Imaginad una pequeña colina, rodeada de fértiles campos de cultivo. En lo alto de la misma os espera Locorotondo, un pueblo con un planteamiento muy singular: se sitúa en lo alto de la montañita, con una forma circular casi perfecta en la que todo gira alrededor de una gran iglesia. ¿No os dan ganas de ir a un sitio así? Pues eso es lo que encontraréis en esta bonita localidad de la región de Puglia.
Tabla de contenidos
Érase un pueblo en lo alto de una colina
Locorotondo significa algo así como «lugar redondo», lo cual ya es toda una declaración de intenciones. Forma parte de I borghi più belli d’Italia (Los pueblos más bonitos de Italia), algo que también da pistas de lo que se puede encontrar a la urbe.
El centro es eminentemente peatonal, por lo que tendréis que aparcar en los alrededores. Hacerlo gratis requerirá callejear un poquito, pero es posible. Si la cosa se os tuerce, al ladito de la zona alta tenéis un parking con un precio más que razonable (en 2022 estaba a 0,60€ la hora).
Una vez hayáis dejado vuestro coche, básicamente lo que tenéis que hacer es patearos la colina. En el peculiar casco histórico redondo de Locorotondo os esperan muchas iglesias y palacios, además de tiendas de artesanía, miradores y restaurantes.
Mención aparte merece esto último, nosotros devoramos allí unos orecchietti al horno increíbles, posiblemente el plato de pasta que más nos gustó de todo el viaje a Italia. Fue en Mandragora Pozioni & Porzioni, por si andáis buscando recomendaciones para comer en Locorotondo.
Turismo en Locorotondo
Porta Napoli
Nuestra visita a la ciudad empezó en Porta Napoli, uno de los accesos al casco urbano. La puerta está llena de placas, algunas dedicadas a personalidades de Italia (como Giuseppe Garibaldi o Vittorio Emanuele II) y otras simplemente a la propia ciudad.
Casco histórico
Una vez franqueéis la puerta, estaréis ya de lleno en el casco histórico de Locorotondo. Dentro de que tiene un planteamiento poco frecuente, la verdad es que tiene bastante sentido. Más o menos en el centro del círculo hay una plaza enorme con una iglesia, alrededor de la cual surgen las diferentes callecitas que componen el entramado urbano.
Lo mejor que podéis hacer es ir fluyendo de calle en calle, pues encontraréis innumerables sitios en los que hacer una parada y cuarenta fotos para vuestro instagram. Pese a ser una ciudad en lo alto de una colina y con calles estrechas, además de muy turística, no es un sitio agobiante. De hecho, nada que ver con la masificación de Alberobello: Locorotondo es una ciudad fresquita y tranquila, por la que da gusto pasear.
Quizá la única nota discordante a esto es que en algunas calles las terrazas de los restaurantes fuerzan al máximo, poniendo muchas sillas y mesas en lugares de paso realmente estrechos. Sin embargo, hay tantas conexiones entre las diferentes calles que no se hace pesado en ningún momento.
Por si vuestro paseo sin rumbo no diese frutos, os recomendamos que vayáis a la Via Montanaro (adyacente a la Piazza Vittorio Emanuele), que es una de las más bonitas de Locorotondo.
Palazzo Morelli
Uno de los edificios más destacados del centro de la ciudad es el Palazzo Morelli, el cual es muy fácil de encontrar ya que da nombre a la calle sobre la que se asienta. Su aspecto actual se debe a una ambiciosa reforma del siglo XVIII, la cual le dio el aspecto elegante a la fechada que converva hoy en día. Tiene tres plantas y, pese a ser difícil de fotografiar, es un edificio absolutamente espectacular.
Torre del Reloj
El Palacio Morelli está al ladito de la Torre del Reloj (Torre dell’Orologio), que en la actualidad hace las veces de biblioteca comunal y casa de la cultura. Con frecuencia organiza exposiciones temporales, las cuales permiten visitar su interior de manera gratuita.
Iglesia de San Nicola di Myra
Como no podía ser de otro modo estando en una ciudad pugliese, Locorotondo está repleto de iglesias. La primera que vimos fue la Iglesia de San Nicola di Myra, cuyo mejor activo son las pinturas del techo.
Iglesia de San Giorgio Martire
En cualquier caso, en lo que a templos se refiere, la gran protagonista es la Iglesia de San Giorgio Martire, el enorme edificio que preside la Piazza Rodio y sobre el cual balancea el resto de Locorotondo. Es una iglesia monumental, con unas dimensiones sorprendentemente grandes.
El interior de San Giorgio Martire es absolutamente alucinante. Es uno de esos sitios en los que no se sabe a donde mirar: hay cristales en el suelo para ver restos arqueológicos, obras de arte por todas partes y frescos en los techos.
Desde luego, visita obligada en Locorotondo.
Iglesia de Santa María de la Anunciación
En la misma placita, justo pared con pared, está la pequeña Iglesia de Santa María de la Anunciación. Aunque parezca poca cosa en comparación con San Giorgio Martire, también merece una visita. En su interior podéis contemplar los diferentes pasos de semana santa que hay en la ciudad.
Puerta nueva
Si entramos a Locorotondo por la Porta Napoli, salimos por el otro extremo por la Porta Nuova. Por cierto, lo hicimos helado en mano, ya que una de las mejores cosas que se pueden hacer allí es pedirse un gelato e ir disfrutando de este manjar.
Iglesia Rectorial Madonna della Greca
Fuera de la parte redonda, aunque a un par de minutos andando, hay un par de templos que bien merecen una visita. El primero es la Iglesia Rectorial Madonna della Greca, cuyo interior es sencillo pero la mar de interesante.
Iglesia de San Roque
Yendo por la Via Cavour llegaréis a la otra iglesia extramuros, la Iglesia de San Roque. Es más moderna, pero también tiene su aquel.
Jardines públicos y mirador
Para terminar, una recomendación. Volved hasta la Porta Napoli y entrad en los Jardines Públicos que hay justo al lado de ella. Al final de los mismos os espera un mirador (belvedere) perfecto para contemplar los campos de cultivo de los alrededores. Muchos de ellos son viñedos, algo que explica la fama internacional que tiene el vino elaborado en el área de influencia de Locorotondo. ¡No os vayáis de allí sin probar una copita!
