El Círculo Polar Ártico a su paso por la E6

Cruzar el Círculo Polar Ártico siempre es especial: da igual dónde, cuándo o en qué dirección. Hoy os vamos a enseñar cómo es esta experiencia en Noruega, donde lo más habitual es hacerlo recorriendo la Ruta Europea E6. Así, cuando lleguéis al paralelo 66º33’52»N os encontraréis con un apeadero, en el cual os esperan un montón de cosas: un centro comercial en miniatura, esculturas, rutas de senderismo…

The Arctic Circle Centre, parada obligada en la E6

Cuando hicimos el viaje a Cabo Norte desde España, atravesamos el Círculo Polar Ártico dos veces. A la ida fue por Finlandia, en un lugar tan especial como Santa Claus Village: la residencia oficial de Papá Noel. Sin embargo, a la vuelta nos pilló atravesando la E6 en dirección al sur.

Fue así como descubrimos The Arctic Circle Centre, un llamativo edificio con forma de nave espacial que sirve para decir hola o adiós a la región ártica (en función de vuestra dirección). De hecho, lo veréis en las caras de la gente: felicidad absoluta en el caso de los que están subiendo o morriña en el caso de los que, como nosotros, están emprendiendo el camino de vuelta a casa.

The Arctic Circle Centre fue construido en 1990 y desde entonces es una parada obligada. A simple vista podría parecer la típica tienda de guiris (que sí, que también lo es), en la cual es posible comprar todo tipo de figuritas, camisetas o incluso certificados que acrediten la proeza de haber rebasado el Círculo Polar. Eso sí, aparte de la compra indiscriminada de souvenirs también ofrece muchas más cosas.

De hecho, además de la tienda alberga un restaurante de comida típica noruega, una oficina de correos y una pequeña tienda, además de esculturas de trols o de animales absolutamente tróspidos.

Aunque en invierno cierra, en verano tiene un horario de apertura amplísimo (de 9:00 a 21:00). La gente que trabaja allí es encantadora y además habla español, por lo que también podréis obtener muchas recomendaciones para exprimir la zona.

Esculturas, montañas y piedras vergonzosamente apiladas

Al margen de The Arctic Circle Centre, también tenéis que prestar atención a muchas más cosas. En primer lugar, a los diferentes monumentos que acreditan la presencia del Círculo Polar Ártico. Nuestro favorito fue la escultura original de 1937. Quizá no sea muy espectacular en términos de tamaño, pero es evocadora y romántica a más no poder.

También veréis un monumento a los caídos en la II Guerra Mundial, instalado allí en homenaje a los combatientes del Ejército Rojo. De hecho, no faltan la hoz y el martillo, algo muy frecuente en diferentes zonas de Noruega.

Las vías del tren pasan relativamente cerca y cuentan con su propio monumento del Círculo Polar, así que pasamos por debajo de un túnel y nos pusimos a curiosear. No pudimos acercarnos tanto como nos gustaría, pero aun así fue un paseo de lo más agradable. Pensad que este área está a los pies del Parque Nacional de Saltfjellet-Svartisen, por lo que los paisajes son increíbles.

Aprovechamos para hablar de paisajes para reivindicar el final de una lacra que asola al mundo entero. Nos referimos a la repugnante costumbre de apilar piedras para hacer pequeñas montañitas, algo que aquí está prohibido expresamente y que aun así parece ser moneda de cambio. Si amáis la naturaleza, evitad hacer esa ordinariez.

Mucho más especial de lo que parece

Paramos aquí por el simbolismo que tenía dejar atrás el ártico y también por estirar un poco las piernas, sin más pretensión que descansar después de un buen tramo de carretera. Aun teníamos que conducir un ratito hasta Mo i Rana, por lo que el sitio nos venía de perlas.

Lo que de primeras parecía una turistada sin interés, resultó ser un lugar lleno de magia. Con aroma a aventura, poniendo en valor los tiempos en los que ir al Ártico no era algo tan sencillo como ahora.

Así pues, solo nos queda recomendaros que hagáis esta parada, ya que estamos seguros de que os va a encantar.

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