Rascafría es la localidad más occidental del Valle Alto del Lozoya. Pese a que es uno de los pueblos más remotos de la Sierra Norte de Madrid (se tarda una hora y cuarto desde la capital), lo cierto es que también es uno de los más interesantes. En su término municipal encontraréis muchísimas cosas que ver y que hacer, las cuales combinan un patrimonio de primer nivel con uno de los entornos naturales más espectaculares de la Comunidad de Madrid. En definitiva, hablamos de un destino que puede presumir de ser una de las mejores excursiones que se pueden hacer desde Madrid.
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Mucho más que rocas frías
No se sabe si el nombre de Rascafría es un derivado de rocas frías (por la cumbre nevada de Peñalara) o de carrasca fría (por las encinas de los alrededores), pero en cualquier caso se trata de un lugar que ha evolucionado mucho y que hoy en día se caracteriza por ser un destino de lo más diverso. El origen se encuentra en la repoblación que se hizo durante la Edad Media por cuadrillas segovianas, para apuntalar la zona tras su reconquista.
Lo que en origen iba a ser un humilde pueblo agrícola y ganadero, a imagen y semejanza de otros muchos de la Sierra Norte madrileña, cambió radicalmente en el siglo XIV. Fue en ese momento cuando se fundó el Monasterio de El Paular, la primera cartuja de Castilla. Al calor de este enorme conjunto monástico llegaron también privilegios, dinamismo económico y mucha población, convirtiéndose en algo así como la capital del Valle Alto del Lozoya.
Nunca se perdió ese carácter rural de montaña, pero también surgieron otro tipo de negocios. Por ejemplo, Rascafría llegó a tener una fábrica de papel, otra de vidrio, tres molinos harineros y varias serrerías. Entre estas últimas destaca la Sociedad Belga de los Pinares de El Paular, cuyos edificios todavía se pueden contemplar en la ruta entre Rascafría y El Paular.
Hoy en día vive del turismo, aunque de una manera súper variada. Hay quien acude a Rascafría en busca de patrimonio, pero también son muchos los que quieren hacer senderismo, bañarse en sus míticas piscinas naturales, disfrutar de su amplísima propuesta gastronómica o conocer su folclore. Leyendas como la del Tuerto Pirón o la del Carro del Diablo forman parte del imaginario colectivo madrileño. Seguid leyendo y os enseñaremos todo lo que podéis visitar de este bonito pueblo de la Sierra Norte.
Turismo en Rascafría
Iglesia de San Andrés Apóstol
Comenzamos la visita por la Iglesia de San Andrés Apostol. Si bien es cierto que no es el templo más popular de la Sierra Norte y que vive a la sombra del súper monasterio cartujo (del que más abajo os hablaremos), no por ello deja de tener interés. De hecho, todo lo contrario: es un edificio interesantísimo.
Data del siglo XV, aunque su aspecto actual se debe a dos ambiciosas restauraciones ocurridas en la segunda mitad del XX. Tiene una mezcla de estilos muy chula, pues tan pronto podréis contemplar bóvedas góticas como un púlpito plateresco. Durante la Guerra Civil perdió sus campanas, procediendo las actuales de los metales de dos aviones que se estrellaron en los alrededores.
Arquitectura popular
Plaza de Trastámara
Para tomarle el pulso a la arquitectura popular de Rascafría, nada como ir a la Plaza de Trastámara. Allí os espera la Casona, un edificio del siglo XIV que antaño fue hospital. En cualquier caso, aprovechamos para recomendaros que vayáis con los ojos bien abiertos, puesto que en Rascafría hay muchísimos edificios con solera que merecen la pena.
Plaza de la Villa
La siguiente gran plaza que no deberíais perderos es la Plaza de la Villa. Es uno de los grandes puntos de reunión rascafrienses. En ella podéis encontrar dos edificios súper relevantes.
Ayuntamiento
El primero es el Ayuntamiento, una de las grandes obras de arquitectura neomudéjar de la Sierra Norte. Se empezó a construir a comienzos del siglo XX y fue restaurado en 1984. Además de Casa Consistorial, también fue usado como escuela.
