Qué ver en La Valeta: ruta de un día por la capital de Malta

Como no podía ser de otro modo, el viaje que hicimos a Malta también incluyó una visita de un día a La Valeta. La capital del archipiélago tiene todo lo necesario para cautivar al viajero: un patrimonio casi infinito, cientos de opciones para comer, magníficos museos, un estupendo ambiente en cualquier época del año, una vida cultural que nada tiene que envidiar a las capitales que están en el continente…

Desde el mismo día en el que la visitamos se convirtió en una de nuestras ciudades favoritas, así que hemos preparado con todo el cariño este post con todo lo que ver y hacer en La Valeta. Seguid leyendo, pues se trata de una de esas ciudades que justifican por sí mismas todo un viaje.

Una gran capital europea en formato reducido

La Valeta es el principio y el fin de todas las cosas en Malta. Repleta hasta la saciedad de edificios civiles y religiosos de estilo barroco, podría pasar por una gran capital europea si no fuese por sus reducidas dimensiones (poco mayores que las del Vaticano) o por su escasa población (no llega ni a los 10.000 habitantes, siempre y cuando no se tenga en cuenta el área metropolitana).

Su patrimonio arquitectónico más antiguo data del siglo XVI, cuando la ciudad estaba bajo el manto de la Orden de Malta. Buena parte del mismo ha llegado hasta nuestros días, acompañado también de innumerables ejemplos neoclásicos e incluso modernistas, pese a que la II Guerra Mundial amenazó con que todo se viniese abajo.

Desde el año 1980 La Valeta es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Ya era una visita obligada si se viajaba a Malta, pero su peso en el turismo del sur de Europa no deja de crecer y hoy es una escapada imprescindible. A ello ayudan notablemente compañías lowcost como Ryanair, a través de las cuales es posible encontrar billetes de ida y vuelta por menos de 100€ durante todo el año.

Mucho hay ya escrito sobre la ciudad, así que no nos vamos a extender demasiado en presentaciones. Directamente os vamos a contar cómo fue nuestra ruta por La Valeta, teniendo en cuenta que empezamos en la terminal de ferrys procedentes de Sliema y que acabamos en el opuesto contrario, tomando un barquito para visitar La Cottonera.

Turismo en La Valeta

Terminal de ferries

Pues sí, ese fue nuestro inicio en La Valeta. Como muchos otros viajeros, elegimos alojarnos en la cercana ciudad de Sliema, al otro lado de la bahía. Allí no solo hay muchos más hoteles, sino que encima están a un precio más económico. Teniendo en cuenta que hay un ferry que conecta Sliema y La Valeta por apenas 3€ y que funciona durante todo el día, la opción resulta claramente ganadora.

El ferry lleva directamente a la zona histórica de La Valeta. Tan solo hay que subir un par de cuestecitas y ya se está en todo el meollo.

Santuario Basílica de Nuestra Señora de Monte Carmelo

La mejor prueba de ello es que, tras escasos cinco minutos caminando ya estábamos frente al primer edificio que queríamos visitar: la Basílica de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Es una de las iglesias más relevantes de La Valeta, fundamentalmente por una enorme cúpula que es visible desde muchos puntos de la ciudad (y alrededores).

Aunque el edificio original fue construido a mediados del siglo XVI, el actual data de 400 años más tarde. Lamentablemente, los bombardeos de la II Guerra Mundial la dejaron muy tocada y hubo que reconstruirla prácticamente por completo. Aun así, en el interior todavía se conservan algunas pinturas del siglo XVII.

Concatedral de San Pablo

Muy cerca de allí está la Concatedral de San Pablo, que vendría a ser el templo anglicano con mayor rango de toda la isla de Malta. Fue construida a mediados del siglo XIX en un sobrio estilo neoclásico. De hecho, a diferencia de la Concatedral de San Juan, este edificio no tiene grandes alardes que ofrecer al viajero.

Nosotros pasamos junto a ella al principio del día, pero no abría hasta las 11:00. Llegado el momento volvimos a pasarnos y, la verdad, nos lo podíamos haber ahorrado.

Albergue de Aragón

A pocos pasos de la Concatedral de San Pablo está el Albergue de Aragón (Auberge d’Aragon), un palacio construido en 1571 (tan solo cinco años después de la fundación de La Valeta). Originalmente estuvo destinado a servir de alojamiento para caballeros aragoneses y navarros, pero en el siglo XIX fue requisado por la autoridad británica y arrendado al obispo George Tomlinson. Como este venía de Gibraltar, el edificio se renombró y pasó a ser Gibraltar House.

