguna sorpresa.

¿Más cosas a destacar? La primera que nos viene a la mente es el colmenar tradicional que nos encontramos, construido a partir de troncos de árbol huecos y lajas de piedra. Es muy parecido al que contemplamos unos meses atrás en la Senda de Molino a Molino de La Hiruela.

El camino tiene muchos rincones con encanto, como un pequeño puente que sortea el Arroyo de Valdehierro.

Por cierto, id muy atentos a los postes y señales de color rojo que marcan la ruta. En algunos momentos se va en paralelo a la popular Senda del Genaro, y lo más lógico parece ir por ella, pero en realidad el camino va por otros cauces.

Lo mismo pasa al transitar cerca del Camino de los Horcajuelos, otra ruta muy popular en la zona: se va en paralelo, pero no necesariamente hay que recorrerlo.

A mitad de camino vimos un pequeño abrevadero, perfecto para hacer una paradita junto a él y reponer fuerzas. Lo mismo se podría decir al pasar cerquita de un puente de piedra, pues hay unas enormes encinas que dan sombra y que bien servirían para descansar un rato bajo su sombra.

En las posiciones más altas veréis, en la lejanía, uno de los brazos del Embalse de El Atazar. Como ya hemos dicho antes, y salvando las enormes distancias, es un paisaje similar al de algunos fiordos del norte de Europa.

El tramo final lleva hasta el Arroyo del Vallejo del Saz, desde donde llegaréis a un Azud de Decantación: una pequeña presa que sirve para retener el agua y que los sedimentos que se transportan no acaben colmatando el embalse.

La ruta es de ida y vuelta, así que os tocará volver por el mismo camino. Sin embargo, no se hace nada pesado. Como el recorrido tiene constantemente subidas y bajadas, volver a hacerlo pero en sentido contrario os hará tener una perspectiva totalmente distinta a la de la ida.

Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos

📍 Punto de inicio: como en el resto de rutas en Cervera de Buitrago, empezamos desde la Calle de la Iglesia. Allí podéis dejar el coche y empezar a caminar.

📏 Distancia / desnivel: son 2,5 kilómetros ida y otros tantos de vuelta. El desnivel positivo es de casi 170 metros.

💪 Dificultad: no es la ruta más difícil del mundo, pero es cierto que hay que subir muchas cuestas y en algún momento el camino se torna estrecho y ligeramente resbaladizo. Sin embargo, con unas buenas botas de montaña y yendo con cuidado podéis completarla sin problemas.

⏲️ Duración: entre ir y volver son dos horitas, quizá un poquito menos.

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