Cómo llegar a Schilthorn

En este artículo os vamos a enseñar cómo llegar a Schilthorn, una de nuestras excursiones favoritas de toda Suiza. Si queréis conocer una de sus estaciones de montaña más míticas y sentiros como un auténtico Agente 007 os esperan varios teleféricos, pero os aseguramos que el trayecto merecerá la pena.

Entre teleféricos anda la cosa

Recorrido y opciones

La única manera de llegar a lo alto de Schilthorn es saliendo desde Mürren, una localidad a la que también os recomendamos dedicarle una visita. El teleférico que sale a lo alto parte de la Schilthornbahn, una estación a la que podéis llegar de dos maneras:

  • Si habéis subido a Mürren en tren desde Lauterbrunnen, recorriendo el pueblo de punta a punta.
  • Si habéis subido en teleférico desde Stechelberg, simplemente tendréis que caminar un minutito para cambiar hasta la Schilthornbahn.

Una vez allí, tenéis que tomar un teleférico que comunica Mürren con Birg. Ojo con esta parada intermedia: merece muchísimo la pena. Convendría que le dedicaseis un ratito a la ida o a la vuelta.

Desde Birg sale el teleférico que comunica con Schilthorn.

Para que os hagáis una idea de las alturas: Mürren está a 1638 metros, Birg a 2677 metros y Schilthorn a 2970 metros.

¿Cuánto cuesta subir a Schilthorn?

Las excursiones por las montañas suizas nunca son baratas, aunque por suerte Schilthorn no es de las más caras. Nosotros pagamos unos 85€ por el trayecto de ida y vuelta, siendo dos personas y un perro. Eso sí, contábamos con un 50% de descuento por estar viajando con la Swiss Travel Pass.

Por cierto, la tarifa os dará derecho a parar en Birg, explorar esa estación y luego continuar vuestra ruta. ¡Estad muy atentos de no perder los tickets!

Una subida incómoda pero interesante

Realmente se trata de una subida muy breve. Suponiendo que fuéseis desde Stechelberg, el trayecto completo tarda una media hora. Eso sí, como los teleféricos no salen todo el rato, es posible que tardéis algo más por las esperas.

Puede que se tarde poco, pero es una subida incomodísima. Los teleféricos siempre van hasta los topes, así que os tocará ir apretados. Esto será especialmente poco agradable si vais a Schilthorn con perro, ya que los esquiadores no son especialmente cuidadosos con sus súper botas enormes de muchísimos euros. Lo bueno es que a la bajada no suele haber gente, así que se hace más llevadera.

En cualquier caso, tanto a la ida como a la vuelta merece la pena que no despeguéis los ojos de los cristales, ya que disfrutaréis de unas panorámicas excelentes de estas maravillosas montañas.

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