Hacía ya mucho tiempo que teníamos ganas de escribir sobre El Pardo, un lugar clave en la Historia de España y cuya visita siempre está llena de matices. Técnicamente forma parte de la capital, pues tras varios siglos como municipio independiente se anexionó a Madrid en 1950. Sin embargo, poco tiene que ver con el asfalto y los rascacielos, pues El Pardo se asienta en un entorno privilegiado y sus calles son más propias de un pequeño pueblo que de una gran urbe.
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El lugar más peculiar de Madrid
El Pardo como tal surgió a comienzos del siglo XV, cuando Enrique III de Castilla ordenó la construcción de un pabellón de caza. De hecho, el lugar llevaba siendo escenario de cacerías por parte de la realeza y la nobleza desde mucho tiempo atrás.
Su importancia siempre fue mayor que su tamaño, enamorando a los sucesivos monarcas que pasaron por aquí: Carlos I, Felipe II, Felipe III… Todos quedaban prendados por su magia. En el siglo XVIII Fernando VI le otorgó la denominación de Real Sitio, mientras que con Carlos III el lugar se empezó a urbanizar y a configurarse de un modo que ha llegado hasta nuestros días sin apenas alteraciones.
El dictador Francisco Franco eligió a El Pardo como sede para su gobierno, mientras que en 1962 fue recuperado por Juan Carlos I como residencia real. Actualmente viven aquí Felipe VI y la reina Letizia, en un palacete anexo al Palacio de la Zarzuela.
En términos turísticos, El Pardo es una de las mejores excursiones que se pueden hacer desde Madrid. Por su patrimonio, las posibilidades que ofrece en cuanto a naturaleza, por su cercanía e incluso por su propuesta gastronómica, ya que aquí se come realmente bien. Por eso, a continuación os enseñamos todos los sitios que pueden visitarse en una excursión de un día por El Pardo.
Turismo en El Pardo
Palacio Real de El Pardo
El edificio más emblemático de la zona es, sin lugar a dudas, el Palacio Real de El Pardo. No solo por ser donde empezó todo, por su importancia en el devenir histórico del país o por lo que ha significado en tiempos recientes, sino también por su belleza arquitectónica y por el increíble patrimonio que alberga en su interior. Tapices, relojes y lámparas de araña sorprenden a un visitante que solo puede acceder al palacio mediante visita guiada, previo pago de 9€ por persona.
El Palacio de El Pardo es actualmente el espacio en el que se hospedan los Jefes de Estado que visitan España, por lo que en ocasiones las visitas se interrumpen. Sin embargo, desde fuera podéis contemplar algunas de sus fachadas y parte de los jardines.
Iglesia Virgen del Carmen
Justo al lado del Palacio Real está la Iglesia Virgen del Carmen, inaugurada ya en la segunda mitad del siglo XX. Vamos, que es fruto directo del crecimiento que experimentó este Real Sitio tras fijar en él su residencia oficial el dictador Franco. Está muy bien integrada entre las construcciones preexistentes y en su interior encontraréis un interesante retablo del año 2000.
El pueblo de El Pardo
Una vez veáis ambos edificios, os recomendamos dar un paseíto por las calles y plazas de los alrededores. Descubriréis así El Pardo más auténtico, ese en el que apetece estar a media tarde tomando algo en los fines de semana de primavera y otoño.
Una buena referencia es la Plaza de El Pardo (antigua Plaza del Caudillo), entorno a la cual se arremolinan algunos de los restaurantes y cafeterías con más solera del lugar. Imprescindible la visita a La Marquesita, de donde no os podéis perder su especialidad homónima. Misma cosa en cuanto a El Gamo, un lugar en el que siempre apetece pegarse una buena comilona.
En realidad, El Pardo es un poliedro realmente interesante. Poco tiene que ver esta zona con el modo de vida que encontraréis en la Colonia Mingorrubio (de la que hablaremos más abajo). Misma cosa respecto a las casas que hay en dirección a la Casita del Príncipe. Por eso mismo, da gusto pasear por el pueblo (técnicamente barrio) y recorrer sus diferentes calles.
Convento de las Madres Concepcionistas Franciscanas
No os podéis perder el Convento de las Madres Concepcionistas Franciscanas, que anda no muy lejos de la Plaza de El Pardo. Construido a comienzos del siglo XIX, sus momentos de máximo esplendor quedaron atrás hace ya mucho tiempo: donde antaño llegaron a vivir casi medio centenar de monjas de clausura, hoy en día viven apenas dos o tres. Es un edificio precioso y que bien haríais en visitar.
Sala Histórica de la Guardia Real
Caminando en dirección opuesta llegaréis a la Sala Histórica de la Guardia Real, una pequeña exposición permanente en la cual se muestran vehículos, uniformes, armas y demás objetos relacionados con la Guardia Real. La variedad es excepcional, pues se muestran piezas de todas las épocas: desde documentación del siglo XVI hasta el coche que le regaló Hitler a Franco en el año 1940.
