Visitar Guinness Storehouse, la legendaria fábrica de cerveza de Dublín

Hoy viajamos a la Guinness Storehouse, un espacio a medio camino entre el museo, la fábrica y el bar que tiene la legendaria marca de cerveza Guinness en el corazón de Dublín. Es una visita absolutamente imprescindible, tanto por el significado de este producto en el alma de los irlandeses como por lo interesante que resulta la experiencia.

Guinness y Dublín, un matrimonio bien avenido

Empecemos situando la importancia que tiene Guinness no solo en la ciudad de Dublín, sino para el propio país de Irlanda. En pocos lugares del mundo ocurre algo así, pues esta bebida alcohólica, elaborada por una empresa privada, es todo un símbolo de la nación.

Todo comenzó con Arthur Guinness en 1759, cuando puso en marcha su marca de cerveza. Es considerado uno de los mejores empresarios de todos los tiempos, teniendo en su haber ingeniosas iniciativas como el alquiler de sus terrenos por un periodo de 9.000 años a cambio de 45 libras anuales. De hecho, en el museo podréis ver una copia de dicho contrato.

Rápidamente se convirtió en un producto consumido en todo el país, lo cual se tradujo en pingües beneficios para el proyecto de Guinness. Así, tanto Arthur como sus descendientes se convirtieron en miembros notables de la sociedad irlandesa, siendo destacables sus obras filantrópicas durante varias generaciones.

La marca es muy conocida a nivel internacional, siendo posible consumirla en la mayor parte de los países del planeta. Está posicionada además con valores que no se suelen ver en bebidas alcohólicas, con una marcada apuesta por la igualdad o el deporte desde hace ya muchas décadas.

En Dublín, las instalaciones de Guinness dan trabajo directo e indirecto a miles de personas. Modelan su paisaje, ya que ocupan una amplia cantidad de terreno, y se han convertido en una referencia para locales y viajeros. La mejor muestra es el proyecto Guinness Storehouse, que recoge toda esta herencia y desde el año 2000 muestra al público los entresijos de la marca.

Nuestra experiencia visitando Guinness Storehouse

La visita a la Guinness Storehouse está dividida en cuatro partes claramente diferenciadas: la exposición, las experiencias, la visita a The Gravity Bar y la tienda. A continuación os contamos cómo fue nuestra experiencia en ellas.

Una exposición absolutamente épica

Tenéis que tener presente que para visitar Guinness Storehouse hay que comprar entradas (26€ por persona) con antelación, ya que el acceso se hace por turnos y los fines de semana se suelen agotar muchas franjas. Como está un pelín alejado del centro, nosotros cogimos el primer turno (9:30 de la mañana), para así luego tener el resto del día libre.

Llegamos unos diez minutos antes y ya había un poco de cola, pero apenas 10 o 12 personas. Aquí va nuestra primera recomendación: merece la pena madrugar y disfrutar de todo sin aglomeraciones, ya que en las horas centrales del día se pone hasta arriba de gente.

Al acceder os darán dos vouchers para canjearlos por bebida en el bar que tienen en la azotea. Guardadlos como oro en paño, más abajo os hablaremos de eso. Antes queremos contaros lo muchísimo que nos gustó la exposición, la cual es espectacular. Sin lugar a dudas, es el museo más impresionante que hemos visto desde el punto de vista audiovisual y expositivo.

Básicamente, el recorrido por las diferentes plantas del Guinness Storehouse os guiará por el proceso de elaboración de la cerveza. En él, veréis desde los materiales que se utilizan hasta procesos muy concretos del mismo, como el tostado de la cebada a 232º. Todo ello con unos tintes épicos y llenos de carisma.

Como no podía ser de otro modo, también se hace un repaso por la historia de la propia marca Guinness. Podréis ver sus campañas publicitarias más destacadas en un enorme cine panorámico, conocer más sobre la logística que les permite llegar a todo el mundo o comprobar cómo llevan siendo pioneros en materia de igualdad desde hace ya muchísimo.

Mención aparte merece el propio edificio, que es absolutamente vanguardista. No esperábamos encontrar semejante propuesta en un viejo almacén de las afueras de Dublín, aunque claramente las apariencias engañan.

Estuvimos una hora más o menos recorriendo la exposición, la cual está repartida a lo largo de diferentes plantas. El itinerario está marcado con flechitas, no tiene pérdidas y resulta lógico. Os prometemos que no os aburriréis, incluso si no os interesa nada la cerveza.

La experiencia, siempre en el centro

Uno de los grandes pilares de Guinness Storehouse es su apuesta por la experiencia. Hablamos de un museo en el que se puede oler, tocar y sobre todo probar muchísimas cosas. Por ejemplo, a mitad de recorrido pasaréis por un Tasting Room en el que os servirán una mini-pinta de cerveza, la cual podréis consumir bajo la atenta vigilancia de los antiguos retratos familiares que decoran la estancia.

