Temple Bar, el barrio más animado de Dublín: ruta por sus mejores pubs

Temple Bar es, sin lugar a dudas, el mejor barrio de Dublín. Una mezcla entre barrio bohemio, zona de ocio nocturno y punto de encuentro entre personas procedentes de todos los rincones del planeta. Si bien los pubs son su principal seña de identidad, lo cierto es que son muchas las cosas que ver y que hacer en este colorido rincón de la capital de Irlanda.

Vida nocturna en Dublín… casi 24 horas al día

Un tema de conversación recurrente es el origen del nombre de Temple Bar. Hay quien dice que el barrio toma el nombre de un pub, pero realmente fue al revés: un listillo le puso a su establecimiento el nombre del resto del barrio. Hablando de eso, la nomenclatura de la zona tiene doble explicación. El Temple se corresponde a sir William Temple, que adquirió los terrenos en 1600. Por otro lado, el Bar se corresponde a la palabra gaélica barr, algo así como camino o paso.

Aunque se proyectó la zona como un lugar próspero y en el que dinamizar la economía de la capital, rápidamente entró en declive. De hecho, en el siglo XIX era uno de los espacios menos atractivos de Dublín. Poco a poco se fue convirtiendo en un lugar barato, lo cual atrajo a artistas y comerciantes. Fue así como empezaron a brotar los pubs como setas, transformándose (esta vez sí) en una zona interesante desde el punto de vista económico. El espaldarazo definitivo llegó en 199l, cuando Dublín fue escogido como Capital Europea de la Cultura y Temple Bar fue puesto en valor.

El barrio tiene fama de no descansar nunca, algo que aparentemente es así. Veréis a gente yendo y viniendo desde bien temprano hasta última hora del día, entrando a probar las delicias de sus bares o simplemente paseando entre sus coloridas fachadas. Sin embargo, lo cierto es que las ordenanzas municipales obligan a cerrar a las 3:30, por lo que no se puede decir eso de que hay juerga non stop.

Técnicamente, Temple Bar es la zona entre Dame Street y el río Liffey. Otra manera de situarlo en el mapa es teniendo presente que el eje principal es la suma de las calles Fleet Street (no confundir con la del barbero sangriento de Londres) y Essex Street East, siendo interesantes también todas las calles perpendiculares a estas.

Más allá de pubs concretos, lo que más nos gustó de Temple Bar fue el ambientazo. Ofrece una mezcla inconfundible entre el típico olor a fritanga europea, el jaleo de los accesos a los diferentes establecimientos y las sonrisas felices de las personas que transitan por allí. Es un sitio que hay que vivirlo para entenderlo, no queda otra.

Los mejores pubs de Temple Bar

Precisamente, para ayudaros con esa vivencia, aquí va una lista con los pubs que no debéis perderos. Pensad que Temple Bar es un barrio súper asequible a pie, por lo que con una hora lo podéis recorrer tranquilamente de punta a punta. Otro tema es el tiempo que pasaréis allí yendo de pub en pub: una vida no es suficiente para sacarle todo el partido.

The Oliver St. John Gogarty Bar

Nosotros entramos a Temple Bar viniendo desde O’Connell Street. Es cierto que desde los primeros metros vimos muchos sitios interesantes, pero la cosa empezó a despuntar al llegar a The Oliver St. John Gogarty Bar. Su fachada no podría ser más pintoresca: planta baja verde, resto del edificio amarillo, llamativas letras por doquier y un puñado de banderas. Tiene varias plantas, buena cerveza y música en directo. Eso sí, la fama de su dueño es tirando a regulera: internet está lleno de comentarios en los que dicen que es un explotador y que trata súper mal a sus trabajadores.

The Auld Dubliner

Muy cerquita está The Auld Dubliner. Quizá sea menos llamativo que el anterior, aunque también tiene una fachada de lo más llamativa. Su punto fuerte es que es uno de los más auténticos de Temple Bar, con presencia habitual de gente local. También presume de tener música en directo y la mejor comida irlandesa los siete días de la semana.

The Old Mill

The Old Mill es, en apariencia, poco apetecible. Es el único que tiene al típico comercial con la carta en la puerta, algo que de primeras huele mucho a turistada. No veréis que ofrezcan música en directo ni nada parecido, ya que hace tiempo que dejó de ser un pub. Claramente es un restaurante: ha mantenido su estética de madera oscura y carteles de cerveza Guinness por todas partes, pero sin duda está centrado en servir comida. Eso sí… ¡deliciosa! Nosotros comimos allí y tenemos que reconocer que fue todo un acierto.

The Quay’s Bar

Haciendo esquina en Temple Bar Square, The Quay’s Bar es otra de nuestras recomendaciones. Sus característicos azulejos marrones y azules son de lo más elegante de la zona. Su estofado es uno de los más populares del barrio, el cual podrá ser degustado con música en directo. Hay un señor disfrazado de leprechaun gigante que suele estar en su puerta, haciendo las delicias de turistas y gente achispada.