Antigua Casa de Postas
En el otro lado de la plaza está la Antigua Casa de Postas, fechada en 1726. Es un magnífico ejemplo de las viviendas rurales con dependencias para el ganado que tanto se daban en la serranía madrileña.
Plaza de España
Por último, la Plaza de España también es una visita obligada. En ella encontraréis un pequeño templete, una fuente, una rotonda que está llena de motos a cualquier hora y también un buen puñado de bares y restaurantes. Si la anterior era la plaza en la que se reúnen los locales, este parece ser el punto de encuentro favorito para los forasteros.
Puente de Manola
En una calle paralela a las plazas de la Villa y de España, junto al arroyo del Artiñuelo, encontraréis el Puente de Manola. Es una especie de puente-plaza, junto a la cual se encuentra la terraza de un bar, la escultura a la Manola (en honor a las mujeres que antiguamente iban al arroyo a lavar la ropa) y también una zona de edificios antiguos súper bonita.
Sala de Exposiciones «Hermanas Miñambres»
No muy lejos de allí está el Museo de las Hermanas Miñambres, una sala de exposiciones dedicada a promover la cultura tradicional de Rascafría. En su interior podéis ver aperos de labranza, ropas y toda clase de enseres. Como su propio nombre indica, este espacio es fruto del trabajo desinteresados de dos hermanas, que han puesto en marcha uno de los museos más guays de la Sierra Norte sin ningún tipo de ayuda. ¡Bien por ellas!
Pilón
Ya saliendo por el sur del casco urbano, muy cerquita de la carretera, se encuentra un antiguo pilón. Lo que en su momento era una estructura clave en el pueblo hoy en día ha quedado más bien como parque para refrescarse, pero igualmente sigue mereciendo la pena la visita.
Chocolate Natural «San Lázaro»
Al ladito del pilón está la tienda Chocolate Natural «San Lázaro», una auténtica eminencia en la sierra de Madrid. Es una fábrica de chocolate artesanal que utiliza fórmulas heredadas de los maestros chocolateros que pusieron en marcha el negocio hace ya décadas.
Oficina de Turismo
También cerquita de allí, siendo prácticamente el último edificio antes de abandonar Rascafría en dirección a Cotos, está la Oficina de Turismo. Es un lugar de visita obligada: por lo majos que son, por lo profesionales que son y por la muchísima información que os darán sobre la Sierra Norte. Entrad a preguntar si la veis abierta, confiad en nosotros.
Serrerías Belgas
Si se avanza por esa carretera, iréis a parar a un montón de sitios interesantes que todavía pertenecen al término municipal de Rascafría. Y es que el casco urbano es una pasada, por los alrededores molan incluso más. La primera parada sería en la Sociedad Anónima Belga de los Pinares de El Paular, una antigua industria maderera que ha dejado su huella en forma de bosques gestionados durante casi 200 años y varios edificios que harán las delicias de los amantes de la arqueología industrial.
Real Monasterio de Santa María de El Paular
Sin embargo, aquí hay un claro protagonista. Un poquito más adelante está el Real Monasterio de Santa María de El Paular, un conjunto monumental fundado en 1390. Dicha fecha le convirtió en la primera cartuja castellana, habiendo llegado a nuestros días en un estado de conservación excelente. Más allá de lo brutal que es el edificio, en su interior encontraréis medio centenar de obras de Vicente Carducho. Si queréis ampliar información, tenemos un post dedicado en exclusiva al monasterio.
Arboreto Giner de los Ríos
A poquitos pasos, aunque al otro lado de la carretera, está el Arboreto Giner de los Ríos. También tenemos un artículo aparte hablando de él, puesto que se trata de uno de los jardines botánicos más interesantes de la Comunidad de Madrid. En tan solo una hectárea tiene representadas a doscientas especies caducifolias procedentes de todo el mundo.
