Con tan solo 19 años, J. R. R. Tolkien realizó un viaje por Suiza que cambió su vida para siempre. No solo quedó enamorado de ese increíble destino, sino que todo lo que vio le sirvió de inspiración para crear algunos de los pasajes más míticos de sus obras El Hobbit y El Señor de los Anillos. En este artículo os contamos cómo fue ese viaje y os mostramos algunas de las localizaciones que desataron la imaginación del escritor. ¿Alguna vez habíais soñado con visitar Rivendel? Seguid leyendo y os diremos dónde está.
El viaje por Suiza que cambió la vida de Tolkien
Verano de 1911. John Ronald Reuel Tolkien, con apenas 19 años, se echa la mochila a la espalda y realiza un viaje de varias semanas por los Alpes suizos. Lo que podría parecer una historia cualquiera sirvió para cambiar para siempre la historia de la literatura universal, ya que ese viaje sirvió de inspiración a Tolkien para dar forma a buena parte de su legendarium.
Aunque el viaje en sí no tuvo relevancia pública durante su desarrollo, lo cierto es que tiempo después se ha sabido mucho de él. Las principales referencias son cartas que Tolkien escribió a su hijo (situadas en 1950 y en 1967 en función de la fuente consultada), aunque también quedó registrado en escritos de Colin Brookes-Smith (uno de los compañeros de viaje de Tolkien).
El itinerario completo no se conoce, pero sí ha quedado constancia de que Tolkien visitó sitios como Interlaken, Lauterbrunnen, Mürren, Grindelwald, el glaciar de Aletsch o Zermatt, además de la subida a una recién inaugurada estación de montaña que hoy en día es conocida como Top of Europe. Además, sus compañeros de viaje apuntan a otros sitios no mencionados por Tolkien, como Visp o Gruben.
Si bien el autor le reconocía a su hijo que medio siglo después del viaje empezaba a estar un poco borroso, también señalaba aspectos muy específicos del mismo. Por ejemplo, que algunas localizaciones y sucesos de los libros habían ocurrido en esa aventura de verano por Suiza.
Escenarios de El Señor de los Anillos inspirados en Suiza
Hay elementos en común y puntos de disputa entre los estudiosos. Sin embargo, existen tres localizaciones cuya inspiración en Suiza está unánimemente reconocida:
- Rivendel: el refugio de los elfos en el que vivía Elrond, el padre de Arwen. Al parecer, Tolkien se inspiró en Lauterbrunnen, algo que por otro lado no debe sorprender ya que es un valle con hasta 72 cascadas.
- Minas de Moria: el último tramo de la subida a Top of Europe se hace en un empinado tren cremallera por el interior de la montaña, el cual fascinó a Tolkien. Se inspiró en él para imaginar las minas más grandes excavadas por los enanos.
- Misty Mountains: la triada formada por el Jungfrau, el Monch y el Eiger se identifica con las Montañas Nubladas de El Señor de los Anillos.
Esos tres escenarios están fuera de toda duda. Otro tema son las hipótesis y las conjeturas, ya que determinados estudios se agarran a pequeños matices en las cartas de Tolkien y a similitudes aparentemente obvias para hablar de otros enclaves suizos.
Así, hay quien compara la Ciénaga de los Muertos con Grimsem (aunque siempre se dijo que ese escenario era fruto de la experiencia directa de Tolkien en la I Guerra Mundial, la Montaña Solitaria con el Matterhorn o Esgaroth con Interlaken.
Incluso hemos leído que Gandalf (al que siempre habíamos identificado con Odín y Väinämöinen, la verdad) podría ser de inspiración suiza, por una supuesta postal que compró Tolkien y en la que escribió «Origen de Gandalf».