¿Sabíais que existen unos calcetines recomendados por la Casa Windsor? Se trata de Corgi Socks, una empresa surgida en el corazón del Reino Unido que es capaz de distribuir su producto por medio mundo. En este artículos os contamos su historia y os mostramos por qué sus calcetines son unos de los mejores souvenirs que os podéis traer de tierras británicas.
Historia de una empresa con garantía real
Corgi Socks es una empresa surgida en Carmarthenshire, un pequeño pueblo de tradición minera en el corazón de Gales. El proyecto fue puesto en marcha en 1892, partiendo de unos orígenes muy humildes. Básicamente se dedicaban a comprar maquinaria de segunda mano cuyos mejores días ya habían pasado, restaurarla y ponerlas en la línea de producción.
El fundador de la empresa, Rhys Jones, tenía claro lo que quería hacer: calcetines de calidad. ¡Y vaya si lo consiguió! Su obsesión por desarrollar un buen producto hizo que su fama se extendiese rápidamente por toda Gales, para posteriormente ser una marca reconocida en la totalidad del Reino Unido.
Tras un primer siglo de absoluto crecimiento, en 1989 Corgi Socks fueron galardonados con el sello Royal Warrant. Se trata de un emblema muy complicado de obtener y que solo ostentan 850 empresas en el mundo. Es otorgado tras prestar 5 años de servicio a la Casa Real Británica, lo cual es muestra de calidad y fiabilidad absolutas.
Otro gran hito en la historia de Corgi Socks, ya en el siglo XXI, fue su unión en 2008 con Dents, una empresa fabricante de guantes. Uniendo conocimientos y contactos, plantearon una marca con aspiraciones globales y con una obsesión aun mayor por la calidad del producto.
Un souvenir que siempre gusta
¿Sabéis cómo conocimos Corgi Socks nosotros? Pues, como no podía ser de otro modo, empezamos a ver sus calcetines en las tiendas de edificios y monumentos relacionados con la Casa Real Británica. Por ejemplo, en Edimburgo tienen un papel muy destacado en la tienda del Palacio de Holyrood.
Puede que sean caros para un español, pues estamos acostumbrados a comprar un montón de pares de calcetines por un precio irrisorio, pero no hay que verlos como una prenda más sino como un regalo especial. Su precio suele oscilar entre las 15 y las 30 libras, lo cual les convierte en un souvenir de precio medio bajo.
Aunque en las tiendas relacionadas con la Casa Windsor los patrones suelen ir relacionados con la familia real (por ejemplo, con los clásicos corgis de la reina o directamente con la imagen de la mítica Isabel II), Corgi Socks tiene producto de muchos otros temas. De hecho, ha realizado colaboraciones a nivel internacional con marcas como Burberry o Ralph Lauren.
Así que ya sabéis, si queréis llevar (o regalar) calcetines reales, buscad Corgi Socks cuando estéis en Reino Unido. Son un producto que siempre gusta, se sale de los souvenirs típicos y todo lo que hay detrás de estos calcetines no podría ser más británico.