Tal-Pilar

Siguiendo con la influencia que los caballeros del Reino de Aragón tuvieron antaño en Malta, por allí se encuentra también Tal-Pilar, la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar. Fue construida durante el siglo XVII por caballeros aragoneses, siguiendo los planos del prestigioso arquitecto italiano Romano Carapecchia.

Teatro Manoel

Eso sí, no penséis que en La Valeta solo hay sitio para iglesias. La mejor muestra de ello es el Teatro Manoel, que está a tiro de piedra de allí. Tiene el honor de ser el tercer teatro en funcionamiento más antiguo de toda Europa, lo cual no es moco de pavo. Fue construido en 1731 siguiendo indicaciones muy específicas de António Manoel, gran maestro de la Orden de Malta, que supervisó personalmente que la ciudad tuviese un teatro para la «recreación honesta de la gente». Se inauguró tan solo un año después y desde entonces no ha dejado de programar funciones.

Plaza de San Jorge

En La Valeta cada centímetro ha sido exprimido al máximo, ya que el terreno no es precisamente un recurso que sobre. Por eso, no hay demasiadas plazas en la ciudad, aunque por suerte las que están son maravillosas. Un buen ejemplo de esto es la Plaza de San Jorge (St. George’s Square), un amplio espacio urbano en el que parecen confluir todas las calles del centro de La Valeta. Si os pateáis bien la ciudad, pasaréis por allí un montón de veces.

La plaza también es conocida como Plaza del Palacio (Palace Square), ya que en ella se encuentra el Palacio del Gran Maestre, con su modesto cambio de guardia, además de otros muchos edificios barrocos y neoclásicos.

Biblioteca Nacional y Plaza de la República

Al ladito de la Plaza de San Jorge está la sede principal de la Biblioteca Nacional de Malta, fundada en 1776. Ocupa un enorme edificio neoclásico, con una de las fachadas más interesantes de la ciudad. En su interior alberga obras de un valor incalculable, incluyendo colecciones personales de miembros de la Orden de Malta desde hace varios siglos.

Por cierto, la Biblioteca Nacional da hacia la Plaza de la República. Es conocida también como Plaza de la Reina, lo cual se pone de manifiesto mediante una Estatua de la Reina Victoria en el medio de la plaza. Si tenéis la suerte de visitarla en un día soleado disfrutaréis del excelente ambiente que le dan las infinitas mesas y sillas de los cafés al aire libre que hay allí.

Calle de la República (Triq ir-Repubblika)

El centro de La Valeta es tan chiquitito que podría recorrerse sin mapa. Yendo de un lado a otro, sin más pretensión que pasear por sus rincones con más encanto, acabaríais llegando a los sitios más emblemáticos. Eso sí, teniendo en cuenta que el tiempo siempre es limitado y que las cuestas son una constante en la ciudad, casi mejor ir a tiro hecho. Y, en ese caso, aquí va una referencia que siempre tenéis que tener en mente: la Calle de la República (Tri ir-Repubblika).

Se trata de una de las principales avenidas de La Valeta, seguramente la más animada y concurrida. Está justo en el centro del casco histórico y lo atraviesa desde la mismísima puerta hasta llegar al fuerte que está junto al mar. Visita imprescindible, pues en ella encontraréis algunos de los edificios más interesantes de la urbe.

La Borsa

Aunque la Triq ir-Repubblika es una sucesión inagotable de construcciones de muy alto nivel, no está de más poner algunos ejemplos que sobresalen por encima del resto. Uno de ellos es La Borsa, conocido también como Exchange Buildings. Fue construido en el siglo XIX y actualmente es la sede de la Cámara de Comercio maltesa. ¿Adivináis? Neoclásico, por supuesto.

Casa Rocca Piccola

Otro buen ejemplo del patrimonio que se puede encontrar en la Calle de la República es la Casa Rocca Piccola, posiblemente el palacio que mejor ha trasladado hasta nuestros días el gusto de la primera nobleza maltesa. Fue construido en 1580 y en la actualidad puede visitarse por dentro, ya sea recorriendo su museo o yendo a comer al restaurante que alberga en la planta baja.

