Ruta de senderismo por la Dehesa Boyal de Braojos

La Dehesa Boyal de Braojos ofrece uno de los paisajes más agradables de la Sierra Norte de Madrid. El recorrido no solo os llevará por el interior de esta densa masa boscosa, sino que además os mostrará uno de los mejores miradores al Valle Medio del Lozoya y un pequeño búnker de la Guerra Civil Española. Todo ello en apenas tres horas, las cuales se hacen súper llevaderas gracias a la mínima dificultad del trazado.

El Camino de la Dehesa Boyal de Braojos: nuestra experiencia haciendo la ruta

Vamos a contaros cómo fue hacer esta ruta y todo lo que vimos en ella. Antes de empezar, unos cuantos consejos: poneos cremita solar (hay muchos tramos en los que no hay sombra), llevad agua y calzado cómodo. Es un sendero sencillo, pero se va a casi tres horas a poco que hagáis unas cuantas paradas para hacer fotos. Por si os sirve de algo, nosotros empezamos a las 10:45 y acabamos a las 13:30 (tras haber quemado 630 calorías, según el reloj).

La ruta empieza en el pueblo de Braojos, el cual os recomendamos visitar encarecidamente. No os podéis perder su impresionante Iglesia Parroquial de San Vicente Mártir, con una torre de unas dimensiones difíciles de ver en el resto de la Sierra Norte de Madrid.

El primer tramo se hace por un sendero de tierra que no tiene mayor interés. En días de calor se puede hacer durito, ya que no tiene ni una sombra. Sin embargo, es el pequeño precio que hay que pagar antes de llegar a la entrada como tal de la Dehesa Boyal.

Nada más franquear la puerta (no olvidéis cerrarla) os encontraréis con un montón de vacas en libertad, una constante durante todo el recorrido.

La Dehesa Boyal de Braojos es un bosque abierto de un tamaño considerable, en el que básicamente predominan los robles. Tienen una característica muy peculiar: son de hoja marcescente. Eso significa que cuando se secan en verano se pegan al propio árbol, protegiendo a los brotes más chiquititos de los rigores del invierno.

La primera mitad de la ruta es básicamente de subida. En un momento dado el camino empieza a hacer zig zag: ¡mucha atención! Eso significa que está a puntito de llegar al Mirador de los Apilaches, uno de los mejores miradores de la Sierra Norte de Madrid. Os permitirá disfrutar de una panorámica sensacional del Valle Medio del Lozoya.

En nuestra opinión, el tramo más bonito de la ruta va desde que se visita el mirador hasta que se abandona la Dehesa Boyal, ya que esta última zona está súper bonita. El bosque se vuelve más frondoso, los árboles son altísimos y el camino es sencillamente precioso.

Al abandonar la Dehesa Boyal, pasaréis nuevamente por un secarral en el que no hay ninguna sombra. Es un tramo confuso, ya que el camino se desdibuja y no está claro por dónde seguir, aunque no debería ser complicado a poco que llevéis GPS en el móvil. Por cierto, este tramo ya es de descenso, por lo que tiene unas buenas vistas de los embalses cercanos debido a la altura.

Justo antes de volver a Braojos se entra de nuevo en la Dehesa Boyal. Estad atentos, pues a mano izquierda, como a un kilómetro del pueblo, tenéis un desvío para visitar un búnker de la Guerra Civil Española (junto con una carbonera). Es una pena el estado en el que se encuentra, de total abandono.

Tras visitar el búnker, tan solo tendréis que caminar quince minutitos más hasta pasar por debajo de las vías del tren y volver de nuevo a Braojos. Como ya hemos dicho, en total habrá sido un recorrido de algo menos de tres horas, tiempo más que suficiente para disfrutar de esta bonita dehesa madrileña.

Ficha técnica: cómo llegar, distancia y otros datos

📍 Punto de inicio: la ruta sale desde Braojos. No tiene pérdida, ya que las rutas están anunciadas por todo el municipio, pero una buena referencia puede ser la Calle del Carmen. Desde ahí podéis tomar la pista de tierra por la que transitaréis en la primera parte del recorrido.

📏 Distancia / desnivel: es una ruta de tamaño medio, con una distancia a recorrer de 9 kilómetros. El desnivel positivo, de algo más de 300 metros, está repartido de una manera uniforme: la primera mitad del recorrido es de subida y la segunda de bajada.

💪 Dificultad: es una ruta sencilla, muy bien señalizada y con el camino claro la mayor parte del tiempo. Diríamos que tiene una dificultad fácil, aunque quizá 9 kilómetros sea un poco paliza para gente que habitualmente no sale a caminar.

⏲️ Duración: completamos la ruta en algo menos de tres horas, incluyendo una breve parada para almorzar y un montón de pausitas para hacer fotos. Seguramente podría hacerse en dos horas y media.

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