Cuando visitamos el pueblo de Zermatt, hubo una zona que nos gustó especialmente: la que conforman la Hinterdorfstrasse y alrededores. Se trata de un pequeño barrio repleto de casas de madera, en el que está concentrada la esencia del casco histórico del pueblo. Hoy queremos hablar de esta joya en profundidad, ya que nos volvió absolutamente locos.

El Zermatt que esperabas
Zermatt nos dejó con algunas dudas. Es un pueblo sensacional, pero el exceso de gente y los taxis eléctricos abarrotando las calles nos rompieron la idea que llevábamos en mente. Esperábamos un pueblecito perdido en medio de la montaña y encontramos otra cosa: no necesariamente mala, pero desde luego no lo que íbamos buscando.
La excepción a ese planteamiento fue Hinterdorfstrasse, una pequeña calle adyacente a la populosa Bahnhofstrasse. Corresponde con la parte más antigua de Zermatt y os trasladará al aspecto original del pueblo, antes de que fuese transformado por la llegada del turismo alpino masivo.

Tanto la Hinterdorfstrasse como sus alrededores son un remanso de paz, un pueblo en miniatura dentro del propio pueblo de Zermatt. Está formado fundamentalmente por casas de madera, además de edificios que tenían que ver con la agricultura y la ganadería como graneros, establos o almacenes.
Todos ellos, pese a haber sido construidos entre los siglos XV y XIX en un material tan frágil como la madera, se encuentran en un perfecto estado de revista. Misma cosa se puede decir de la Fuente Ulrich Inderbinen, ubicada en el corazón del barrio y que rinde honores al alpinista más viejo en subir al Matterhorn. ¡Tenía 89 años cuando realizó su última ascensión!

Os recomendamos encarecidamente que vayáis a la Hinterdorfstrasse y la recorráis de principio a fin, incluyendo las calles de los alrededores y los pequeños patios que surgen entre las casas. Realizaréis un auténtico viaje al pasado en el que la tranquilidad y la armonía serán predominantes.

Un barrio bohemio en miniatura
Eso sí, no esperéis un sitio muerto. Hinterdorfstrasse es uno de esos sitios en los que hace años no quería vivir nadie, pero que con el paso del tiempo se han revalorizado y captado la atención de las personas que buscan un modo de vida más tranquilo.
Sin llegar a ofrecer la agitada vida cultural de un barrio bohemio de una gran ciudad, lo cierto es que en Hinterdorfstrasse y alrededores vimos como varios edificios antiguos han sido reconvertidos, funcionando en la actualidad como galerías de arte y talleres de artesanos. ¡Mejor imposible!
Si queréis terminar de sacarle todo el partido al barrio, id muy atentos a los carteles. Prácticamente en cada edificio encontraréis una plaquita en la que se cuenta qué era en origen esa construcción, así como la época en la que fue construida.