Fuerte de San Telmo (o San Elmo)

La Calle de la República va a parar al Fuerte de San Telmo o Fuente de San Elmo, una de las grandes estructuras militares de La Valeta. Todo el centro histórico es un enorme recinto amurallado, pero a su vez existen diferentes puntos de interés repartidos por todo el perímetro. Este sería la joya de la corona, no solo por sus enormes dimensiones sino porque su posesión aseguraba tanto el control de la ciudad como de la isla.

El fuerte está dividido en un tramo bajo y en otro alto, fácilmente distinguibles. Ha sido escenario de grabación de numerosas películas y series de corte histórico, por lo que probablemente os sea familiar.

Una parte del fuerte es visitable, gracias a que en él se ha instalado el Museo Nacional de la Guerra. Todo un acierto, ya que siempre que La Valeta se ha visto envuelta en un conflicto, el Fuerte de San Telmo ha tenido mucho que decir.

Siege Bell War Memorial

Y, hablando de guerra, cerca de allí está el Siege Bell War Memorial, un monumento dedicado al enfrentamiento armado más terrible del siglo XX: la II Guerra Mundial. Aunque a día de hoy Malta sea un remanso de paz, el conflicto golpeó de lleno al archipiélago, ya que su posesión suponía el control de buena parte del sur del Mar Mediterráneo. Los conflictos en las inmediaciones de las islas y sobre ellas, con constantes bombardeos entre 1940 y 1943, dejaron más de 7000 muertos en Malta.

En honor a todas y cada una de esas personas se estableció este monumento, conmemorando a los que dieron su vida por defender a los demás. El aura que desprende la Siege Bell War Memorial es impresionante, sin duda es obligarlo acercarse a ella y reflexionar sobre todo lo bueno (y lo malo) que puede hacer el ser humano.

Lower Barrakka Garden

Hablando de eso, justo al lado del Siege Bell War Memorial está el Lower Barrakka Garden, un bonito jardín junto a la costa. En él hay pequeños memoriales sobre temas de lo más diversos, como la Primavera de Praga o la Revolución Húngara de 1956.

En el interior del jardín veréis una fuente y un pequeño templo, construido en el estilo más neoclásico que podáis imaginar. Pensad en el Partenón de Atenas, pero en miniatura.

Desde el jardín se puede disfrutar de unas vistas sensacionales del Gran Puerto y su rompeolas, así como de La Cottonera. Por cierto, está hermanado con el Upper Barrakka Garden, a los cuales se llegaría continuando en paralelo al agua.

Basílica de Santo Domingo o de Nuestra Señora de Porto Salvo

Sin embargo, llegados a este punto no continuamos frente a la bahía, sino que nos adentramos de nuevo hacia el interior de La Valeta. Fue así como llegamos a otro edificio religioso. Podéis encontrar información sobre él buscando sobre la Basílica de Santo Domingo, aunque también sobre la Basílica de Nuestra Señora de Porto Salvo. Dos maneras de referirse a un lugar de culto establecido en 1571, aunque reconstruido totalmente en el siglo XIX después de que un terremoto y unas tormentas lo echaran abajo cien años antes.

Merchant’s Street (Triq Il-Merkanti)

En esta vuelta al centro aprovechamos para seguir exprimiendo sus calles más míticas. Si antes hablábamos de la Republic Street como una visita imprescindible, la Merchant’s Street no se queda atrás. El nombre habla por sí solo, ya que en ella podréis encontrar tiendas, restaurantes y los palacios barrocos que los mercaderes que hicieron fortuna en Malta dejaron allí.

Merece la pena pasear por esta calle en cualquier momento del día, aunque aseguraos de que lo hacéis en horario comercial. Es uno de los mejores sitios de la isla para dejarse llevar por las compras.

Iglesia de los Jesuitas

En esa misma calle se encuentra la Iglesia de los Jesuitas, una de las más grandes de La Valeta, que también hace las veces de colegio. De hecho, en su fundación a modo de universidad intervino directamente San Ignacio de Loyola, el fundador de la Compañía de Jesús, que escribió por carta al papa Clemente VIII para solicitar un colegio para su orden en La Valeta.

