Qué ver en Bodo, una vibrante ciudad ártica al borde de la naturaleza

La ciudad de Bodo es una de las más interesantes en términos culturales, turísticos y económicos de toda Noruega. Con más de 50.000 habitantes, la urbe vive días dorados desde el final de la II Guerra Mundial, cuando comenzó un enorme desarrollo que no parece tener fin. Todo adquiere tintes épicos si se tiene en cuenta su ubicación, ya que Bodo está por encima del Círculo Polar Ártico. Es una parada clásica en cualquier ruta que se precie por el norte de Noruega, además de ser el lugar desde el que salen (y al que llegan) los ferrys que van a las islas Lofoten.

Dinamismo urbano en medio del ártico

Precisamente, nosotros llegamos hasta allí tomando el ferry de Moskenes a Bodo. Tras un trayecto de aproximadamente cuatro horas, nos encontramos una ciudad que tenía mucho más de lo que cabría esperar.

Bodo es un sitio relativamente nuevo, ya que su fundación no ocurrió hasta 1816. Fue proyectado como un centro comercial para los pescadores del norte de Noruega, pero durante sus primeras décadas no consiguió el crecimiento esperado. No fue hasta el cambio de siglo cuando llegó una cierta dinamización económica, la cual se cortó en seco durante la II Guerra Mundial.

Sea como fuere, cuando acabó el conflicto llegaron los mejores momentos para Bodo. La reconstrucción fue vertiginosa y pronto se convirtió en uno de los lugares más dinámicos del ártico. Incluso en momentos de tensión, como en los años más turbios de la guerra fría, la posición de Bodo no hizo sino favorecer su economía. Y es que su base aérea se convirtió en una de las más importantes del país.

Esos tiempos bélicos quedaron atrás y hoy en día Bodo es una auténtica maravilla. Su animada vida cultural es digna de mención, con una gran programación de eventos durante todo el año y buenas dosis de street art en numerosos rincones de la urbe. La cristalización de todo esto llegó con la elección de Bodo como Capital Europea de la Cultura (año 2024), siendo la primera vez que ostenta este galardón una ciudad continental en la región ártica.

Bodo es un lugar excelente para disfrutar del sol de medianoche y de las auroras boreales, en función de si vais en verano o en invierno respectivamente. Además, tiene un patrimonio súper interesante y que se ve fácilmente. Tomando como referencia su Ayuntamiento, se puede hacer un recorrido circular que atraviesa los principales puntos de interés. Además, los alrededores exconden diferentes joyas que también merecen una mención.

Turismo en Bodo

Ayuntamiento

El Ayuntamiento de Bodo es el edificio perfecto para comenzar la visita a la ciudad. Se aparca bien en los alrededores (de pago, eso sí), alberga la Oficina de Turismo en su interior y estaréis a tiro de piedra de todo lo que hay que ver por allí. Vamos, que todo son ventajas.

El edificio del Ayuntamiento es engañoso. Si por un lado se trata de una construcción absolutamente vanguardista, por el otro mantiene la parte antigua. Vamos, que muy mal se os tiene que dar para que no os llame la atención, ya sea por una cara, la otra o las dos.

Calles principales

Storgata

Básicamente hay tres avenidas que nos os podéis perder en Bodo. Son paralelas y están conectadas entre sí por varias calles perpendiculares, por lo que no tienen pérdida.

La principal, justo en el medio, es la Storgata. Es la típica calle comercial de cualquier ciudad Europea, aunque con una particularidad: su tramo central está cubierto. Es una especie de centro comercial, conocido como Glass Huset, al cual podréis entrar con perro.

Dronningens Gate

Justo al sur de la Storgata está la Dronningens Gate. Si habéis empezado por el Ayuntamiento ya la habréis visitado, ya que justo está allí. Es la calle más auténtica de la ciudad, bien merece un paseíto.

Sjojgata

Por último, al norte de ambas, ya muy pegadita al mar, está la Sjogata. Es otra calle muy interesante, en la cual encontraréis algunos edificios destacados como la Toldkammer.

Stormen

La ajetreada vida cultural de Bodo, de la cual ya hemos hablado antes, tiene su máxima expresión en Stormen. Se trata de un conjunto de edificios de vanguardia, en los cuales es posible encontrar una enorme Sala de Conciertos, la Biblioteca de la ciudad o espacios para exposiciones permanentes.

Puerto

Stormen no está demasiado lejos del Puerto de Bodo, por lo que bien haríais en que esa fuese vuestra siguiente parada. Es de grandes dimensiones, tiene muchísimo ajetreo y además es una de las paradas clásicas del mítico barco Hurtigruten.

Muelle

Si os gusta pasear entre barquitos, bien haríais en ir hasta la misma punta del Muelle. Construido en 1904 y ampliado en los años 80 de ese mismo siglo, os dejará una panorámica estupenda tanto del mar como de la propia ciudad.

Catedral de Bodo

Dejando el agua atrás y volviendo al centro, no os podéis perder la Catedral de Bodo. No diremos que es bonita, porque no lo es, pero tenemos que reconocer que es uno de los edificios religiosos más raros que hemos visto nunca. Es un excelente ejemplo de arquitectura funcionalista noruega, un movimiento arquitectónico que plantea que la forma de los edificios debe estar relacionada inequívocamente con el uso que va a tener.

En este caso, la catedral está elaborada fundamentalmente con acero y hormigón. Lo que es el propio templo es una basílica sin torre, con cinco naves. Sin embargo, a escasos metros hay un campanario junto a un monumento en honor a los caídos durante la II Guerra Mundial.

Museo Municipal (Nordlandsmuseet)

Muy cerca de la catedral está el Museo Municipal o Nordlandsmuseet. Se encuentra en uno de los edificios más antiguos de la ciudad, siendo uno de los poquitos que sobrevivieron a lso bombardeos de la guerra. Su colección hace un repaso a la historia de la zona, con especial mención a las culturas sami y vikinga.

Radhusparken

Por último, cerrando un improvisado recorrido circular, justo detrás del ayuntamiento está el Radhusparken, una de las principales zonas verdes de la ciudad.

Museo de la Aviación Noruega (Norsk Luftfartsmuseum)

Eso sí, no penséis que aquí acaba la visita a Bodo. Y es que en las afueras os espera el Museo de la Aviación Noruega (Norsk Luftfartsmuseum o Norwegian Aviation Museum). Inaugurado por el rey Harold V en 1995, se trata del mayo museo dedicado a la aviación de los países nórdicos. Tiene una exposición permanente de más de 10.000 metros cuadrados, en los cuales se pueden visitar tanto aviones civiles como militares.

Excursiones desde Bodo

Subida a Keiservarden

Por último, al ladito de Bodo tenéis un par de excursiones absolutamente imprescindibles. La primera es la subida a Keiservarden, un trekking de un par de horitas desde el cual tendréis unas vistas increíbles de la ciudad. En días claros incluso podréis contemplar la silueta de las islas Lofoten con todo lujo de detalles.

Visita a Saltstraumen

Además, a media hora en coche os espera Saltstraumen, un estrecho en el cual están las corrientes de mareas más potentes del planeta. Más de 400 millones de metros cúbicos de agua pasan por aquí en ambas direcciones un par de veces al día, creando unos remolinos absolutamente brutales. Pocos lugares hay así en el mundo, así que no dejéis de ir allí si estáis por la zona.

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