Eguzkilore, la flor del sol que protege las casas de Euskadi y Navarra

Si os gusta viajar por el País Vasco y Navarra, seguramente os habréis dado cuenta de que en las puertas de muchas casas hay una especie de flor seca, que se parece a un girasol pero también a un cardo. ¿No sabes lo que es? En ese caso estás en el lugar indicado, porque este artículo está dedicado precisamente a esa flor. Por si no lo sabías, se llama Eguzkilore, y es un elemento que lleva formando parte de la cultura vasca desde hace ya muchos siglos. Sigue leyendo y descubrirás la interesante historia de un elemento omnipresente a lo largo y ancho de Euskadi y Navarra.

¿Qué es un Eguzkilore?

El Eguzkilore, también conocido como flor del sol o por el nombre científico de Carlina Acanthifolia, es una especie de cardo salvaje que en la Península Ibérica crece en Euskadi y Navarra fundamentalmente, aunque también es posible encontrarlo en las montañas de Cantabria y La Rioja. En Europa central es muy común, llegando incluso hasta latitudes muy meridionales a través de Noruega, Suecia e Islandia.

Se trata de una especie bienal, es decir, que florece cada dos años. Es perenne y su tallo puede alcanzar hasta los 30 centímetros de altura. Su flor, incluyendo el capítulo, las hojitas y las espinas de los alrededores, puede tener un diámetro de hasta medio metro.

El Eguzkilore que vemos en las puertas de las casas es la flor tratada y desecada. Un elemento a medio camino entre lo decorativo y lo espiritual que está muy presente en los pueblos de Euskadi y Navarra, contando con un gran arraigo en sus tradiciones.

El Eguzkilore en la mitología vasca

Según la mitología vasca, el Eguzkilore llegó a los humanos directamente de Amalur, la Madre Tierra.

Cuenta la leyenda que al principio solo había oscuridad y terribles criaturas acosaban a los humanos. Por ello, estos acudieron a Amalur para buscar protección, por lo que fue creada la luna, pues las bestias huirían de su luz.

Cuando las criaturas malvadas se acostumbraron a la luz de la luna, los humanos volvieron a pedir ayuda a Amalur. En este caso, la madre tierra creó el sol, haciendo que los días fuesen mucho más seguros.

Sin embargo, las noches seguían siendo inseguras. Por eso, los humanos volvieron a acudir a Amalur. La madre tierra dejó claro que era la última vez que prestaba ayuda, aunque lo hizo de una manera definitiva: creando una flor tan hermosa que las bestias la confundirían con el sol. Esa flor, obviamente, es el Eguzkilore, que defendería las casas contra monstruos, criaturas y espíritus.

De ahí viene la costumbre de colocar esta flor en las puertas de las casas.

Usos del Eguzkilore

Más allá de la mitología, hay que acudir a la ciencia para explicar la importancia del Eguzkilore en la cultura vasca. En este caso, el historiador Alberto Santana indica que el uso de esta flor como planta ornamental es súper antiguo. De hecho, su utilización va más allá de la cultura vasca, pues incluso hay representaciones del Eguzkilore en elementos artísticos de la Antigua Roma.

En términos ideológicos, la asociación entre el Eguzkilore y la protección se empezó a producir durante el siglo XVIII. En ese momento, por su forma, los pastores asociaban la forma de la flor a las custodias u ostensorios, es decir, la pieza de metal en la que se coloca la hostia después de ser consagrada. Ese elemento del cristianismo evoca inequívocamente protección, lo que sumado a la leyenda que os hemos contado en la sección anterior hizo que flor y protección se empezasen a considerar dos caras de la misma moneda.

Eso sí, mucho ojito. Una vez más acudimos al historiador Alberto Santana, que advierte de que el uso del Eguzkilore como elemento protector no es tan antiguo. De hecho, hasta bien entrado el siglo XX no se convirtió en un elemento recurrente en las puertas de las casas vascas. Es una de esas neo-creencias que tan rápido se extienden en nuestros días, como el auge de la admiración por todo lo vikingo.

Más allá de usos decorativos o de creencias religiosas, lo cierto es que el Eguzkilore es una flor con mil propiedades. Se puede utilizar en la cocina, ya que es un elemento que ayuda a que cuaje la leche, pero también para fabricar jabón. Incluso de la flor se pueden obtener aceites esenciales.

¿Está el Eguzkilore en peligro de extinción?

Lamentablemente, el ser humano tiende a exprimir los recursos naturales por encima de sus posibilidades, y todos los usos que hemos descrito han llevado a una situación en la que el Eguzkilore es una especie protegida. En concreto, está catalogada como especie rara o flora amenazada.

No parece que el Eguzkilore se vaya a extinguir, al menos a corto plazo, pero sin duda la sobreexplotación era una clara amenaza. De hecho, a día de hoy está prohibida tanto su recolección como la extracción de sus semillas.

Ni se os ocurra ir al campo a haceros con vuestro propio Eguzkilore, ya que de seguir por el camino que íbamos se acabaría llegando a una situación agónica. Se nos viene a la cabeza el caso del papiro, tan presente en la cultura egipcia y prácticamente extinto en la zona del Delta del Nilo.

No hace falta decir que se os caerá el pelo si la policía os ve con un Eguzkilore silvestre en vuestras manos.

Esta prohibición ha hecho que se puedan ver en los pueblos muchos ejemplos de artesanía en forma de eguzkilore, como en madera tallada o ganchillo.

¿Cómo conseguir un Eguzkilore en la actualidad?

Entonces… ¿cómo es posible que la recolección del Eguzkilore esté prohibida y que a la vez se encuentre por doquier? En primer lugar, porque una de estas flores, bien tratada y bien conservada, puede durar décadas en la puerta de una casa. En segundo lugar, porque hay mucho inconsciente que sigue yendo al campo a por ellas.

Sin embargo, más allá de Eguzkilores con muchos años a sus espaldas y de descerebrados, a día de hoy es posible comprar estas flores. No son muchos, pero existen negocios que se dedican a cultivar Eguzkilores de manera artesanal y sostenible, haciendo que la flor llegue a tu casa cómodamente. ¡Ventajas del comercio electrónico! Podéis encontrarlos en webs como Eguzkilore.online o Maghu Eguzkilore. Eso sí, si las compráis os tenéis que asegurar de que son de cultivo propio y no de alguien que las ha arrancado del monte.

Además, como buen elemento decorativo que es, esas mismas empresas suelen vender todo tipo de merchandising relacionado: joyas, manteles, ropa… Incluso existen kits de autocultivo, en los que te venden todo lo necesario para que te «fabriques» tu propio Eguzkilore.

Esperamos que este artículo os haya gustado y que hayáis aprendido mucho sobre las flores que hay en las puertas de las casas vascas y navarras.

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