Qué ver en Otranto, la ciudad más al este de Italia

Viajar a Otranto es sinónimo de ir a una de las ciudades más bonitas, dinámicas y sorprendentes de la región de Puglia. En sus calles encontraréis casitas que parecen sacadas de un cuento de hadas, pero a la vez un montón de fortalezas y castillos que recuerdan los constantes conflictos bélicos con los turcos en la Edad Media. Todo ello aderezado con un delicioso olor a puccia, uno de los platos más típicos de la zona, el cual es elevado aquí a su máxima expresión.

Calles de cuento a prueba de piratas

Es inevitable hablar de Otranto sin mencionar que es la ciudad más al este de Italia. Ser la urbe más oriental no es un hecho baladí, pues a la vez le convierte en un enclave mucho más expuesto ante posibles invasores procedentes de oriente.

Hay evidencias de población humana desde la prehistoria gracias a un montón de yacimientos arqueológicos. La ciudad como tal existe desde antes del Imperio Romano, primero con poblaciones indígenas y luego sometida a la colonización griega. La época imperial contribuyó mucho a su desarrollo, por lo que ya en la Edad Media se le consideraba uno de los grandes centros de intercambio entre oriente y occidente.

Plaza codiciada por el Imperio Otomano desde antiguo, llegó a ser capturada a finales del siglo XV. Los combates de conquista y reconquista dejaron muchos caídos en ambos bandos, hasta el punto de que el papa Benedicto XVI canonizó a 800 mártires ya en el siglo XXI. Estamos hablando de uno de los grandes conflictos bélicos religiosos de la historia de la humanidad.

Lamentablemente, tanto jaleo acabó afectando a la ciudad, que en época contemporánea no pudo aguantar el ritmo. Esto ha hecho que no haya llegado hasta nuestros días una ciudad enorme como Bríndisi, Lecce o Bari, pero tampoco supone mayor problema. Y es que Otranto es un pueblo con muchísimo encanto, con un casco histórico precioso y repleto de callecitas silenciosas llenas de sorpresas.

No podemos empezar a hablar de la visita a la ciudad sin que antes visitéis una puccería, ya que Otranto es uno de los mejores sitios de Puglia para comer uno de sus platos más típicos: la puccia. Nosotros nos tomamos unas de bombette di Martina Franca (una especie de rollos de carne envueltos en bacon) con salsa de setas y rúcula. ¡Contundente y deliciosa, aunque no para todos los paladares!

Turismo en Otranto

Castillo Aragonés

Empezamos la visita pasando ante los muros de su edificio más emblemático: el Castillo Aragonés o Castello Aragonese. Se trata de una de las fortalezas más importantes del sur de Italia, con unos muros que asustan solo con verlos.

El edificio fue construido, destruido y reconstruido varias veces durante los distintos conflictos que asolaron la ciudad. Su aspecto actual se debe en buena medida a la reconstrucción que efectuó Alfonso de Aragón en 1485, cuando la movida con los otomanos estaba a flor de piel. Eso explica sus enormes dimensiones, que no solo tenían una función militar sino también comunicativa. No es fácil atreverse a tomar una fortaleza de semejante envergadura.

Se puede visitar el interior del castillo, previo pago de 10€ por persona.

Torre Matta

En cualquier caso, tanto conflicto bélico explica que el Castillo Aragonés no sea la única estructura militar de la ciudad. Otro buen ejemplo es la Torre Matta, que en su momento tuvo un papel clave en materia de observación. Se puede visitar su interior (previo pago de 5€) o subir a lo alto de manera gratuita, desde donde podréis disfrutar de unas excelentes vistas del puerto.

Iglesia de San Pedro

Cerquita de la torre está la Iglesia de San Pedro (Chiesa di San Pietro), la más antigua de la ciudad. Aunque el Imperio Bizantino estuvo muy presente en Otranto, este es uno de los poquitos edificios de esa influencia que han llegado a nuestros días. Es muy chiquitita y parece haber quedado relegada a una zona secundaria, pero a nosotros nos encantó.

