Glacier Point Road, la carretera por las alturas de Yosemite

Conducir por Yosemite es, en sí misma, una de las grandes experiencias que se pueden vivir en este Parque Nacional de la costa oeste de Estados Unidos. El mejor ejemplo es Glacier Point Road, la carretera que va en paralelo al Yosemite Valley por el flanco sur, ganando altura hasta llegar a una zona de increíbles miradores.

25 kilómetros de pura magia

Los 25 kilómetros que van desde el inicio de la Glacier Point Road hasta la cima de la misma son absolutamente deliciosos. Transitaréis por la naturaleza más bonita que podáis imaginar, disfrutaréis de unas vistas increíbles y con un poco de suerte (siempre conduciendo con mucho cuidado) tendréis encuentros con diferentes animales salvajes.

Tenéis que tener en cuenta que el panorama cambia mucho según la época del año. En los meses cálidos (más o menos de mayo a noviembre) la Glacier Point Road abre en su totalidad, ofreciendo al viajero un abanico de posibilidades casi único. Por otro lado, en los meses fríos (el resto del año) la carretera únicamente está limpia hasta el Badger Pass Ski Area.

De cara organizar la visita, os recomendamos ir primero al punto más alejado. Así podréis primero conducir por la carretera entera y luego ir retrocediendo poco a poco, haciendo que la vuelta se haga menos pesada.

Si tenéis la suerte de recorrerla en su totalidad, os pondrá también en disposición de hacer algunas de las rutas de senderismo más bonitas de Yosemite. De eso os vamos a hablar a continuación: de todo lo que se puede ver y hacer en esta estupenda carretera.

Qué ver en Glacier Point Road

La carretera más bonita de Yosemite

Tal y como hemos dicho, conducir por la Glacier Point Road ya es un fin en sí mismo. Seguramente la persona que vaya de copiloto disfrute un poco más que el conductor, así que lo mejor sería que hagáis turnos y que el buen samaritano que lo lleve hasta arriba luego le ceda el testigo a otro piloto. En cualquier caso, hablamos de una de las carreteras más bonitas por las que hemos conducido nunca (sin desmerecer a la Tioga Pass, al norte de Yosemite).

Miradores: todos son buenos

Puede que este consejo haga vuestro viaje mucho más lento, pero deberíais hacernos caso cuando decimos que todos los miradores merecen la pena. Parad el coche allá donde veáis un apeadero, ya que siempre ofrecerá unas vistas colosales de El Capitan, el Half Dome y del resto de elementos destacados de Yosemite. Durante la primera mitad de la carretera veréis paradas mucho más modestas que durante el segundo tramo, pero insistimos en que todas son guays.

Washburn Point

Hablando de miradores, hay uno que brilla con luz propia. Nos referimos a Washburn Point, una parada desde la cual tendréis una panorámica absolutamente fascinante del Half Dome y de la cresta este de Sierra Nevada. También tendréis a tiro diferentes cascadas, como Nevada, Vernal e Illilouette Fall.

Es una vista muy peculiar, ya que el Half Dome se ve mucho más de perfil que en otros puntos de observación. Por cierto, el mirador recibe este nombre en honor de los hermanos Washburn, que participaron en la construcción de la primera carretera entre Wawona y Yosemite Valley.

Sentinel Dome y Taft Point, binomio ganador

¿Recordáis cuando hablábamos de senderismo? Pues ya en la zona final de la Glacier Point Road, habiendo ganado bastante altura, os esperan dos recorridos sensacionales. Parten desde el mismo punto, por lo que podréis hacer ambos de una misma tacada.

Nos estamos refiriendo, en primer lugar, a Sentinel Dome. Esta ruta os llevará hasta una enorme cúpula de granito, en un escenario tan salvaje como evocador.

Por otro lado, Taft Point os permitirá ascender hasta una zona con unos miradores únicos, en los que la piedra se está fracturando y deja acantilados súper agresivos. Es un espacio mágico.

Glacier Point, el gran final

Para el final hemos dejado Glacier Point, pues no solo da nombre a la carretera. También es su destino más destacado y está al final del trayecto, por lo que tiene un aura especial. A esa mística contribuye la maravillosa panorámica que ofrece de todo el Yosemite Valley, siendo sin lugar a dudas una parada imprescindible en el Parque Nacional.

Las aglomeraciones están más que aseguradas, pero aun así es un sitio que merece mucho la pena. Es uno de los emblemas de Yosemite y, probablemente, de todo Estados Unidos.

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