Guía para conducir por Noruega

Hacer una ruta en coche por Noruega es una experiencia fascinante, pero puede complicarse más de la cuenta si no tenemos en cuenta algunas peculiaridades propias de la conducción por el país. Nosotros íbamos bastante preparados, pues leímos mucho antes de hacer el viaje, pero sobre el terreno nos dimos cuenta de que había muchas cosas que no habíamos tenido en cuenta.

Para hacerle más fácil la vida a futuros viajeros, hemos preparado esta guía para conducir por las carreteras noruegas. Una serie de 12+1 consejos con los que esperamos que vuestro viaje sea, al menos, tan increíble como el nuestro.

12+1 consejos para conducir por Noruega

Registra tu coche antes de ir para poder usar los peajes

Noruega tiene muchísimos peajes, tantos que si hubiera que pagarlos uno a uno sería una fuente inagotable de atascos. Para ello, existe un servicio llamado AutoPass, en el cual se puede registrar un vehículo y pagar todos los peajes que se utilicen a posteriori. Ojito, no es una tarifa plana: pagarás en función de lo que uses.

Para registrase hay que entrar en la web de AutoPass e introducir los datos del vehículo. Aunque existe una alternativa a esto (ir pagando los peajes en las gasolineras), está tan extendido este sistema que muchos peajes no están ni señalizados.

Hay que tener esto muy presente, ya que si la policía os caza sin haber registrado vuestro coche la multa será de aúpa.

La factura con los peajes que hayáis utilizado llega a casa unos seis u ocho meses después del viaje, por correo ordinario y también por email. Podéis pagar por tarjeta o por transferencia. Si no vais a volver a Noruega en un tiempo, también está la opción de haceros los locos y no pagar, pero obviamente nosotros no vamos a recomendarle eso a nadie. Guiño, guiño.

Las distancias son engañosas

Mucho cuidadito con esto: nada es lo que parece en los mapas noruegos. Es imposible calcular lo que se tarda en ir de un punto a otro a simple vista, utilizad siempre Google Maps o estaréis en un apuro. Hay zonas súper alejadas entre sí en las que no se tarda nada y otras que están a escasos 20 kilómetros pero requieren hora y media entre carreteras secundarias, túneles y ferrys.

De verdad, mucha atención al tema de las distancias. Sin duda, este es el consejo más valioso de todos los que forman en el post.

Acostúmbrate a tomar ferrys

En Noruega, ir del punto A al punto B en ocasiones requiere tomar un ferry. Acostumbraos a ello cuanto antes, ya que hay muchas zonas en las que es imprescindible. El procedimiento es bastante sencillo: vas conduciendo, te paras donde se acaba la carretera y esperas pacientemente a que llegue el barquito. Suelen salir cada pocos minutos.

Si el trayecto dura más de diez minutos, te recomendamos subir a la cafetería del barco. Las vistas suelen ser estupendas, podrás tomarte un perrito caliente, esperar a cruzar a la otra orilla a una temperatura más agradable que en el coche y disfrutar de las vistas.

Siempre merece la pena pagar

Si la ruta pone delante de ti un ferry, un túnel o cualquier otro elemento por el que pagar, no lo dudes: hazlo. Primero, porque muchas veces no hay alternativa. Y segundo, porque siempre ahorrarás dinero: quizá el ferry te cueste 8 o 10 euros, pero te ahorrarás varias horas de carretera.

Nosotros al principio mirábamos Google Maps, ya que odiamos pagar peajes y cualquier otra cosa que se le parezca. Sin embargo, nos acabamos rindiendo a la realidad y aceptando que lo mejor que se puede hacer es pasar por caja.

Hay que tomar decisiones sobre la marcha

Salvo que tengáis muy poco tiempo de viaje y vuestra ruta esté 100% cerrada, a lo largo de las carreteras noruegas tendréis que ir tomando decisiones que marcarán vuestro viaje. Hay mil puntos de interés que aparecerán ante vosotros y a los que no podréis volver, ya que si os saltáis el desvío necesitaréis varias horas para volver a ese punto.

¿Algunos ejemplos? Miradores hacia los fiordos, pequeños glaciares, restaurantes con unas vistas sensacionales… Un ejemplo excelente de esto es el Storelgen, una estatua gigante de un alce que está ubicada en la Nacional 3.

