Qué ver en la isla de Hadseloya: ruta de un día

Hadseloya es una de las islas principales del archipiélago de las Vesteralen, en el norte de Noruega. Pese a ser una isla chiquitita (apenas 100 kilómetros cuadrados), tiene varias cosas interesantes que ver y hacer. En este artículo os enseñamos algunas, repartidas estratégicamente por diferentes lugares de la isla. Así, en caso de que tengáis que atravesarla (por ejemplo yendo desde o hacia las Islas Lofoten), tendréis algunos buenos planes a vuestra disposición.

Hadseloya, la isla perfecta para hacer maratones

Aunque para el turista extranjero Hadseloya parezca un sitio desconocido, está muy interiorizado por los noruegos. De hecho, cuenta con el aeropuerto regional más grande del país, con un tráfico superior a los 100.000 pasajeros anuales.

Sin lugar a dudas, el punto más fuerte de la isla de Hadseloya es su naturaleza. Su escarpada costa es alucinante, pero el interior no se queda atrás. De hecho, en el interior de la isla hay una cordillera con una altura que supera los 650 metros, ofreciendo una excelente panorámica de los alrededores.

Se da la circunstancia de que las dos carreteras que recorren Hadseloya (la Fv881 por el oeste y la 82 por el este) suman entre las dos 42 kilómetros, lo cual ha dado pie al surgimiento de uno de los grandes eventos de la isla: el Maratón de Hadsel, una prueba reconocida a nivel internacional.

Ya sea corriendo o conduciendo, todos los puntos de Hadseloya están fácilmente conectados entre sí. De hecho, nosotros la recorrimos con nuestra furgoneta de punta a punta casi sin darnos cuenta.

Turismo en Hadseloya

En la isla de Hadseloya hay dos capitales. Al norte os espera Stokmarknes, que fue declarada ciudad en el año 2000. Con algo más de 3000 habitantes, la urbe es célebre por haber sido el lugar en el que surgió el Hurtigruten: el mítico barco-correo que recorre a diario (por tramos) la costa noruega. De hecho, no podéis perderos la visita al Museo del Hurtigruten (Norwegian Coastal Express Museum o Hurtigrutemuseet, en inglés y noruego respectivamente). El elemento más destacado de ese museo es el espectacular edificio en el que se expone el MS Finnmarken, una de las navieras utilizadas en esa ruta durante parte del siglo XX.

Para bajar por la isla se puede ir por el oeste o por el este. Nosotros elegimos la primera opción, ya que a mitad de camino nos esperaba uno de los hits de la excursión: Galleri Uver & Betty’s Tea Salon. Ya hablamos de ese proyecto en otro artículo, pero no está de más recordar que se trata de un espacio en el que conviven una preciosa galería de arte y uno de los mejores salones de té de toda Noruega.

En el extremo sur de la isla os espera Melbu, la otra capital. Es uno de los puntos más meridionales del archipiélago, a tan solo 200 kilómetros al norte del Círculo Polar Ártico. En esta pequeña urbe también tenéis algunas cosas interesantes que ver, como su pequeña iglesia de paredes blancas o el Museo del Norte.

Por cierto, allí está uno de los grandes puntos de entrada y salida de la isla, ya que en el puerto podréis tomar el ferry de Melbu a Fiskebol (ya encarando la visita a las Lofoten).

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