Corso Garibaldi

Para visitar el casco histórico de Otranto, hay que tener clara siempre la ubicación del Corso Garibaldi. Es la principal calle de la zona turística, alrededor de la cual iréis encontrando edificios interesantísimos, plazas, restaurantes, heladerías, tiendas y mucho más.

Pasear por su empedrado es una experiencia mágica. Quizá en temporada alta pueda ser un poco agobiante, pero a nosotros nos pareció un sitio espectacular. Además, sirve como estupendo hub para ir curioseando por las callecitas perpendiculares que irán apareciendo ante vosotros a uno y otro lado.

El Corso Garibaldi os llevará a puntos de visita imprescindible, como la Piazza del Popolo. Allí os espera una estupenda Torre del Reloj (Torre dell’Orologio).

Catedral de Otranto

Recorrer esa calle también os llevará muy cerquita de uno de los principales edificios de la ciudad: la Catedral de Otranto. La Basilica Cattedrale di Santa Maria Annunziata fue consagrada en el año 1088 y es uno de los edificios religiosos más importantes de toda Italia, lo cual es mucho decir.

La visita hay que dividirla en tres partes. Por un lado, la nave principal, con su característica decoración. Parece una competición entre los mosaicos del suelo, la prominente decoración de los techos y la austeridad de los arcos que sirven para hacer la división con las dos naves laterales. Es un edificio loquísimo, realmente merece la pena entrar.

Por otro lado, podéis bajar a la cripta, donde se conservan algunos de los frescos bizantinos más importantes de la ciudad. También hay en la Iglesia de San Pedro (de la que ya hemos hablado), pero el horario de apertura de la catedral es mucho más amplio.

Por último, no podéis dejar de pasaros por la Capilla de los Mártires. Aquí están los restos de los 800 mártires canonizados por Benedicto XVI, los cuales se negaron a renegar del cristianismo cuando la ciudad fue tomada por los otomanos. Podéis contemplarlos de una manera bastante brutal, ya que sus huesos están en el altar de la capilla.

Lungomare degli Eroi, el paseo marítimo de Otranto

Una vez hayáis visitado el centro, callejeado por sus calles y entrado en todo lo que os hemos mencionado hasta ahora, os recomendamos cambiar de tercio y acercaros al paseo marítimo de Otranto. Y es que el Lungomare degli Eroi es un lugar perfecto para disfrutar de un día de sol, con un gelato en la mano y con unas estupendas vistas del mar.

Es un sitio la mar de agradable. Nosotros llegamos aquí después de día y medio pateándonos a tope Puglia, así que nos lo tomamos con calma y estuvimos un rato disfrutando de una zona que nunca olvidaremos.

Murallas

Por cierto, el paseo marítimo también os dará acceso a unas vistas privilegiadas de las murallas de Otranto. Siguiendo con todo lo anterior, el perímetro defensivo de la ciudad es absolutamente abrumador, con elementos como la Porta Terra o Porta Alfonsina como punta de lanza. Tras perder la ciudad a manos de los otomanos y retomarla en tiempo récord, los cristianos decidieron no volver a cometer ese error y se armaron hasta los dientes.

Playa

Por suerte vivimos en tiempos menos convulsos, así que al final del paseo marítimo no encontraréis a barcos pegándose cañonazos. De hecho, lo que veréis es la estupenda playa de Otranto, perfecta para echarse a tomar el sol después de un duro día de turisteo. En los alrededores tenéis muchísimas más playas, porque si algo sobra en Pugli son zonas en las que pegarse un buen baño.

Puerto

Por último, aunque ya lo hemos mencionado cuando hablábamos de la Torre Matta, os recomendamos echar un ojo al puerto de la ciudad. Es la mejor manera de despedirse de una ciudad como Otranto, que siempre ha estado vinculada al mar.

Cava de Bauxite

Si tenéis tiempo, aprovechad que estáis en Otranto para visitar la Cava de Bauxite. Es un lugar realmente fotogénico, con un pequeño ojo de agua rodeado de tierras rojizas. Esto se debe a que es un antiguo punto de extracción de bauxita, el cual tiene esos colores tan característicos.

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