Conducir por Italia no es una actividad para todos los públicos. Después de muchos viajes por el norte, el centro y el sur del país, aquí os traemos una guía en la que recopilamos algunas cosas que nos hubiese gustado saber al principio. ¿Por qué tienen esa fama de conducir mal los italianos? ¿Las carreteras están en buen estado? ¿Hay peajes en Italia? A todo eso (y mucho más) responderemos en los siguientes párrafos.
Tabla de contenidos
Diez consejos para conducir por Italia
Conducción a la italiana: absurdamente caótica
Empecemos por un tema troncal: los italianos son muy peculiares al volante. No decimos que sean agresivos o que conduzcan de una manera temeraria, porque no es así. De hecho, todo tiene sentido en su extraña manera de entender la carretera y tenemos que reconocer que nunca hemos visto un accidente allí. Sin embargo, llevan las normas al extremo de una manera absurda y absolutamente innecesaria: apurando en los adelantamientos, forzando en cada rotonda o apretando al de delante aunque vaya a la velocidad que ellos consideran adecuada.
Si conducís por allí, preparaos para que os den fogonazos con las luces y para que os piten todo el tiempo. Da igual que estéis conduciendo de una manera impecable: os aseguramos que os pasará. No necesariamente están de mala leche, simplemente es algo que tienen interiorizado y que hacen por pura inercia.
En autopistas y autovías no hemos visto nada raro en cuanto a saltarse las normas, pero en carreteras secundarias el tema es bien distinto. La gente adelanta con línea continua con frecuencia, son un poco más pesados y solo se respetan los límites de velocidad si hay un control a la vista.
Aun así, insistimos: aunque os lo estemos pintando muy chungo, todo adquiere sentido. Simplemente hay que adaptarse al medio y conducir como ellos.
Los pasos de peatones están de adorno
Misma cosa se podría decir desde la perspectiva de los peatones. Si vais a pie, no esperéis que nadie os deje pasar. Si necesitáis cruzar la calle, tendréis que encomendaros a los cielos y atravesarla como buenamente podáis. Por el contrario, yendo al volante tenéis que tener presente que el de detrás no da por hecho que vayáis a parar ante la presencia de un peatón, por lo que si reducís la velocidad de golpe lo mismo os lleváis un pequeño susto.
Límites de velocidad distintos a los de España
Los límites de velocidad son un poquito diferentes a los de España. En ciudad viene a ser igual (50 kilómetros por horas), pero en las carreteras interurbanas son algo mayores: 110 kilómetros por hora en el caso de las carreteras y 130 kilómetros por hora en el caso de las autopistas y autovías. Veréis carteles por todas partes, así que no hay duda.
Más peajes en el norte que en el sur
Tal y como comprobamos atravesando Italia por el norte (de camino a los Balcanes), en el norte del país hay muchos peajes y no son precisamente baratos. Sin embargo, cuanto más vayáis al sur menos frecuente son. La verdad es que no tenemos pruebas de esto, pero tampoco dudas.
Los colores de las autovías y autopistas son al revés
Hablando de peajes, tenéis que tener en cuenta que los colores son al revés que en España. Las autopistas son de color verde, mientras que las autovías son de color azul. Sea como fuere, los peajes están súper bien indicados, así que es casi imposible que os metáis en uno sin querer.
Ojito con las ZTL
Las ZTL son zonas de tráfico limitado (de ahí las siglas, que responden a Zona Traffico Limitato). Son áreas en los centros históricos de las ciudades grandes o muy turísticos, las cuales restringen el acceso en determinados días, a ciertas horas o a algunos tipos de vehículos. Si la ciudad es grande (tipo Milán, Roma o Nápoles) podéis dar más que por hecho que tendrá ZTL. ¿Y qué pasa si entráis en un momento de restricción? ¡Pues multa al canto!
Aparcar es más fácil (y barato) de lo que parece
Tenemos que decir que nunca hemos tenido grandes problemas para aparcar en Italia. En los sitios con zona azul, las tarifas son más baratas que en España (normalmente un euro la hora) y se suelen ver sitios. Por otro lado, los parkings subterráneos tampoco tienen precios de locura. Por poner un ejemplo, justo en el centro de Locorotondo (una de las urbes más turísticas de Puglia) vimos uno a 80 céntimos la hora.
Ojito, en zonas de playa en temporada alta la cosa puede complicarse un poco.
Carreteras en un estado irregular
Aunque en general las carreteras de Italia están en buen estado, tenemos que decir que hay luces y sombras. Nada que decir sobre autopistas y autovías, ya que todas estén en perfecto estado de revista. Sin embargo, en las secundarias la cosa cambia. A lo largo de los años hemos visto muchas con el trazado hecho polvo, con vegetación sin cuidar o con la iluminación sin funcionar.
¡Luces todo el tiempo!
Precisamente, hablando de iluminación hay que decir que las luces de cruce tienen que estar encendidas en todo momento. Esto es algo que en España todavía suena raro, pero que en Europa es súper frecuente. No os las olvidéis, porque en ese caso os caerá multa.
Muchos controles de velocidad
Para terminar, una recomendación: mucho cuidado con pasarse de la velocidad. Seguramente os sintáis tentados, ya que los italianos suelen ir por encima de lo permitido, pero los controles de velocidad (tanto electrónicos como manuales) son súper habituales. Por tanto, por mucho que veáis a otros conductores yendo a toda velocidad, deberíais ir dentro de los límites o seguro que os toca pasar por caja.