Calle de Santa Lucía

Perpendicular a Merchant’s Street (de hecho, atraviesa también otras calles míticas como Triq Ir-Repubblika) está la Calle de Santa Lucía. Tiene una peculiaridad, y es que en ella prácticamente todos los comercios son joyerías. Sin duda, este es vuestro sitio si el dinero no es un problema o si simplemente os gusta ver cosas brillantes a través de un escaparate.

Great Siege Square

Otra de las grandes plazas de La Valeta es la Great Siege Square. Allí podéis ver el Monumento al Gran Asedio, un enorme conjunto formado por tres esculturas de bronces que representan la fe, el valor y la civilización. Fue inaugurado en 1927 y desde entonces se ha convertido en uno de los símbolos de la cultura maltesa moderna.

En la misma plaza está también la Corte de Justicia, un enorme edificio neoclásico construido bien entrado el siglo XX. De hecho, vino a reemplazar al Auberge d’Auvergne, uno de las primeras edificaciones de la ciudad. Lamentablemente, fue destruida durante los bombardeos de la II Guerra Mundial.

Concatedral de San Juan

La visita continuó y llegamos hasta el que probablemente es el edificio más destacado de la ciudad: la Concatedral de San Juan. Que no os echen para atrás el sobrio aspecto de su exterior, las colas que encontraréis en muchos momentos del día o que tengan la indecencia de cobrar 15€ por persona. Nada será capaz de empañar la increíble experiencia que podéis vivir entre sus muros.

Sin lugar a dudas, la Concatedral de San Juan es uno de los edificios más espectaculares que hemos visitado nunca. Ya sea por sus ocho increíbles capillas (dedicadas a las diferentes lenguas que estaban presentes en la Orden de Malta), por las más de cuatrocientas tumbas sobre las que caminaréis o por la excepcional vista que se puede obtener desde el balcón, lo cierto es que llenaréis vuestra memoria de imágenes únicas.

Mención aparte merece el patrimonio artístico del templo. Más allá de su bella ornamentación o de sus infinitas esculturas y reliquias, cabe reseñar que aquí se exponen dos de las obras más célebres de Caravaggio.

Plaza de San Juan

Por cierto, antes de entrar al templo o a la que salgáis de él, no podéis dejar de visitar la Plaza de San Juan. Allí podréis disfrutar de la fachada más espectacular de la Concatedral de San Juan, aunque como ya hemos dicho no le hace ninguna justicia si se compara con todo lo que podéis encontrar en su interior.

D’Amato Records

Desde esa plaza podéis aprovechar para ir hasta D’Amato Records, que tiene el honor de ser la tienda de música más antigua del mundo. Está en activo desde el año 1885, habiendo sido capaz de seguir operando incluso durante momentos tan crudos como los bombardeos de la II Guerra Mundial.

Es toda una institución en la isla y una visita obligada a poquito que os guste la música. Nosotros salimos de allí encantadísimos y con un par de adquisiciones para nuestra colección de vinilos.

Museo Arqueológico Nacional

La verdad es que últimamente no vamos mucho a museos, pero no por ello dejamos de ver su importancia. De hecho, normalmente están en edificios impresionantes, así que aunque no recorramos su interior vamos a disfrutar de su fachada. Fue lo que hicimos con el Museo Arqueológico Nacional, que ocupa las dependencias de un albergue que perteneció en tiempos a la Orden de San Juan.

Aquí podéis encontrar piezas procedentes no solo de La Valeta, sino de todo el país. Sin ir más lejos, la famosa Venus de Malta de Hagar Qim está aquí expuesta.

Museo Nacional de Bellas Artes

Hablando de museos, no está demasiado lejos de allí el Museo Nacional de Bellas Artes. También utiliza un edificio que perteneció a la Orden de San Juan, aunque en este caso es un enorme palacio. Tiene la mayor colección de arte maltés que podáis encontrar en todo el mundo, así que es una manera excepcional de acercarse al país a través del trabajo de sus artistas.

Plaza Jean de Valette

Yendo hacia el acceso a pie a la ciudad, no podéis dejar de visitar la bonita Plaza Jean de Valette, donde podéis encontrar un monumento al fundador de la ciudad. La plaza puede parecer un sitio sin más, pero está rodeada de edificios muy sorprendentes.

Palazzo Ferreria

El primer ejemplo es el Palazzo Ferreria, una joya del siglo XIX construida por el arquitecto Giuseppe Bonavia. Tiene la particularidad de que combina el estilo propio de un gran palacio italiano con los balcones de madera típicos de Malta, haciendo que sea una construcción única.

