El ferry de Melbu a Fiskebol: horarios, tarifas y advertencias si viajáis con perro

Hay muchas maneras de llegar tanto a las islas Vesteralen como a las islas Lofoten, incluyendo varias conexiones directas entre ambas. Una de las más habituales es el ferry de Melbu a Fiskebol, que comunica las islas de Hadseloya y Austvagoya. En este artículo os contamos cómo fue nuestra experiencia tomando el ferry y también lanzamos un aviso a todos aquellos que viajéis con perro, ya que no es la ruta más dog friendly de Noruega.

La mejor manera para ir de las Vesteralen a las Lofoten (y viceversa)

Como decimos, se puede llegar de muchas maneras del archipiélago de las Vesteralen al de las Lofoten. Depende mucho de si estáis haciendo un viaje por la zona o de si os encontráis en una ruta mayor, así como en el orden en el que la estéis haciendo. Por ejemplo, nosotros andábamos recorriendo el norte de Noruega, habiendo entrado por el extremo noroeste desde Finlandia y bajando poquito a poco en paralelo al mar.

Así, tras visitar algunas localizaciones de las Vesteralen (como Andenes, Bleik o Sortland), llegamos al extremo sur de la isla de Hadseloya. Allí, en la ciudad de Melbu, fue donde tomamos este barco.

Hay que decir que la ruta opera todo el año (algo que no es especialmente frecuente en estas latitudes) y con hasta diez frecuencias diarias, empezando a eso de las seis de la mañana y terminando ya pasadas las diez de la noche. Por tanto, a diferencia de otros ferris, esta es una buena opción también para el invierno.

Un trayecto cómodo, pero que no es dog friendly

Nuestra experiencia con este ferry no fue la mejor. A nivel operativo no tenemos ninguna queja, eso sí: embarcamos rápido y fue un trayecto de escasos 25 minutos. La alternativa sin coger el barco hubiese sido por carretera, pero nos hubiésemos ido a casi dos horas de interminables curvas y puentes (más el correspondiente pago de peajes).

Hablando de pagar, el ferry costó 15,36€ (incluyendo dos personas y la furgoneta). Si tenéis instalada la aplicación Epass24 os cobrarán al momento, pero sin ella también podréis subir. Simplemente un operario os hará pagar con tarjeta justo antes de embarcar.

¿Por qué decimos entonces que fue una experiencia mejorable? Pues porque, por primera y única vez en nuestra experiencia en los ferrys de Noruega con perro, no pudimos acceder con nuestro querido Tronco a la zona de pasajeros. Nos dijeron que no era posible (en la zona de asientos porque alguien se podía molestar y en la cubierta porque había mal tiempo) y nos dijeron que se tenía que quedar en el vehículo. Nos quisimos quedar con él y nos dijeron que las personas no podían estar en los coches durante el trayecto. Así que tuvimos que dejarle ahí.

Nuestro perro está acostumbrado a ir en furgoneta y no tuvo ningún problema, estamos seguros de que fue durmiendo la mayor parte del tiempo. Sin embargo, hay muchos perros que no se quieren quedar solos en un trayecto así y pudiera haber sido un problema.

En cualquier caso, cuando se acabó el ferry nos reencontramos con Tronco y nos dispusimos a empezar una larga aventura por las islas Lofoten, la siguiente parada del viaje.

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