Qué ver en Dublín en un fin de semana: guía turística para 48 horas en la capital de Irlanda

Viajar a Dublín en un fin de semana supone llevar a cabo una de las mejores escapadas de fin de semana que se pueden hacer en Europa. Es una ciudad perfecta para 48 horas: con mucho que ver concentrado en poquito espacio, con una cultural super animada y con una nighlife en la que nunca falta la música en directo. Acompañadnos en esta guía turística, en la que os enseñaremos las 20 visitas imprescindibles que hacer en la capital de Irlanda y cómo distribuirlas en un finde.

Introducción: una gran capital europea en tamaño de bolsillo

Ubicada en el este de Irlanda, justo en la desembocadura del río Liffey, Dublín es la capital de la isla esmeralda. Tiene todo aquello que se podría esperar de una gran capital europea: museos, calles comerciales infinitas, zonas verdes estupendas para pasear al atardecer, monumentos históricos, una propuesta gastronómica con mucha personalidad… Sin embargo, ofrece todo ello en unas dimensiones realmente asequibles, perfectas para moveros a pie durante todo el fin de semana si así lo consideráis.

En esta guía os vamos a enseñar lo fácil que es llegar a Dublín, ya que encontraréis vuelos low cost tanto a diario como en los fines de semana. También os vamos a mostrar 20 visitas imprescindibles, en qué época ir, dónde alojaros o qué comer. Vamos, que lo tenéis todo en un mismo post.

Hablamos de una ciudad que os acogerá con los brazos abiertos, en la que siempre hay cosas para hacer y con un montón de elementos reconocibles. Al fin y al cabo, la urbe es escenario habitual de cine y televisión, por lo que os sorprenderá lo familiares que resultan muchos rincones.

Cómo llegar y cómo moverse

Dublín, la capital de los vuelos low cost

Los vuelos a Dublín son frecuentes y muy económicos durante todo el año. Tened en cuenta que Rynair, la aerolínea low cost europea por antonomasia, es irlandesa, por lo que prácticamente todos los países en los que opera están conectados con Dublín.

También hay muchas conexiones entre España y Dublín mediante Aer Lingus, la aerolínea de bandera de Irlanda. Por supuesto, tampoco faltan otras como Iberia. Vamos, que muy mal se os tiene que dar para no encontrar vuelos ida y vuelta a Dublín por menos de 100€ durante casi todo el año. Si buscáis bien, incluso podéis adquirirlos por la mitad o menos.

Autobuses, tranvías y Uber

Una vez lleguéis a la capital de la isla esmeralda, moverse por allí no será complicado. Es llamativo que la ciudad no tenga metro siendo una capital europea, pero la verdad es que no le hace falta. Sus dimensiones son reducidas y cuenta con una excelente red de autobús y de tranvías (conocidos como Luas). Las tarifas son bastante asequibles y funcionan durante todo el día.

Además, en Dublín operan hasta 16.000 taxis y vehículos VTC, por lo que tampoco tendréis problemas para llegar del punto A al punto B si no queréis coger un transporte colectivo. Nosotros tiramos de Uber bastantes veces en este viaje y las tarifas eran razonables, incluso para ir al aeropuerto.

Turismo en Dublín: qué ver en dos días

20 visitas imprescindibles en Dublín

Kilmainham Gaol

Empezamos con este top 20 de cosas que ver en Dublín con la visita a Kilmainham Goal, la mítica cárcel que ha aparecido muchas veces en series y películas (el ejemplo más destacado es En el Nombre del Padre). Es un lugar sobrecogedor, al que solo se puede acceder mediante visita guiada y que es absolutamente clave para comprender la historia reciente de Irlanda.

O’Connell Street

Seguimos con O’Connell Street, una de las calles más animadas de la ciudad. Presume de ser la calle más ancha de toda Europa, ofreciendo en ambos lados edificios como teatros, tiendas o museos. Mención aparte merece The Spire, una aguja de acero inoxidable que se encuentra entre las más altas del mundo.

Temple Bar

El barrio de Temple Bar quizá sea el más emblemático de la ciudad. En él se concentran los pubs, restaurantes y cafeterías con más encanto de Dublín, compitiendo entre sí por tener la fachada más irlandesa de Irlanda. Merece la pena ir a cualquier hora, aunque por la noche es cuando más apetece: música en directo, cerveza corriendo a mares, gastronomía local… ¡Mejor imposible!

