Qué ver en O’Connell Street, la calle más ancha de Dublín (y de toda Europa)

La O’Connell Street es una visita absolutamente imprescindible en Dublín. Se trata de la calle más ancha de la ciudad, pero también de Europa. Es un sitio por el que pasaréis varias veces sin daros cuenta, en el que siempre encontraréis cosas que hacer y cuyos monumentos os permitirán llenar a tope el carrete de vuestra cámara.

La calle de Dublín en la que siempre pasan cosas

Lo primero que hay que decir es que la etiqueta de la calle más ancha de Europa tiene un poquito de trampa. Se nos ocurren lugares mucho más anchas, como los Campos Elíseos de París. Sin embargo, es cierto que sus 49 metros le convierten en el espacio público con más anchura que tenga además la denominación de calle.

Su aspecto actual, con ese ancho y más de 500 metros de largo, se debe a una remodelación y ampliación de finales del siglo XVIII. Sin embargo, en ese momento era Sackville Street: no fue hasta 1924 cuando se le cambió el nombre en honor del influyente líder nacionalista Daniel O’Connell.

Lo normal es recorrer la calle a pie, para poder ir disfrutando de todo lo que tiene que ofrecer. Eso sí, está abierta al tráfico rodado, así que también podéis ganar tiempo yendo en coche, en autobús, en Uber o incluso en tranvía.

La calle va desde uno de los principales teatros de la ciudad hasta el mítico río Liffey, con orientación norte-sur. Es un lugar interesantísimo, repleto de tiendas, restaurantes, museos y monumentos. Vamos, que es uno de esos sitios en los que conviene ir con los ojos bien abiertos en todo momento. Seguid leyendo y os contaremos cómo fue nuestra caminata por la O’Connell Street.

Recorrido por O’Connell Street de punta a punta

Ambassador Theatre y las primeras esculturas

La primera parada la hicimos en el Ambassador Theatre, uno de los grandes puntos calientes de la vida cultural dublinesa. Es un bonito edificio construido en 1764, formando parte originalmente de un hospital. Sin embargo, pasó la mayor parte del siglo XX siendo utilizado como cine. No fue hasta el cambio de milenio cuando pasó a ser teatro y centro de exposiciones.

Al ladito está el Monumento a Charles Stewart Parnell, otro gran líder nacionalista irlandés (en este caso, de los años 80 del siglo XX). O’Connell Street tiene estatuas y monumentos cada pocos metros, poniendo en valor algunas de las personalidades más destacadas del país.

Arte urbano en O’Connell Street

No todo es mármol y cosas serias. De hecho, a lo largo de la calle encontraréis un buen puñado de ejemplos de arte urbano. Entre los graffiteros y artistas en general que han decorado esta amplia avenida, destaca sin duda Asbestos, uno de los artistas urbanos irlandeses más destacados. Lleva desde 2003 convirtiendo muros en auténticas obras de arte.

The Spire

El elemento más destacado de O’Connell Street es relativamente moderno. Nos referimos a The Spire, una larga aguja de acero inoxidable situada en el centro de la calle. Tiene 120 metros de altura, siendo una de las esculturas más altas del planeta. Por la noche solo se le ve la punta, ya que la iluminan para evitar accidentes.

Está ubicado en el emplazamiento de la antigua Columna de Nelson, que fue destruida por el IRA en 1966. No fue hasta el año 2003 cuando se terminó su construcción, contando originariamente con cierta oposición popular. Sin embargo, poco a poco se ha ido ganando el cariño de propios y extraños.

General Post Office

Enfrente de The Spire se encuentra el monumental edificio de General Post Office, que actualmente hace las veces de museo. Fue construido en 1818 y a su valor arquitectónico se le une el histórico, ya que fue el edificio desde el que se proclamó la República de Irlanda tras el alzamiento del año 1916.

O’Connell Street, el paraíso de las compras

O’Connell Street es también un lugar excelente para hacer compras. La tienda de souvenirs más destacada es Carrol Irish Gift. Aunque tiene varios establecimientos repartidos estratégicamente por la ciudad, sin duda el de esta calle es el buque insignia. Junto a ella encontraréis muchas otras tiendas, incluyendo librerías e incluso un establecimiento dedicado a la venta de vinilos.

O’Connell Monument y O’Connell Bridge

Calle abajo veréis más estatuas, como la de John Grey. Sin embargo, la más destacada (con mucha diferencia) es la que da nombre a la calle. Y es que O’Connell Monument brilla con luz propia por su tamaño y significado. Fue construido entre 1864 y 1882, lo cual da muestras de su complejidad.

Para terminar (o para empezar, en caso de que vengáis desde el sur), se hace imprescindible cruzar el mítico O’Connel Bridge. Os meteréis de lleno en el centro de Dublín, teniendo a pocos pasos lugares tan emblemáticos como Temple Bar o el Trinity College.

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