También podréis interactuar con algunos de los emblemas de Guinness. Por ejemplo, podréis emular la mítica foto en la que un obrero aparece levantando una viga de acero después de tomarse una pinta, siempre y cuando sigáis las instrucciones y sepáis jugar con la perspectiva.

Por defecto, la entrada a Guinness Storehouse incluye una consumición en el bar de la azotea. Sin embargo, podéis comprar tickets más elaborados y que os abran las puertas a otras experiencias. Por ejemplo, en la cuarta planta está la Guinness Academy, en la que os enseñarán a tirar correctamente una pinta. Si superáis la prueba, os darán un certificado que os acreditará como experto tirador. También podéis ir a STOUTie, donde podréis «imprimir» vuestra propia cara en la crema que hay sobre la cerveza.

The Gravity Bar, la terraza con las mejores vistas de Dublín

Sea como fuere, al final acabaréis yendo a The Gravity Bar. Es un lugar mágico, en el cual os quedaréis boquiabiertos al poner un pie en él. Presumen de ser tanto el mejor bar en azotea de toda Irlanda como de tener las mejores vistas de todo Dublín. No seremos nosotros los que lo neguemos, más bien todo lo contrario: se trata de un lugar que justifica por sí solo la visita al Guinness Storehouse.

El bar está repartido en dos enormes salas, desde las cuales podréis contemplar las montañas de Wicklow (de donde se extrae el agua con el que se elabora la Guinness), la bahía de Dublín y también la propia capital de Irlanda. No hay un mirador mejor, eso está claro.

¿Recordáis que con la entrada daban unos vouchers para este bar? Es el momento de que se los entreguéis a la camarera y os sirva una buena buena pinta de cerveza Guinness, tirada como corresponde. También tienen otros productos elaborados por la marca (como sidra) o directamente bebidas no alcohólicas.

Ir en el turno de primera hora tiene otro premio, que es disfrutar de The Gravity Bar sin aglomeraciones. Así podréis elegir una mesa con unas vistas fascinantes y disfrutar del momento sin prisas ni jaleos.

Una tienda irresistible

Por último, no olvidéis dejaros caer por The Store. Ubicada justo a la entrada, se trata de una enorme tienda en la que podréis comprar todo lo que podáis imaginar relacionado con Guinness: ropa, vasos, material escolar, imanes, llaveros…

Guinness es una marca que cuida muchísimo su imagen, por lo que tiene un merchandising de una calidad fuera de lo normal. Los precios también son elevados, no diremos que no, pero os aseguramos que merece la pena curiosear la tienda y ver todo lo que tienen a vuestra disposición.

Información práctica

¿Dónde está y cómo se llega al Guinness Storehouse?

Guinness Storehouse está en St. James’s Gate, Dublín 8, D09 VF8H. Llegar no tiene pérdida, pero a pie son entre 30 y 40 minutos desde el centro. Nosotros fuimos en Uber, que nos costó 10€ y nos dejó en la puerta en cinco minutos. Aun así, se puede ir en autobús (línea 123) o en tranvía (la parada más cercana es Hospital St. James’s).

Entradas: cómo comprarlas, horarios y tarifas

Siempre hay que comprar entradas con antelación, ya que los turnos se suelen agotar (especialmente en fin de semana). Se compran directamente en su página web.

Guinness Storehouse abre de 10:00 a 19:00 todos los días, aunque los sábados hay un turno desde las 9:30. El último acceso es a las 17:00, pensando en que dé tiempo a verlo todo.

La entrada más sencilla cuesta 26€ e incluye tanto la visita como una consumición en The Gravity Bar. Sin embargo, tenéis otras opciones, incluyendo el curso para tirar cervezas (38€) o una experiencia de lujo con un especialista (95€).

¿Cuánto dura la visita?

Calculad un mínimo de dos horas para visitar Guinness Storehouse. Eso sí, el tiempo puede irse de las manos si os lo estáis pasando bien en The Gravity Bar, algo que suele ocurrir.

¿Merece la pena aunque no me guste la cerveza?

¡Absolutamente sí! Guinness es una marca de cerveza fuertemente enraizada en el corazón de los irlandeses, con un innegable impacto en su cultura y en su forma de ver la vida. Merece la pena aunque solo sea por conocer más el país. Obviamente, os flipará si os gusta la cerveza, pero el museo es recomendable para todos los públicos.

Consejos generales para la visita

Vamos, por últimos, con unos cuantos consejos generales para visitar Guinness Storehouse:

  • Llevad ropa y calzado cómodo, ya que es una visita larga y en la que se anda mucho.
  • Como se requieren al menos un par de horas, puede ser un buen plan para un día de lluvia en Dublín.
  • La visita no es barata y la tienda es cara, pero aun así os costará iros de allí sin comprar nada.
  • Merece la pena ir a primera hora, para evitar aglomeraciones.
  • Todo el recorrido está adaptado para personas con movilidad reducida.
  • Existen audioguías oficiales, tienen un coste de 3€. Hay en español.
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