Casita del Príncipe
Al ladito de este museo está la Casita del Príncipe, un pequeño palacete neoclásico construido en el siglo XVIII. Fue concebido casi de improviso, a modo de casa de campo, por Carlos IV y María Luisa de Parma. Sin embargo, las prisas no fueron buenas consejeras y el edificio ha arrastrado problemas de humedades desde el primer día. De hecho, durante mucho tiempo estuvo cerrado por su mal estado, pero en la actualidad es posible la visita.
Justo enfrente, al otro lado de la carretera, está uno de los sitios más interesantes y ocultos de El Pardo. Nos referimos al pequeño jardín o parterre: una especie de Jardines de Sabatini en miniatura donde podréis pasear mientras escucháis de fondo el sonido del río.
CEHIPAR (Canal de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo)
Si preparáis la visita con antelación, también podréis aprovechar vuestra excursión a El Pardo para conocer el CEHIPAR, el Canal de Experiencias Hidrodinámicas de El Pardo. Se trata de un centro de investigación de la Armada Española, en el cual se encuentra la piscina más larga de España: 35.000 metros cúbicos destinados a hacer pruebas e investigaciones sobre navegación. Organizan jornadas de puertas abiertas varios días al año.
Convento de los Padres Capuchinos (Cristo de El Pardo)
Si levantáis la cabeza desde cualquier lugar de El Pardo, lo normal es que veáis en lo alto de la montaña un pequeño conjunto religioso. Es el Convento de los Padres Capuchinos, conocido también como Convento de Nuestra Señora de los Ángeles o simplemente como Cristo de El Pardo. Se trata de una serie de edificios surgidos a comienzos del siglo XVII, pero cuyo aspecto actual más tiene que ver con las reformas tras la Guerra Civil que con esa época.
Ya que subís hasta aquí, conviene que avancéis hasta el final de la carretera. Allí, en las inmediaciones del Restaurante El Torreón, podréis ver ciervos y jabalíes en libertad, además de otros animales que tienen en una especie de granja en miniatura. Esta es una de las mejores zonas para ver atardecer en El Pardo, además de un lugar de observación clave para ver ciervos en época de berrea.
Colonia Mingorrubio
El Pardo tiene un pequeño barrio anexo: la Colonia Mingorrubio. Se llama así por un antiguo arroyo, surgió para albergar a los militares que formaban parte del cuerpo de escoltas del dictador Franco y en la actualidad viven por allí unas mil personas.
Es un lugar interesante por dos motivos. Por un lado, por un merendero sensacional que está en las inmediaciones de la Senda Fluvial del Manzanares, una de las mejores rutas que podéis hacer por allí.
Por otro lado, en Mingorrubio encontraréis el Cementerio de El Pardo, en donde se encuentran los restos de Francisco Franco, a donde fueron trasladados tras su exhumación del Valle de los Caídos.
Quinta del Duque del Arco
Un lugar que no os podéis perder en El Pardo es la Quinta del Duque del Arco, un lugar que tiene un poquito del Palacio Real de Madrid, otro poquito de los Jardines de Aranjuez y un buen puñado de factor sorpresa, ya que es la quinta menos conocida de la capital. Os recomendamos el paseo por allí, ya que sus jardines barrocos son de lo mejorcito de España.
Muro de El Pardo
De camino al pueblo pasaréis, inevitablemente, por el famoso Muro de El Pardo. Resulta que en el año 1750 el rey Fernando VI ordenó construir un muro que rodease todo el perímetro del monte, ya que estaba harto de que sus posibilidades de caza se vieran mermadas por los cazadores furtivos y por el desplazamiento natural de las especies. Esta enorme construcción, paradójicamente, ha permitido crear un ecosistema independiente al del resto de Madrid, por lo que nada más cruzarlo os sentiréis muy lejos del resto de la capital.
Todo lo que no se ve
Lamentablemente, no se puede mencionar El Pardo sin hacer referencia a que la práctica totalidad de su entorno (se calcula que más del 95%) no es accesible para el público general. Entendemos que haya restricciones en el Palacio de la Zarzuela, pero no tiene sentido que uno de los mejores bosques mediterráneos de Europa esté cerrado a «cal y canto». Ponemos comillas porque ese cierre no es tal, ya que sí es posible acceder si tu apellido es Borbón, tienes amigos bien posicionados o te invitan a una de las cacerías que todavía a día de hoy se siguen celebrando. Para que os hagáis una idea, aquí tenían su nidito de amor el rey Juan Carlos I y su amante / amiga especial Corinna, ya que sabían que podían dar rienda suelta a sus emociones sin ser molestados por el populacho.
Es una pena que esto pase y desde aquí reivindicamos la inmediata apertura del Monte de El Pardo a todo aquel que quiera pasear por él.
Senderismo por El Pardo
Eso si, no queremos terminar este artículo malamente, así que lo vamos a hacer mencionando una actividad imprescindible: el senderismo por El Pardo. Incluso en un contexto de cierre casi total de este espacio natural, teniendo como referencia el pueblo es posible realizar un buen puñado de interesantes rutas.
Antes os hablábamos de la Senda Fluvial, pero tampoco podéis perderos la Senda de Valpalomero ni la Senda Peñarrubia, pues os permitirán disfrutar de auténtica naturaleza sin abandonar el término municipal de Madrid.