Opera Real

Durante los bombardeos de la II Guerra Mundial, el antiguo edificio de la Ópera Real de La Valeta fue totalmente destruido. Ya había sufrido un incendio años atrás, pero los proyectiles lo echaron abajo.

A diferencia de otros enclaves de la ciudad, la Opera no fue reconstruida. Sin embargo, desde el año 2013 las ruinas fueron reacondicionadas y en la actualidad son un teatro al aire libre (Pjazza Teatru Rjal).

Triton Fountain y alrededores

Si salís por un momento de la ciudad, disfrutaréis de su magnífico acceso. Allí os espera la Triton Fountain, una de las fuentes más llamativas de la isla. Se da la circunstancia de que por ahí anda la terminal de autobuses, así que seguramente sea lo primero que veáis si llegáis a La Valeta en transporte público.

Desde aquí podéis obtener también una de las mejores vistas del recinto amurallado de La Valeta. Los cavaliers gemelos de St. James y St. John’s, a ambos lados, invitaban al invasor a pensar que no era una buena idea intentar tomar esta plaza.

Iglesia de Santa Catalina

De vuelta a intramuros, todavía faltan dos iglesias por visitar. Muy a mano tendréis la Iglesia de Santa Catalina, construida por la Orden de San Juan en 1576. Es una de las más antiguas y monumentales de la ciudad.

Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria

Eso sí, no es tan antigua como la cercana Iglesia de Nuestra Señora de la Victoria. De hecho, no solo fue la primera iglesia de La Valeta, sino que tiene el honor de ser considerada la primera construcción terminada de la ciudad.

Albergue de Castilla

Por allí tenéis también el Albergue de Castilla (Auberge de Castille), en la Plaza Castilla (no confundir con el célebre intercambiador madrileño). Como su nombre indica, fue construido para albergar a los caballeros castellanos que acudían a la isla. Es uno de los edificios barrocos más destacados de La Valeta.

Upper Barrakka Garden

¿Recordáis que al visitar el Lower Barrakka Garden dijimos que tenía un hermanito? Pues bien, ese es el Upper Barrakka Garden. Es bastante parecido, aunque cambia el templete por una serie de arcos. Como está junto a la entrada a la ciudad, es muy visitado.

Salutting Battery

Si tenéis ocasión, merece la pena que vayáis a Upper Barrakka Garden a las 12:00 del mediodía. En realidad, diez minutitos antes, pues así podréis asomaros a su terraza principal y disfrutar de la Salutting Battery: una batería de artillería desde la cual todos los días, a esa hora, se pega un cañonazo. Se nota la herencia inglesa, pues hacen que el evento tenga toda la pompa que podáis imaginar: un señor uniformado, un narrador, musiquita épica de fondo…

Excursiones desde La Valeta

Hasta aquí la visita a La Valeta. Sin embargo, lo normal sería que con medio día tuvieseis suficiente para sacarle todo el partido a la ciudad. Si todavía tenéis fuerzas, aquí os dejamos tres excursiones que se pueden hacer directamente en ferry desde la capital del país.

Sliema

En tiempos recientes se ha convertido en una ciudad dormitorio, a la cual acuden muchos turistas por los precios más que razonables de sus hoteles. Sin embargo, más allá del alojamiento, Sliema ofrece un buen puñado de atractivos como para darse un paseíto para allí: su bonito paseo marítimo, varias iglesias, calles decadentes aunque llenas de encanto… Con un par de horas es más que suficiente.

Isla Manoel

Desde Sliema, a pie, podéis llegar a la Isla Manoel, conocida también como Isla del Obispo. Es un lugar muy poco visitado pese a tener una de las fortalezas más impresionantes de la isla. En tiempos albergaba el hospital en el que se recluía a los enfermos de peste y cólera.

Tres Ciudades

Si bien esas dos primeras excursiones más sencillas, para el final hemos dejado la que, en nuestra opinión, es la imprescindible. Y es que tomando el ferry que hay a los pies del Upper Barrakka Garden llegaréis a La Cottonera, donde os esperan tres ciudades increíbles. Senglea, Vittoriosa y Cospiscua forman una conurbación llena de encanto, la cual sería un crimen no visitar si se está de viaje en Malta.

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