Cuando el viajero piense en Mürren, debe imaginarse el no va más de los pueblos suizos de montaña. De hecho, probablemente sea el más bonito y turístico del país, al menos en la zona de los Alpes. En este artículo os vamos a enseñar qué ver y qué hacer en este paraíso en el que no falta absolutamente de nada: casitas de madera, enormes montañas repletas de nieve, deliciosas fondues con el mejor queso que podáis saborear…
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Un pueblo lleno de chalets, pero no como imagináis
Empecemos por una auténtica curiosidad. ¿Sabéis de dónde viene la palabra chalet? ¡Pues justo de esta zona! Aunque hoy en día se asocie a casa más o menos acomodada del extrarradio de las ciudades, en sus orígenes los chalets eran construcciones de madera en las que vivían los pastores. Normalmente tenían un chalet de invierno (con una planta inferior en la que estaba el ganado y otra superior para vivir) y otro de verano (mucho más sencillo, para poder llevar a los animales a las zonas altas de las montañas).
Os contamos esto porque Mürren es un pueblecito de chalets, pero de los auténticos suizos. Es decir, por doquier veréis casitas de madera que parecen sacadas de un cuento de hadas. Y no solo por todo el pueblo, sino también en todas las montañas de los alrededores.
Precisamente, la ubicación de Mürren es uno de sus grandes atractivos. Desde esta localidad es posible contemplar el famoso triunvirato alpino, formado por el Eiger, el Mönch y el Jungfrau. Gracias a eso, desde allí tenéis acceso relativamente rápido a algunas de las excursiones más típicas de montaña, como Top of Europe (aunque siempre pasando por Lauterbrunnen).
De hecho, ya que sale el tema, es importante que tengáis en cuenta cómo llegar a Mürren. Y es que la única manera de hacerlo es desde Lauterbrunnen, ya sea por tren o por teleférico. Si tenéis la Swiss Travel Pass podréis llegar sin pagar, así que este es otro motivo más para hacerse con el popular abono turístico.
Turismo en Mürren
Arquitectura popular
Mürren es un pueblo que hay que recorrer de arriba a abajo. No diremos eso de que solo está formado por unas pocas calles, ya que pese a no tener acceso por carretera es un sitio en el que viven de manera permanente casi 500 personas. Sin embargo, si que insistiremos en la idea de que paseéis sin rumbo y cotilleéis todo lo cotilleable. Os aseguramos que hasta la última de las casas es súper bonita.
Nosotros visitamos Mürren llegando desde Lauterbrunnen en tren y con la idea de subir después a ver la estación de James Bond, lo cual nos permitió entrar por el extremo este del pueblo y salir por el oeste. Lo vimos todo de una manera natural, sin prisas pero a la vez sin dejarnos nada por el camino.
La verdad es que nos sorprendió el casco histórico de Mürren, pues tiene muchos más lugares destacados de los que esperábamos: iglesias, museos, un montón de tiendas… Seguid leyendo y os enseñaremos todo lo que hay que ver.
Eso sí, antes de seguir queremos haceros una recomendación: id con la batería de la cámara todo lo despejada que podáis. Mürren es un pueblo precioso, de lo mejorcito que vimos en nuestro viaje a Suiza. Cada calle, cada casa y cada rinconcito son súper fotogénicos, luego no digáis que no os avisamos.
Iglesia Reformista
Hay dos iglesias en Mürren. La primera (yendo desde la estación de tren) es la Iglesia Reformista o Iglesia Reformada. Es un templo sencillo, como cabría esperar en un pueblecito de las montañas alpinas.
Iglesia Católica
Misma cosa se podría decir de la Iglesia Católica, que está apenas unos metros más adelante de la anterior.
Minimuseum
Si algo nos gustó de Mürren es que, por encima de cualquier cosa, es un lugar que cuida los detalles. Y el mejor ejemplo de ello es el Minimuseum, un pequeño escaparate que se renueva anualmente y que muestra cómo ha sido la vida de los niños en el pueblo desde finales del siglo XIX hasta hoy. Cosas así marcan la diferencia.
La estación de bomberos de los Alpes
Ese tipo de detalles llevan, por ejemplo, a que haya una coqueta Estación de Bomberos en Mürren. Teniendo en cuenta que casi todo el pueblo está hecho a partir de casas de madera, es muy buena idea que haya gente por la zona dispuesta a apagar fuegos.
Tiendas de artesanía
A diferencia de otros pueblos de montaña, en los que prácticamente no hay comercio, Mürren es un lugar repleto de tiendas de artesanía. Súper importante el «de artesanía», ya que no son los típicos establecimientos casposos en los que solo venden imanes, sino lugares en los que comprar auténticas maravillas.
Comer fondue en Mürren
Mürren también es un sitio excelente para probar la gastronomía típica local. De hecho, nos parece uno de los mejores sitios de Suiza para probar una fondue o una raclette: no tiene precios excesivamente elevados y además las vistas son inmejorables. Nosotros tomamos una en el Hotel Alpenruh (al ladito del funicular) y estuvo deliciosa. Pagamos 80€ por dos personas: caro para España, pero barato para tierras helvéticas. Por cierto, tenemos un post sobre gastronomía suiza en el que os mostramos algunos platos que no deberíais perderos.
Excursiones desde Mürren
Por último, aunque Mürren ya es un destino súper top por sí mismo, no podéis ir allí y no plantearos hacer alguna que otra excursión. Antes hablábamos de Top of Europe, aunque eso requeriría pasar por Lauterbrunnen. Vamos directamente a excursiones que se pueden hacer directamente desde Mürren:
- Allmendhubel: ubicada a 1907 metros de altura, se trata de una estación al ladito de la montaña que le da nombre. Es el punto de partida perfecto para hacer senderismo por la montaña, además de ofrecer restaurantes y juegos infantiles.
- Gimmelwald: otro pueblecito al que solo se tiene acceso por teleférico, no por carretera. Pilla de camino a Lauterbrunnen, así que podéis parar en él de camino y luego seguir con vuestra ruta.
- Schilthorn: en nuestra opinión, la mejor excursión que se puede hacer desde Mürren. Tras tomar dos teleféricos, llegaréis hasta los 2970 metros de la cumbre del Schilthorn, donde os espera un parque temático de James Bond en miniatura. Además, disfrutaréis de unas vistas épicas y podréis comer en un restaurante panorámico que gira sobre sí mismo.