El Túnel de Base de Lötschberg es una de esas infraestructuras suizas que nos vuelven locos. Se trata de un alucinante túnel ferroviario que conecta los cantones de Berna y Valais (a través de Frutigen y Raroña, respectivamente) bajo las montañas de los Alpes. En este artículo os enseñamos cómo es y cómo fue nuestra experiencia utilizándolo con nuestra querida furgoneta. ¿Furgoneta? ¿No era un túnel ferroviario? Seguid leyendo y os enseñamos.
¿Qué es el Túnel de Base de Lötschberg?
Para hablar de este túnel hay que remontarse a comienzos del siglo XX, cuando se construyeron las primeras carreteras que atravesaban el interior de los Alpes. Así, en 1913, se inauguraba el primer Túnel de Lötschberg. Fue tras una construcción que duró casi siete años y que sufrió retrasos y desviaciones de presupuesto por la complejidad técnica de la obra y por los accidentes, que no fueron pocos.
Casi un siglo más tarde, el puente de Lötschberg (además de otros pasos repartidos por todo el territorio alpino) se había quedado antiguo. Por eso, se puso en marcha un ambicioso proyecto federal suizo: AlpTransit. Conocido también como New Railway Link through the Alps NRLA, la idea era construir nuevos enlaces ferroviarios: mucho más rápidos y eficientes.
El proyecto tuvo dos ejes de actuación, el de San Gotardo (al este) y el de Lötschberg (al oeste). En ambos primó la seguridad, por lo que se concibieron con dos tubos de una sola vía cada uno, conectados por túneles perpendiculares cada pocos metros. Las cosas no siempre salen como uno espera, y al final en Lötschbergsolo hubo un tubo por motivos de costes.
El Túnel de Base de Lötschberg fue inaugurado en el año 2007. Está a unos 400 metros por debajo del túnel original, tiene una longitud de casi 35 kilómetros y funciona durante todo el día. Lo llamativo de este túnel es que puede ser utilizado de manera directa por tráfico ferroviario, aunque también de manera indirecta por coches, furgonetas y camiones.
¿Cómo es eso posible? Pues en enormes convoys que salen durante todo el día, en los cuales montas tu vehículo y te llevan a través de las montañas. Por eso mismo lo utilizamos nosotros: estábamos yendo de Interlaken a Zermatt y esta era la opción más rápida y eficiente.
Utilizar el Túnel de Lötschberg: tarifas, horarios y experiencia
Vamos a contaros cómo fue nuestra experiencia. Empecemos por lo más doloroso: las tarifas. A nosotros nos costó 27€ que nuestra T4 utilizase el túnel. Al parecer, no hay diferencia de tarifas entre coches y furgonetas.
El Túnel de Base de Lötschberg funciona todos los días del año, con un horario que aproximadamente va desde las cinco de la mañana hasta las once de la noche (es decir, de 5:00 a 23:00). En las horas centrales del día salen unos tres convoys cada hora, mientras que en momentos de poca afluencia puede ser uno por hora.
El trayecto realmente es corto: desde que montas tu vehículo hasta que sales del tren pasan apenas 20 o 30 minutos, en función del día y de las condiciones. Es una experiencia loquísima, porque el túnel es súper estrecho, apenas hay iluminación y todo se mueve como si estuvieses atravesando turbulencias en un avión.
Eso sí, el proceso de embarque es muy lento. Hay que ponerse en una fila y seguir las indicaciones de los operarios, que se afanan al máximo para que no quede ni un centímetro libre en el convoy. Tendrás que pegarte mucho al de delante y hacer un gran ejercicio de confianza, tanto en tus capacidades de aparcar como en las del siguiente.
Por cierto, el Swiss Travel Pass no es compatible con este túnel: tendréis que pasar por caja sí o sí. Lo bueno es que os permitirá atravesar los Alpes en muy poco tiempo, por lo que el gasto en la entrada os lo ahorraréis con creces en la gasolina que tendríais que pagar si no usaseis el túnel.