Leo Burdock, el mejor lugar para tomar fish & chips de Dublín

Comer fish & chips en Dublín es una experiencia prácticamente obligatoria. Al fin y al cabo, se trata del plato más emblemático de las islas británicas, por lo que sería una pena que fueseis a la capital de Irlanda y no lo probaseis. Para ello, hay un lugar que brilla con luz propia: Leo Burdock, un establecimiento fundado en 1913 y que es el favorito de los dublineses. En este artículo os contamos su sorprendente historia y cómo fue nuestra experiencia.

Un proyecto centenario y frecuentado por famosos

¿Sabéis qué tienen en común los miembros de Metallica, la modelo Naomi Campbell, la actriz Nicole Kidman o el campeón de artes marciales Conor McGregor? Pues sí, todos han pasado en algún momento por la tiendecita de Leo Burdock. Incluso se dice que el auténtico boss, Bruce Springsteen, es cliente habitual.

Todo empezó en el año 1913, cuando Bella Burdock, su marido Patrick y su hijo Leo pusieron en marcha una pequeña tienda de fish & chips al ladito de la Catedral de la Santísima Trinidad de Dublín. Rápidamente se convirtieron en caras habituales de las lonjas de mercado de Dublín, a donde acudían cada día a las 5 de la mañana en busca de las capturas más frescas. Esa apuesta por el producto hizo que su fama creciese rápidamente.

La tienda original ha sobrevivido a prácticamente todo: una revolución, una guerra civil, dos guerras mundiales, una recesión, la pandemia… Además, a lo largo de los años han abierto diferentes establecimientos por Dublín, contando en la actualidad con hasta 10 tiendecitas.

Hoy en día, Leo Burdock es todo un emblema en la ciudad. Es habitual en las listas de los mejores establecimientos de Irlanda (y del mundo entero) para comer fish & chips, algo que no es sencillo. Pensad que es algo así como el plato nacional, por lo que se sirve absolutamente en todas partes.

Sirviendo el caviar de los dublineses desde 12,95€

Los locales de Leo Burdock tienen una cosa en común: su sencillez. No esperéis lugares amplios o con una decoración súper elaborada, pues en ellos solo hay un protagonista: el producto.

Tampoco penséis en una carta enorme. Pese a ser una pequeña cadena, servir a miles de clientes cada día y ser un atractivo turístico más, han sabido mantenerse fieles a su idea inicial y no se han vuelto locos ofreciendo excentricidades.

Su plato estrella, obviamente, es el fish & chips: una abundante tajada de bacalao fresco, rebozada al estilo tradicional y servida sobre una generosa ración de patatas fritas recién hechas. El precio de esta exquisitez es de 12,95€. ¡No olvidéis ponerle un poquito de vinagre!

Existen otras opciones en Leo Burdock (gambas rebozadas, lenguado, hamburguesas…). Sin embargo, claramente os recomendamos ir a probar su fish & chips. Nosotros nos hicimos con sendas raciones, nos las comimos sentaditos en unas escaleras y la experiencia resultó ser una de las más enriquecedoras del viaje a Dublín.

¿Merece la pena ir a Leo Burdock? Sin duda. Nosotros solemos desconfiar de los sitios tan famosos, ya que normalmente suelen estar muy centrados en el turismo de masas, el producto no suele ser bueno y los precios se inflan. Sin embargo, en este caso nos encontramos todo lo contrario: nuestra ración de fish & chips fue deliciosa, el precio era similar al de otros establecimientos y nos quedamos absolutamente satisfechos. ¡Repetiremos cada vez que vayamos a Dublín!

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