Aprovechad que estáis en el barrio para acercaros al río y cruzar algunos de sus puentes, como el mítico Ha’Penny Bridge (Puente del Medio Penique).

City Hall

Cerca de Temple Bar está el Ayuntamiento de Dublín (City Hall), un edificio que representa a las mil maravillas la arquitectura imperante a finales del siglo XVIII. Es obra de Thomas Cooley, originalmente fue utilizado por los comerciantes de la ciudad y en la actualidad alberga la casa consistorial de Dublín.

Christ Church o Catedral de la Santísima Trinidad

También a pocos pasos de allí está Christ Church, el nombre por el que se conoce a la Catedral de la Santísima Trinidad de Dublín. Pese a lo antiguo del templo, la mayor parte de su aspecto se debe a la reforma de estilo neogótico de finales del siglo XIX. Hay que pagar para entrar, pero merece mucho la pena.

Dublinia

Justo enfrente de Christ Church está Dublinia, el museo más interactivo de la ciudad de Dublín. Básicamente propone a sus visitantes viajar en el pasado, para retroceder hasta dos épocas distintas: la vikinga y la medieval. Podréis entrar en antiguos hogares, poneros sus ropajes y aprender de una manera eminentemente práctica cómo era la vida antaño.

Castillo de Dublín

Mismo aprendizaje podréis realizar visitando el Castillo de Dublín. Puede hacerse tanto por libre como en visita guiada, teniendo en su interior una buena colección de artes decorativas. No os perdáis tampoco Dubh Linn, el jardín que tiene en el exterior.

Catedral de San Patricio

El otro gran edificio religioso de Dublín es la Catedral de San Patricio, considerada la iglesia de referencia para todos los habitantes de Irlanda. Es un edificio enorme y majestuoso, en cuyo interior podréis seguir las huellas de personajes tan ilustres como Jonathan Swift (que fue deán allí durante varias décadas).

Por cierto, junto a la iglesia está el agradable Saint Patrick’s Park, un espacio verde que no suele salir en las guías pero que merece mucho la pena.

Estatua de Molly Malone

Dublín es una ciudad llena de historias, aunque hay una que destaca por encima de ellas: la de la buena de Molly Malone, una supuesta vendedora de berberechos y mejillones que por la noche era prostituta. La canción que narra su historia, compuesta por James Yorkston en 1880 y reinterpretada un siglo después por The Dubliners, es uno de los grandes himnos de la ciudad. Dicen que tocarle los pechos a su estatua trae buena suerte.

Grafton Street

Relativamente cerca de Molly Malone encontraréis Grafton Street, una bulliciosa calle comercial peatonal que os conectará con el resto de capitales europeas. Si lo vuestro es ir de shopping, sin duda esta es una de las referencias imperdibles en la ciudad de Dublín.

St Stephen’s Green

En Dublín también hay tiempo para alejarse del asfalto y disfrutar de un buen parque. Uno de los mejores es St Stephen’s Green, cuyo rediseño en el siglo XIX le convirtió en una zona de lo más apetecible para dar un buen paseo a cualquier hora del día.

Merrion Square Park

Tampoco se queda atrás Merrion Square Park. Pese a tener la mitad de tamaño que el anterior, en sus caminos interiores encontraréis un montón de sorpresas. Su punto más visitado es el Memorial a Oscar Wilde, que sirve para rendir homenaje al mítico dramaturgo irlandés.

Museos Nacionales

Junto al parque anterior encontraréis una estupenda triada de Museos Nacionales, formada ni más ni menos que por la Galería Nacional de Irlanda, el Museo Nacional de Arqueología de Irlanda y el Museo Nacional de Historia Natural de Irlanda. Los tres son gratuitos y de lo mejorcito de Europa en sus respectivos campos.

Trinity College

Yendo hacia el norte llegaréis hacia el Trinity College, la universidad más antigua, popular y prestigiosa de Irlanda. Fue fundada en el siglo XVI y desde entonces es una institución conocidísima a nivel mundial. Podéis pasear por su campus, aunque también visitar su espectacular Biblioteca. En ella destaca especialmente The Book of Kells, uno de los libros más valiosos de la humanidad.