El clima es súper cambiante

Puede parecer que entramos en el terreno de las obviedades, pero de verdad que esto es algo a tener en cuenta. El tiempo en Noruega cambia rapidísimo, sobre todo en zonas de costa y en las latitudes mas septentrionales. De un momento para otro podéis pasar de un día estupendo a una virulenta ventisca y viceversa.

Esto se traduce en que tenéis que intentar ir siempre con el depósito lleno, con las baterías de los móviles bien cargadas, con algo de comida/bebida y con ropa de abrigo siempre a mano.

Carreteras y neumáticos de invierno

Si vuestro viaje es en invierno, es posible que algunas carreteras (incluso las más transitadas en los meses cálidos del año) estén cerradas, así que consultad bien vuestra ruta antes de salir de casa. También existe la posibilidad de que algunos tramos solo se puedan recorrer a determinadas horas del día, en convoys: un quitanieves irá abriendo camino y todos los coches tendrán que ir en caravana justo detrás.

En los meses fríos del año (entre finales del otoño y Semana Santa), los neumáticos de invierno no solo son recomendables, sino en algunos casos obligatorios. Estas ruedas con púas os permitirán conducir con seguridad en las peores condiciones.

La gasolina es cara, como todo lo demás

La gasolina en Noruega es cara, esto seguro que no sorprende a nadie. Sin embargo, la buena noticia es que no es tan cara como cabría esperarse, o al menos no hay tanta diferencia con España como sí la hay con otro tipo de productos. Así como la comida cuesta muchísimo más, con el combustible el drama no será tan grande.

Insistimos en la idea de que intentéis llevar siempre el depósito lleno, ya que en muchas zonas las gasolineras brillan por su ausencia.

Cero alcohol al volante

Aunque este consejo es válido para cualquier situación en cualquier lugar del mundo, en Noruega es aun más importante: si vais a conducir, ni una gota de alcohol. La tasa de alcohol en sangre permitida es de hasta 0,2 g/l, menos de la mitad que en España. Vamos, que con una simple copa de vino o una cerveza podéis dar positivo por muy acostumbrado que esté vuestro cuerpo al alcohol.

En cualquier caso, cero tolerancia con esto: si vais a conducir, no bebáis ni un trago. Ya no por vosotros, sino por los que os rodean.

Las luces siempre encendidas

Como en muchos otros países del norte de Europa, en Noruega es obligatorio ir con las luces encendidas en todo momento. Eso sí, mientras que en países más al sur están más acostumbrados a viajeros que se olvidan y suelen hacer la vista gorda si les pillan, aquí no habrá piedad: si os despistáis, os comeréis una jugosa multa.

Así que ya sabéis: encended la luces según crucéis la frontera y no las apaguéis hasta que salgáis de allí.

Algunas carreteras son destino turístico

Hay determinadas carreteras en Noruega que son tan espectaculares que se han convertido en un destino turístico en sí mismo. Y no solo por dar acceso a un lugar único o por tener unas vistas privilegiadas, sino por la propia espectacularidad del trazado.

Más allá de la ruta a Cabo Norte como uno de los grandes recorridos que todo viajero debe hacer al menos una vez en su vida, nos han venido a la mente la Carretera del Atlántico o la Escalera de los Trolls. Rutas inolvidables y que bien haríais en visitar si estáis por la zona.

Existe una iniciativa llamada Norwegian Scenic Routes, que aglutina las 18 carreteras más espectaculares de Noruega. Os recomendamos tenerla muy en cuenta a la hora de planificar vuestro viaje.

Animales en libertad: ¡mucho cuidado!

Noruega y animales en libertad es un binomio prácticamente indisoluble. Eso se traduce no solo en que tenéis que ir con los ojos bien abiertos, sino también en que tengáis cuidado con el resto de conductores. Al fin y al cabo, pensad en que lo que para vosotros es algo extraordinario (ver unos renos en libertad, por ejemplo) para un noruego puede ser algo cotidiano. Dicho de otro modo: si vosotros frenáis por ver a un reno pero el de detrás no, podéis salir muy mal parados.

Ojito con la frontera

Por último, recordad que Noruega no pertenece a la Unión Europea. Por tanto, su frontera no es tan blanda como las que estamos habituados a pasar en otras zonas del continente. Tened muy a mano vuestra documentación, la del vehículo y los seguros pertinentes. Si vais con mascotas, recordad que hay que llevar pasaporte y cumplir con determinados requisitos para que os dejen entrar en el país.

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