Puente del Perdón
También en este lado de la carretera está el Puente del Perdón. Data del siglo XVIII, aunque vino a sustituir a otro de más antigüedad. Tiene tres arcos, está construido en sillería de granito y aunque su uso estaba claro (facilitar el paso al molino de papel que había al otro lado del río) su nombre se debe a un uso anterior. Aquí era donde revisaban la sentencia de los condenados a la horca, justo antes de ser ejecutados.
Centro de Educación Ambiental / Centro de Visitantes
Si queréis ampliar información sobre la zona en sentido amplio, en el propio Puente del Perdón tenéis un espacio divulgativo único. Hace las veces de Centro de Visitantes del Valle de El Paular, de Centro de Educación Ambiental y también es uno de los Puntos de Información sobre el Parque Nacional Sierra de Guadarrama. Visitadlo siempre que lo veáis abierto, pues es muy entretenido y dan información de mucha calidad.
Bosque Finlandés
Si avanzáis por el puente y giráis a mano izquierda, os adentraréis en la Finca de los Batanes (una de las muchas propiedades que tenían los cartujos en la zona). Su espacio más destacado es el Bosque Finlandés de Rascafría, uno de los lugares más instagrameados de toda la Comunidad de Madrid. Realmente es una zona muy chiquitita (una estampa, como nos dijeron en la Oficina de Turismo), pero es bonito a más no poder. Alrededor de una pequeña laguna se ha recreado un pequeño bosque como los que hay en Finlandia, incluyendo especies de la zona y elementos arquitectónicos tan reconocibles como un embarcadero o una sauna.
Molino de papel
Por cierto, a pocos pasos de allí tenéis el Molino de Papel de Rascafría, conocido también como Molino de los Batanes. Realmente son unas ruinas de las que ya queda poco por ver, pero que siempre merecen una visita. ¿Por qué? Pues porque en esas instalaciones se imprimieron, ni más ni menos, que las primeras versiones de la obra cumbre de Miguel de Cervantes: El Quijote.
Presillas de Rascafría
Si tenéis la suerte de visitar la zona en un día de verano, no olvidéis echar el bañador o el bikini a la mochila. Y es que las Presillas de Rascafría son unas de las mejores piscinas naturales de la Comunidad de Madrid. Tienen una zona de césped enorme, el agua no podría estar más limpia y también hay un chiringuito. No diremos eso de que Madrid sí tiene playa, porque no lo es, pero desde luego que se le parece.
Cascada del Purgatorio
¿Queréis hacer un poquito de senderismo? En ese caso, no dejéis de visitar la Cascada del Purgatorio. La ruta es larga y un poquito exigente, pero os aseguramos que es una maravilla. Y no solo por la belleza de sus saltos de agua, sino también por todo el camino hasta ellos. Eso sí, absteneos de hacer esta ruta si no hacéis senderismo de vez en cuando, porque se os puede hacer muy dura.
Valle de la Angostura
Una opción más sencilla es hacer la ruta circular por el Valle de la Angostura que os enseñamos hace ya un tiempo. Es un itinerario de tamaño medio (7 kilómetros) y tirando a facilito, pero que a la vez os permitirá conocer una zona preciosa. Muy recomendable sobre todo en otoño, cuando se tiñe de infinitos colores dorados.
Aprovechamos para recomendaros el Camino Natural del Valle del Lozoya, un camino que recorre el Valle Alto del Lozoya de punta a punta.
Mirador de los Robledos
Por último, si subís hasta el Mirador de los Robledos podréis disfrutar de una panorámica inolvidable tanto de la Sierra Norte como de la Sierra de Guadarrama. Pocos puntos de observación hay tan bonitos en el interior de la Península Ibérica, por lo que os recomendamos encarecidamente ir hasta él. No se nos ocurre una manera mejor de terminar la visita a Rascafría, un pueblo que por sí mismo da para una excursión de un día, pero también para pasar un fin de semana completo.
Mapa turístico de Rascafría
Por último, aquí os dejamos un mapa turístico de Rascafría. En él hemos situado todo lo que podéis ver tanto en el casco histórico como en los alrededores.