Casa de Aduanas

Si vais hacia el río Liffey, hay un edificio que brilla con luz propia: la Casa de Aduanas (Custom House). Es su edificio neoclásico más famoso, destacando por su espectacular fachada, su cúpula de bronce y las dimensiones colosales de ambas.

Memorial de la Hambruna

Del lujo y la opulencia pasamos a todo lo contrario, pues a solo unos pasos de allí está el Memorial de la Hambruna. Recuerda los tiempos más oscuros de la ciudad, pues durante la Gran Hambruna Irlandesa (conocida también como la Hambruna de la Patata) la vida se puso muy cuesta arriba. Fue entre 1845 y 1849, cuando literalmente no había nada que comer. Uno de sus efectos fue la diáspora irlandesa, pues mucha gente tuvo que irse a otros lugares del planeta. Debido a esta época, hoy hay más de 80 millones de descendientes de Irlanda repartidos por sitios como Australia, Canadá o EEUU.

EPIC Museum

Precisamente por eso, junto al memorial está el EPIC Museum, el Museo de la Emigración Irlandesa. Es una de las instituciones culturales más relevantes de Dublín, merece la pena que lo visitéis si está por allí.

Desde el museo veréis la desembocadura del río Liffey, en cuya silueta destaca el barco The Jeanie Johnston, réplica de los barcos que llevaron a los que huían de la hambruna a América.

Guinness Storehouse

Cambiando a temas más amables, una visita obligada en Dublín es la Guinness Storehouse. Se trata del cuartel general de la legendaria cerveza irlandesa, donde no solo podréis conocer su historia sino también degustarla como auténticos expertos.

Destaca especialmente The Gravity Bar, el bar que tienen en la azotea. Desde lo alto podréis disfrutar de la que, sin lugar a dudas, es la mejor panorámica de Dublín.

Jameson Distillery

Y si lo vuestro es el whiskey en vez de la cerveza, no podéis perderos la Jameson Distillery. Fundada por John Jameson en 1780, se trata del lugar en el que durante dos siglos se elaboró su delicioso néctar. Allí también podréis conocer su historia y degustarlo como corresponde.

Phoenix Park

Por último, Dublín cuenta con uno de los parques urbanos más grandes de Europa. Nos referimos al extraordinario Phoenix Park, en cuyas 700 hectáreas viven decenas de ciervos y gamos. A poco que paseéis por allí seguro que os cruzáis con estos adorables animales.

Cómo organizar la ruta

Dublín es una ciudad perfecta para un fin de semana. Sus dimensiones son más que asequibles, todo está bastante juntito y hay buenas opciones en los alrededores.

A modo de referencia, nosotros pensamos que un día es más que suficiente para recorrer todo el centro. Nosotros dedicamos el primer día (sábado completo) recorriendo O’Connell Street, atravesamos Temple Bar, fuimos a las dos catedrales y al castillo, pasamos a Grafton Street, vimos tanto St Stephen’s Green como Merrion Square Park, entramos a Trinity College y después apuramos la zona del río Liffey.

Para el segundo día nos movimos por las zonas un poco más alejadas del centro, yendo tanto a Guinness Storehouse como al Phoenix Park. Si os gusta mucho el whiskey podéis ir también a Jameson Distillery, o volver al centro para hacer las últimas compritas y visitar aquello que se os haya quedado pendiente.

Por cierto, existe la típica tarjeta turística que incluye el acceso a los principales edificios y monumentos. Es la Dublin Pass, que está en formatos de 1 a 5 días. Nosotros hicimos cuentas y no nos compensaba para todo lo que queríamos ver en ese fin de semana, pero echadle un ojo por si a vosotros si os resultase rentable.

Consejos generales para viajar a Dublín

Vamos ahora con unos cuantos consejos generales para viajar a Dublín, perfectos para primerizos pero también para tener en cuenta en caso de que estéis regresando a la ciudad:

  • Dublín tiene el tamaño perfecto para un fin de semana, pero también os pondrá en disposición de visitar algunas de las principales atracciones de la isla de Irlanda. Cuantos más días podáis ir allí, mejor.
  • Es una ciudad más cara de lo que pudiera parecer. Podéis ir muy a lo low cost, pero en las zonas céntricas los precios están disparados por el turismo.
  • El tiempo es súper cambiante, en un mismo día podéis ver el sol, la lluvia y el granizo varias veces. Esto complica un poco la maleta, pero mejor ser precavidos.
  • Aunque no os guste demasiado salir por la noche, no podéis perder de vista que los pubs y su música en directo es una de las principales actividades a realizar. No hay viaje que esté completo sin al menos tomaros una pinta en un pub irlandés.
  • Se suele poner el acento escocés como ejemplo de complicado, pero el acento irlandés es realmente difícil de entender. Si tenéis un buen nivel de inglés no habrá problema, pero si vais justitos seguramente no entendáis nada de nada.

