En este artículo vamos a hablar de la Torre de Santa Ágata (Saint Agatha’s Tower), uno de los edificios más especiales que vimos en nuestro viaje a Malta. Conocida fundamentalmente como Torre Roja (Red Tower) por los característicos colores de su fachada, es una fortaleza con una historia fascinante y con un presente lleno de encanto.
Santa Ágata, el bastión del norte
Mucho hay que decir sobre Torri tal-Mellieħa, el nombre que recibe esta construcción en idioma maltés. Construida entre 1647 y 1649, formaba parte de un conjunto conocido como Torres Lascaris. Se trataba de uno de los muchos sistemas defensivos puestos en marcha para proteger las costas de Malta. Eso sí, se da la circunstancia de que fue la última que se construyó.
Aunque un par de siglos después perdió sus funciones defensivas, fue utilizada durante mucho tiempo por las fuerzas armadas maltesas para observar todo lo que ocurría frente a sus costas. De hecho, hasta finales del siglo XX albergó una estación de radar del ejército.
Sin embargo, que estuviese en uso no significaba que estuviese en buen estado. De hecho, estaba al borde de la ruina. Por suerte, un ambicioso programa de restauración financiado por diferentes empresas privadas (entre ellas Playmobil) la remozó durante dos años, abriendo de nuevo al público a comienzos del siglo XXI.
Una fortaleza con Certificado de Excelencia TripAdvisor
A día de hoy, la visita no podría ser más adorable. Si vais con el tiempo justo quizá no esté al nivel de grandes hits como La Valeta o la Rotonda de Mosta, pero en nuestra opinión merece la pena acercarse por aquí si estáis en el norte de la isla de Malta.
Hay un aparcamiento justo al lado de la Red Tower. Desde él, tras sortear un buen puñado de escaleras, llegaréis a una taquilla en la que pagar los 2,5€ que cuesta la entrega. Os entregarán un folleto en español, os pondrán un vídeo y resolverán todas vuestras dudas, ya que parte del equipo que se encargó de la restauración trabaja ahora en el edificio.
Hay un montón de paneles informativos, en los cuales aprenderéis mucho más sobre el edificio y sobre la importancia que tuvo (y tiene) para la isla. Se visitan la planta baja, una intermedia y se sube a la parte superior, donde se pueden visitar un par de torrecillas.
Ojito con las vistas que hay desde la parte alta, ya que, como buena torre defensiva, su ubicación es privilegiada. Desde las alturas podréis disfrutar de una de las mejores vistas de la zona norte de Malta. Incluso están a la vista Comino y Gozo, las otras dos islas del archipiélago.