Los Pueblos Más Bonitos de Francia es una asociación que agrupa, como su nombre indica, a los lugares más destacados del territorio francés. Bajo el tríptico lema de qualité, notoriété et développment (calidad, notoriedad y desarrollo) ofrece a viajeros de todo el mundo una marca fácil de reconocer, la cual asegura la felicidad en cada visita.
Una institución pionera a nivel mundial
Ya os hemos hablado de Los Pueblos Más Bonitos de España y Los Pueblos Más Bonitos de Suiza, pero teníamos muchísimas casas de analizar el caso francés. Y es que aquí empezó todo, ya que fue la primera asociación del mundo en agrupar pequeños enclaves rurales para su promoción turística.
La iniciativa surgió en 1982 (casi 30 años antes que en España) de la mano de Charles Ceyrac, que puso en marcha un organismo cuya filosofía sigue más vigente que nunca. En resumen, agrupar a pueblos y ofrecerles una herramienta poderosa para la difusión de sus atractivos artísticos, históricos y naturales.
Mención aparte merece ese último punto, ya que Los Pueblos Más Bonitos de Francia es un organismo que le da especial importancia a la conservación del paisaje que rodea a las urbes. Incluso obliga a limitar las construcciones que vayan en contra del medio rural, pues al fin y al cabo no hay pueblos sin campo.
De hecho, no es la única prohibición que establece, pues no permite a sus miembros aprobar la construcción de edificios que vayan en contra de la estética de su arquitectura popular. A cambio, asegura el incremento de los turistas desde prácticamente el primer día en el que se forma parte de la asociación.
¿Qué tiene que tener un pueblo para estar entre los más bonitos de Francia?
Básicamente hay tres requisitos para formar parte de Los Pueblos Más Bonitos de Francia:
- Asegurar una dimensión rural, a través de un tope de población (no admiten a núcleos urbanos con más de 2000 habitantes) y de la protección del medio que rodea al pueblo.
- Ofrecer al viajero un patrimonio histórico-artístico de relevancia, con al menos dos edificios inscritos en las listas oficiales de construcciones protegidas. Castillos, iglesias, palacios, molinos o pozos son algunos ejemplos.
- Que el propio municipio solicite su adhesión y acepte los estatutos del organismo.
Aunque ya es una asociación con muchísima antigüedad (como hemos dicho, fue puesta en marcha en 1982), cuenta con más fuerza que nunca. De hecho, actualmente cuenta con más de 160 pueblos adheridos, repartidos entre más de 70 departamentos de toda Francia.
Si vais por la carretera y os topáis con el logotipo de Les Plus Beaux Villages de Francia, parad sin dudar. Tenéis por delante a una auténtica maravilla del mundo rural.