The Temple Bar

Sin lugar a dudas, el más emblemático y fotografiado de todo el barrio es The Temple Bar. El establecimiento homónimo cuenta con una fachada absolutamente alucinante, decorada con lucecitas y plantas. En uno de los laterales veréis sendas placas de William y Martha Temple.

Quizá para comer o beber no sea la mejor opción, ya que aprovecha su fama para plantear unos precios absolutamente desorbitados. Sin embargo, no vamos a negar que su propuesta estética es icónica a más no poder.

The Norseman

Un poquito más adelante, rompiendo con los colores habituales de Temple Bar, os espera The Norseman. Ofrecen sus propias cervezas artesanales, además de un popular whiskey que también elaboran ellos mismos. El color turquesa de su fachada hace que no tenga pérdida.

Fitzsimons Hotel Temple Bar

Aunque pueda parecer una locura por el ruido, en Temple Bar también es posible alojarse. De hecho, muchos pubs ofrecen también pequeñas habitaciones, algo súper habitual en entornos rurales aunque no tanto en la gran ciudad. El mejor ejemplo de esto es el Fitzsimons Hotel Temple Bar, uno de los más populares del barrio.

The Snug Temple Bar

Por último, ya llegando al final de la cale está The Snug Temple Bar. Presume de ser el más antiguo de todo el barrio, con una inauguración que sitúan en 1694. Este tipo de fechas no son muy fiables cuando se habla de pubs, pero nadie parece ponerlo en duda. Sea como fuere, también responde a la idea de lugar oscuro y recogidito.

Temple Bar más allá de los pubs

Resulta que no solo de pubs vive el barrio de Temple Bar. Allí encontraréis muchos otros atractivos turísticos, dispuestos a hacer que la visita a la zona sea aun más interesante.

Tiendas ilustres

Por un lado, hay un montón de tiendas chulas. Puede que en algunas no lleguéis ni a entrar, ya que tienen temáticas ultra concretas, pero os aseguramos que os fliparán sus escaparates y no querréis iros de allí sin fotografiarlas. Os vamos a poner tres ejemplos.

El primero es Rory’s Fishing Tackle, la tienda de pesca con caña más famosa de Irlanda. Es un lugar súper peculiar, hasta el punto de que vende su propio merchandising.

Al ladito está Aunty’s Nellie’s Sweet Shop, una tienda de dulces y caramelos. Esta está mucho más enfocada a turistas en cuanto a producto, pero su estética también es reseñable.

Para terminar, no os podéis perder la Dublin Vintage Factory, una tienda de ropa de segunda mano. Venden ropa al peso, por lo que podéis encontrar auténticas gangas si echáis un ojo.

Puentes

El extremo norte de Temple Bar está claro: el río Liffey. Precisamente por eso, recorrer el barrio puede ser una buena excusa para recorrer algunos de sus puentes más célebres. No podéis perderos el Puente del Medio Penique (Ha’penny Bridge), construido en 1816. Se llama así por dos motivos: su forma, que recuerda al canto de la moneda de medio penique; y el peaje que había que pagar, originariamente de esa cifra.

Justo al lado está el The Millenium Bridge (una vez más, no confundir con el de Londres). Como no podía ser de otro modo, fue construido para celebrar el paso al tercer milenio después de Cristo.

Meeting House Square

En medio del barrio os espera también la Meeting House Square, una de las poquitas plazas que hay en Temple Bar. Allí se celebra cada sábado uno de los mercados gastronómicos más antiguos de Dublín, el Temple Bar Food Market. Allí se pueden encontrar todo tipo de productos orgánicos, como quesos y frutas, además de comida preparada.

Al final de la plaza está el Photo Museum Ireland, cuya visita es obligada en caso de que os interese mínimamente la fotografía.

Love Lane, la calle más instagrameable de Dublín

Tampoco os podéis perder Love Lane, un curioso mural instalado en el estrecho callejón de Crampton Court Lane. Es un proyecto de la artista Anna Doran, que pensó que Dublín necesitaba un lugar para celebrar el amor. No hace falta decir que es uno de los sitios más fotogénicos de la capital de Irlanda.

Comer en Temple Bar

Para terminar, un par de recomendaciones gastronómicas. En primer lugar, algo que tiene que ver con el presupuesto: evitad los pubs de la calle principal, al menos para comer. Salvo honrosas excepciones (como The Old Mill), en general son típicos para guiris: caros, lentos y con comida de poca calidad. Lo mejor es que vayáis a establecimientos de los aledaños, que estarán mucho menos concurridos y serán más auténticos. Por ejemplo, nosotros fuimos caminando hasta el Mulligan and Haines, a cinco minutos a pie de Fleet Street, y cenamos como marqueses.

En segundo lugar, si es vuestra primera vez en Dublín (o en algún país británico) quizá os abrume un poco entrar en un pub a comer. Por eso, os hemos preparado un post en el que os enseñamos qué comer en un pub irlandés, para que tengáis claro cuales son las opciones que más se adaptan a vuestros gustos. Sea como fuere, no olvidéis acompañar cualquier plato con una deliciosa pinta de cerveza Guinness.

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