Suiza y el chocolate: la historia de amor más dulce

Quesos, navajas o relojes son tres productos que se asocian habitualmente a Suiza, en una ecuación en la que siempre se presupone una alta calidad. Es el caso también del chocolate suizo, famoso en el mundo entero por su excelente sabor y convertido en uno de los símbolos del país desde el siglo XIX. En este artículo os vamos a contar por qué es tan famoso el chocolate que se hace en Suiza y qué es lo que le hace diferente del resto de chocolates del mundo.

Historia del chocolate suizo

Un país pionero…

Teniendo en cuenta que la principal materia prima para elaborar chocolate es el cacao, un producto originario de América que no llegó a Europa hasta el siglo XVI, nada hacía indicar que Suiza se fuese a convertir en uno de los grandes productores de este producto a nivel mundial. Sin embargo, a veces las piezas del puzzle encajan de manera natural.

En este caso en concreto, Suiza fue uno de los primeros países del mundo en empezar a producir chocolate. Ya a comienzos del siglo XIX tenía una industria muy sólida, en la que destacan pioneros cuyos apellidos os resultarán conocidos. Por ejemplo, François-Louis Cailler abrió una fábrica cerca de Vevey en 1819 y Phillipe Suchard hizo lo propio en 1926.

Suiza se atribuye el mérito de haber creado la combinación ganadora: chocolate con leche. Fue en 1875, cuando Daniel Peter y Henri Nestlé pensaron en la mezcla que hoy arrasa en medio mundo. Solo cuatro años después, en 1879, el maestro chocolatero Rodolphe Lindt inventó la técnica del conchado, que le dio al chocolate suizo su característica textura.

…y también vanguardista

En resumen, un primer siglo lleno de pioneros innovadores que, como no podía ser de otro modo, cristalizó en una industria que siempre intenta estar a la vanguardia. Por eso, a día de hoy no dejan de surgir nuevas recetas y nuevos productos, todos ellos monitorizados convenientemente por Chocosuisse, la asociación que unifica criterios y vela por mantener la calidad del producto.

Igual que existen vinos o quesos con Denominación de Origen, el chocolate suizo también está regulado. Chocosuisse se encarga de que el producto dulce insignia del país siga evolucionando sin olvidarse de sus raíces, incluyendo la protección de sus derechos en las oficinas de registros y patentes de todo el mundo.

¿Por qué es tan bueno y tan famoso el chocolate suizo?

La industria del chocolate suizo no podría gozar de mejor salud. De hecho, salvo por un breve periodo de crisis a mitad del siglo XX (ocasionado por las guerras mundiales), es un sector que nunca ha dejado de crecer. Hoy existen decenas de empresas dedicadas íntegramente al negocio del chocolate, las cuales facturan millones de euros y dan trabajo a miles de personas.

Que el chocolate suizo sea bueno no solo viene dado por esos pioneros, sino que también es algo cultural. Los suizos tienen un nivel de exigencia altísimo (algo que se traslada a la relojería o a las navajas, por ejemplo), haciendo que sus chocolates no puedan ser cualquier cosa. Si el producto no es fino, no tiene un aroma armonioso o no se derrite en la lengua, no merece la pena ser llamado chocolate suizo. Además, no es la típica cosa con la que se pueda engañar a los locales, pues los habitantes del país son unos de los que más chocolate consumen al año en el mundo: ¡hasta 12 kilos por persona!

Un dato interesante sobre la fama del chocolate suizo es que el desarrollo temprano de su industria coincidió también con la puesta en marcha del turismo moderno. Así, cuando Suiza empezó a recibir viajeros, estos se encontraban con que podían adquirir un producto delicioso y sorprendente, a un precio razonable, y llevarlo a su país a modo de souvenir. Así, entre 1890 y 1920 se convirtió en un producto típico y cuya fama se expandió por el mundo entero.

Marcas de chocolate suizo

El chocolate suizo es una de esas cosas que están siempre ahí, en nuestra vida cotidiana. Parece que no, pero todo el mundo come estos productos de tanto en cuando, incluso sin necesidad de salir de su propia ciudad.

¿No nos creéis? Pensad en las marcas típicas de chocolate suizo. ¿Quién no se ha comido alguna vez un Toblerone? Producidas en Berna, estas barritas con forma de ladrillo son famosas en el mundo entero por su sabor y textura. Su imagen es muy característica, con la silueta del Matterhorn en todos sus envases. Por si no os habíais fijado, hay un oso en medio del diseño.

Otras marcas conocidas en el mundo entero son Lindt y Cailler, ambas conocidas en el mundo entero. Quizá la primera esté más asociada a la gran distribución en supermercados y la segunda sea un producto más gourmet, pero en cualquier caso son productos top of mind. También podríamos hablar de Ovomaltine, muy fácil de encontrar por todo el mundo.

¡Ah! Y no nos olvidemos de los chocolates de Nestlé. Puede que sea un chocolate más de «batalla», pero se trata de la empresa de alimentos más grande del mundo.

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