Las Cascadas de Trümmelbach son tan impresionantes que parecen de mentira. Resulta inconcebible que de repente, en el tranquilo valle de Lauterbrunnen, aparezca un sitio tan sobrecogedor como este, pues no es nada habitual encontrarse con una sucesión de hasta diez cascadas en el interior de una montaña. ¿Y sabéis lo mejor de todo? ¡Que son visitables! Seguid leyendo y os contamos cómo hacerlo.
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Unas cascadas en el interior de los Alpes
Empecemos por las presentaciones, como corresponde. Las Cascadas de Trümmelbach o Trümmelbachfälle son diez cascadas en el interior de una montaña alpina, alimentadas por las aguas que se derriten de los glaciares de Eiger, Mönch y Jungfrau.
Las cifras de estas cascadas son apabullantes, pues se calcula que transportan unos 20.000 litros de agua por segundo. Y no solo agua, ya que cada año mueven hasta 20.000 toneladas de restos de roca, horadando la montaña cuanto más pasa el tiempo.
Llegar hasta las Cascadas de Trümmelbach no tiene ninguna complicación, ya que están al final de la carretera que atraviesa Lauterbrunnen. Hay un enorme aparcamiento junto a ellas, por lo que no tiene pérdida.
La potencia del agua resulta abrumadora. De hecho, es lo que más nos llamó la atención de esta visita: el ruido. Pero no adelantemos acontecimientos, pues antes de entrar en detalles os diremos que se trata de una visita de pago. Sí, como en muchas otras zonas de Suiza, hay que pagar por verlo, aunque se trata de un espacio natural. Sin embargo, os aseguramos que merece muchísimo la pena.
Cómo es la visita a las Trümmelbachfälle
Lo primero que tenemos que decir es que no olvidéis llevar chubasquero, ya que en la visita os mojaréis. También aprovechamos para deciros que no hagáis esta visita si los sitios cerrados os agobian o si los ruidos os levantan dolor de cabeza, ya que lo pasaréis mal. De hecho, no aceptan la visita de perros ni niños pequeños por este motivo.
Una vez pasamos por caja (14 francos), encaramos una visita que se realiza en una media hora aproximadamente. Se empieza subiendo al interior de la montaña, a través de un vetusto funicular. Os dejará en una planta intermedia: primero hay que subir, luego regresar hasta ese punto y luego descender hacia la salida de las cascadas.
El propio funicular es una experiencia en sí misma, pues parece no haber cambiado nada en los últimos cien años. Su conductor se encarga de cerrar una verja y de transportarte a un lugar absolutamente mágico.
A la que salgáis del funicular y empecéis a subir, empezaréis a mojaros. Es el precio que hay que pagar por caminar junto a unas cascadas que, por momentos, se vuelven atronadoras. El ruido que hace esa enorme cantidad de agua al descender es brutal, no hay palabras.
De hecho, aprovechamos para decir que las fotos no hacen justicia. Podríamos describiros muy bien lo que vimos, pues las cascadas están numeradas, hay balconcitos hacia el valle y escaleras con muy buena perspectiva. Sin embargo, la cámara no es capaz de captar la locura del lugar.
Se dice que Tolkien en Suiza fue como una esponja, ya que el lugar le sirvió para inspirarse y crear muchos de los escenarios de El Señor de los Anillos. Sin duda, estas cascadas bien podrían haber sido Moria o Khazad-dûm.
Explorad todas las cavernitas que se abran ante vosotros, pues no hay dos iguales. De hecho, en todas encontraréis algo que os gustará aun más que en las anteriores.
La visita a las Cascadas de Trümmelbach acaba de manera casi natural, pues cuando se desciende por la montaña se desciende hasta la altura del río y se camina cómodamente junto a la orilla. De hecho, una buena manera de volver al «mundo real» es detenerse un rato en esta zona, que también es fascinante.
Por cierto, una última cosa. Para nosotros, la visita a las Cascadas de Trümmelbach fue un ejercicio de fe. Tanto en internet como en la Oficina de Turismo de Lauterbrunnen decían que estaban cerradas, pero fuimos y… ¡milagro! ¡Estaban abiertas!
Información práctica: dirección, horarios, tarifas…
Aquí os dejamos algunos datos prácticos sobre la visita a las Cascadas de Trümmelbach:
- Dirección: carretera que atraviesa Lauterbrunnen, justo antes de llegar ala estación de Stechelberg. Os dejamos un mapa justo abajo.
- Meses de apertura: de abril a noviembre.
- Horario: de 9:00 a 17:00.
- Tarifas: 14 francos por persona.
- Restricciones: no pueden acceder perros ni niños menores de 5 años.