Conducir por Suiza: consejos para recorrer las carreteras helvéticas

Conducir por Suiza no es nada fácil, ya que es un país con un montón de particularidades en el asfalto. Eso sí, que nadie se preocupe: con tener en cuenta estos sencillos consejos, vuestro paso por las carreteras suizas será pan comido.

Este tipo de posts ya se ha convertido en todo un clásico de nuestra web. Esperamos que os resulte útil toda esta información y que pongáis un comentario si pensáis que nos hemos dejado algo importante en el tintero.

Los colores de las autopistas y autovías son al revés

Empezamos por algo básico, pero que seguramente os confundirá: ¿sabíais que los colores para indicar autopistas y autovías en Suiza van al revés que en el resto de Europa? Es decir: si en general se utiliza en azul para las autopistas y el verde para las carreteras secundarias, aquí es al revés.

Por tanto, si estáis en Suiza y veis una señalización de color verde, significa que estáis a punto de entrar en una autopista. Por otro lado, el color azul indica carretera secundaria.

La documentación no será un problema

Aunque Suiza no forme parte de la Unión Europea, en la práctica tiene infinidad de acuerdos para hacer mucho más fácil las relaciones entre suizos y el resto de europeos. Esto tiene una sencilla aplicación en materia de tráfico, puesto que no necesitarías nada especial para ir allí con vuestro vehículo. Es decir: con vuestro carnet de conducir y el seguro habitual del coche será más que suficiente.

Esta es una buena noticia, ya que normalmente hay que sacarse el carnet de conducir internacional y conseguir la carta verde del seguro en cuanto se sale de la Unión Europea, pero no necesitaréis nada de esto para Suiza.

La Vignette, tu nueva mejor amiga

Lo que sí os hará falta (de hecho es imprescindible) es la famosa Vignette de Suiza. Se trata de una pegatina que hay que poner en la luna delantera del coche, que cuesta 40 francos suizos y que os permitirá utilizar todas las autopistas del país. Vamos, que es como una especie de tarifa plana para los peajes. Hay que tenerla sí o sí, ya que en caso de que no la llevéis os expondréis a una multa de 200 francos.

Las luces siempre encendidas

También os podrían multar si vais con las luces apagadas, ya que en Suiza es obligatorio llevarlas encendidas las 24 horas del día. En buena parte de Europa esto es obligatorio, así que lo mejor sería que os acostumbraseis a llevarlas siempre encendidas y así no tendréis sorpresas desagradables cuando estéis en el extranjero con vuestro coche o furgoneta.

Radares por doquier

Hablando de sorpresas: ¡muchísimo cuidado con los límites de velocidad! En Suiza no solo son un poquito más bajos que en los países de los alrededores (120 kilómetros por hora como máximo en autopista, por poner un ejemplo), sino que hay radares por todas partes. Hasta en el pueblo más remoto encontraréis radares y controles de tráfico, por lo que respetad los límites al máximo o acabaréis siendo multados.

¡¡¡Cuidado con las multas!!!

De hecho, no hay nada peor en esta vida que las multas en Suiza. Pensad en sus desmesurados precios y en su enorme poder adquisitivo: ¿no sería lógico que las multas fuesen en consonancia? Pues sí, son enormes. Olvidaos de la picaresca al volante, de aparcar donde no es o de rebasar los límites de velocidad, porque os costará una fortuna.

Infórmate sobre el tiempo…

Cambiando radicalmente de tercio, es importante que tengáis siempre presente la información meteorológica. El tiempo en Suiza varía muchísimo: aunque un día empiece soleado, puede volverse oscurísimo en dos minutos y al revés. Tened esto en cuenta si sois de los que lo pasan mal en la carretera con lluvia o nieve, porque se os puede complicar el día.

…y sobre la época del año

También tenéis que tener en claro que las carreteras suizas son totalmente distintas en verano y en invierno. En los meses cálidos del año podréis circular por todas ellas sin complicaciones, pero en los meses fríos (y, por tanto, de nevadas) todo cambia radicalmente. Muchos pasos de montaña están cerrados, tendréis que ir siempre con las cadenas a mano y trayectos que en verano duran media hora en invierno pueden tomaros el triple. Ojito con Google Maps, que no siempre avisa correctamente de la apertura o el cierre de las carreteras.

Los datos del móvil pueden salir muy caros

Y, ya que estamos con Google Maps, tened en cuenta que en Suiza hay roaming. Esto se traduce en que os podéis quedar sin datos (y por tanto sin mapas) hasta que os hagáis con una sim local. Una buena manera de esquivar esto es descargar una aplicación de GPS que se pueda utilizar sin conexión, como la que os recomendamos en el post sobre apps para viajar en furgoneta.

Túneles, teleféricos y trenes para sortear las montañas

La compleja orografía de Suiza hará que, en algunos momentos, el coche pase a segundo plano. Por un lado, hay algunos destinos que no son accesibles por carretera, como Mürren o Zermatt. Tendréis que dejar vuestro vehículo en un parking y utilizar el transporte público.

Por otro lado, para pasar por debajo de las montañas existen trenes en los que se monta el vehículo y se sortea ese accidente geográfico. Es el caso, por ejemplo, del túnel de Lotschberg.

Aparcar no es tarea fácil

Por último, el aparcamiento en Suiza puede volverse misión imposible si no vais preparados. Tenéis que tener siempre a mano el macaron (una tarjeta de color azul que sirve para indicar la zona de llegada) y unas cuantas monedas, ya que algunos parquímetros solo funcionan con dinero en efectivo. En cualquier caso, podéis ir al post en el que os contamos más sobre aparcar en Suiza.

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