¿En qué época ir?

Todas las épocas son buenas, vaya eso por delante. Sin embargo, hay particularidades que hay que tomar en consideración.

Durante los meses fríos del año (de octubre a marzo), los días son bastante cortos. Que no os extrañe que se haga de noche al poquito de pasar las cuatro de la tarde. La vida sigue, sobre todo en los pubs, pero claramente es algo a considerar.

Al margen de eso, el tiempo no es especialmente peor que en la otra mitad del año, pero la temperatura es más baja. Puede ser interesante si estáis buscando viajes low cost.

Por el contrario, en los meses cálidos del año (de abril a septiembre) tendréis muchas más horas de luz, pero también estaréis ante una versión más caótica y agobiante. Preparaos para ver gente de todas partes y que los precios sean más elevados.

Por suerte, esto se traduce también en un montón de eventos, como conciertos o ambiciosas exposiciones temporales en los museos de la ciudad.

Alojamiento en Dublín

Dormir en Dublín es caro o barato, solo depende de un factor: las ganas que tengáis de alejaros del centro. A modo de referencia, se hace muy complicado que encontréis un alojamiento para dos personas con baño propio por menos de 100€ la noche. Si os alejáis un poco las tarifas irán bajando, pero tenéis que calcular también el tiempo y el dinero que invertiréis en transporte público.

Por si os sirve de referencia, nosotros nos hospedamos en Dublin One Hotel, que estaba excelente en cuanto a calidad/precio y se encontraba a unos 15 minutos andando del centro. Además, en los alrededores tenía unos cuantos bares, restaurantes y pubs bastante interesantes, por lo que sin duda os lo recomendamos.

Gastronomía: la cocina irlandesa también merece la pena

Si os estáis planteando qué comer en un pub irlandés (o en Irlanda en general), lo primero que tenéis que hacer es romper con cualquier idea preconcebida. Pese a lo que se suele pensar, en Dublín se come estupendamente bien. Y lo haréis desde primera hora, con el contundente Irish Breakfast por bandera.

No podéis dejar de probar recetas como el bangers and mash, el denso irish stew o las archiconocidas fish & chips. Para estas últimas, sin lugar a duda la referencia en la ciudad es Leo Burdock, un establecimiento en el que no es raro ver a estrellas reconocidas a nivel mundial.

Si lo vuestro es el dulce, hay muchos establecimiento que merecen la pena. Probablemente Queen of Tarts, cerquita del ayuntamiento, es el más conocido.

Por último, obviamente conviene tener en consideración apretarse al menos una o dos pintas de deliciosa cerveza irlandesa. Guinness es claramente la marca más emblemática, siendo uno de los grandes símbolos del país.

Compras y souvenirs

La verdad es que quedamos gratamente sorprendidos con la altísima calidad del shopping en Dublín. Como en toda capital europea que se precie, las tiendas para turistas están repletas de imanes de nevera, gorras y camisetas, pero tenemos que decir que nunca habíamos visto una propuesta tan bien organizada. Los irlandeses han creado una imagen corporativa bien definida, con elementos populares a nivel mundial como el trébol de cuatro hojas o los leprechauns.

Todo está marcado por esa estética, pero sin caer en lo repetitivo. De hecho, nos sorprendió la enorme variedad de productos que encontramos en las tiendas de souvenirs: desde flautas irlandesas hasta jarras de cerveza grabadas, pasando por ropa de rugby, chocolate a la cerveza negra o juegos de mesa. Hay una cadena, Carrolls Irish Gifts, que es la que domina el mercado.

Por cierto, nos sorprendió un montón encontrar muchas tiendas de heráldica y onomástica, vendiendo diplomas y todo tipo de objetos relacionados con el origen de nombres y apellidos.

Mapa turístico de Dublín

Por último, aquí os dejamos un mapa turístico de Dublín, en el cual están marcados los principales punto de interés de la capital irlandesa.

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