El Arco Geodésico de Struve y sus 34 hitos

Estando en la bonita ciudad de Hammerfest, descubrimos algo que nos fascinó: el Arco Geodésico de Struve. No es ningún secreto (de hecho, fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 2005), pero tenemos que reconocer que no habíamos oído hablar de él hasta entonces. Nos gustó tanto que aquí os traemos este artículo, en el que os contamos qué es exactamente y en qué países podéis visitar los diferentes hitos que forman parte de él.

Uno de los grandes experimentos científicos del siglo XIX

Vayamos a comienzos del siglo XIX. Fue ahí cuando el astrónomo Friedrich Georg Wilhelm von Struve se propuso demostrar que la Tierra está achatada por los polos. Para ello realizó una eterna serie de triangulaciones a lo largo de un arco meridiano.

Para que os hagáis una idea de la magnitud del proyecto, Struve tuvo que realizar mediciones durante casi cuatro décadas. Empezó en 1816 y no terminó hasta 1855. Dicho de otro modo, cuando puso en marcha el experimento apenas era un joven de 23 años y cuando terminó ya pasaba de los 60. ¡Increíble! Además, no penséis que únicamente se dedicó a esto, ya que también dejó su huella en otros campos como la observación de estrellas dobles. Fue además el primero en medir el paralaje de Vega.

Para demostrar esa frase tan propia de la enseñanza primaria (que nuestro planeta está achatado por los polos), realizó ni más ni menos que mediciones en 265 puntos. De todo su trabajo, se han conservado 34 hitos o vértices, en los cuales a día de hoy se han instalado monumentos conmemorativos.

Un viaje increíble entre el océano Ártico y el mar Negro

Todo lo relacionado con el Arco Geodésico de Struve es viajero en sí mismo. Las triangulaciones fueron efectuadas desde el océano Ártico hasta el mar Negro, pasando actualmente por diez países distintos.

Como os hemos dicho, nosotros conocimos este increíble hito de la ciencia visitando el punto geodésico que hay a las afueras de Hammerfest, no muy lejos del Cabo Norte. De Noruega se pasa y de ahí a Finlandia, desde donde cruza el mar Báltico pasando por territorio de Rusia.

De nuevo en tierra firme, atraviesa las Repúblicas Bálticas de norte a sur. Así, podéis ver visitar arcos en Estonia (en la ciudad universitaria de Tartu, por ejemplo), en Letonia y en Lituania.

De ahí pasa a Bielorrusia, donde hay un total de cinco arcos. También hay uno en Moldavia, para desviarse posteriormente hacia el este y acabar el recorrido a orillas del mar Negro, ya que suelo de Ucrania.

Teniendo en cuenta cómo se ha vuelto el mundo, se nos hace difícil creer que un experimento de estas características, con tantos países implicados, pudiera volver a desarrollarse. En cualquier caso, otro motivo más para visitar un arco de Struve si tenéis ocasión.

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