Qué ver en Alberobello, la capital de los trulli

Alberobello es la auténtica rock star de la región de Puglia. Una ciudad con identidad propia en la que cientos de casas con tejado en forma de cono brotan por doquier. Estas estructuras responden al nombre de trullo (trulli en plural) y han creado un paisaje único en el mundo, hasta el punto de que desde 1996 la urbe es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Si seguís leyendo os mostraremos cómo visitar este lugar, uno de los más populares del sur de Italia.

La ciudad más visitada de Puglia

Los trulli tienen una explicación concreta, como no podía ser de otro modo. Hay que remontarse hasta el Reino de Nápoles en el siglo XV, cuando la prammatica de baronibus exigía el pago de impuestos las ciudades. Los habitantes de Alberobello no estaban por la labor, así que inventaron los trulli: construcciones pequeñas hechas en piedra, sin cemento ni nada parecido, para poder desmontarlas en caso de que viniese el inspector correspondiente.

Ingeniería fiscal que perdió sentido con el tiempo, pero que no hizo que la gente de Alberobello dejase de vivir en trullis. Gracias a ello, hoy podemos disfrutar de un paisaje urbano sin igual y que atrae cada día a miles de turistas.

Por cierto, la decoración de los trulli también merece una mención. Muchos de sus tejados están ornamentados con símbolos pintados, los cuales son de muy diversas temáticas: cristianos, paganos, mágicos… Además, buena parte de ellos están rematados por pináculos: esculturas en miniatura que sirven para rematar la construcción.

No esperéis un pueblo remoto en medio de la nada, sino más bien un sitio súper masificado. De hecho, es la definición viviente del ultra-turismo: gente por todas partes, infinitas tiendas de souvenirs, aparcamientos de pago…

En cualquier caso, cualquier esfuerzo subiendo cuestas (que las hay) o cualquier mínima sensación de agobio tendrá recompensa. Alberobello realmente es un pueblo único, de esos que te hacen pensar que estás más en un escenario de una película que en el mundo real. Por sí solo justifica un viaje a Puglia, por lo que bien haríais en ir allí si tenéis oportunidad.

Turismo en Alberobello

Largo Marterolla

Realmente Alberobello es toda una ciudad, pues pasa de los 10.000 habitantes. Sin embargo, la zona trulli es un pequeño casco histórico ubicado en lo alto de una pequeña colina, por lo que la visita no debería llevaros más de una mañana o de una tarde. Os recomendamos poner en vuestro GPS la calle Largo Marterolla y aparcar tan cerca como podáis. Según la hora del día, los parkings más cercanos estarán ocupados y os tocará caminar un poco, pero el sitio está preparado para recibir hordas de turistas sin problemas.

¿Por qué os recomendamos empezar por Largo Marterolla? Pues básicamente porque es una amplia avenida justo en la zona central de los dos barrios turísticos que están repletos de trulli. Así, desde ella podréis encarar la visita a ambos: Rione Monti, que es el más turístico y antiguo; y Rione Aia Piccola, que es más auténtico y tiene las mejores vistas.

Ojo, que Largo Marterolla no es un mero punto de distribución, sino que también tiene mucho interés. Allí podéis encontrar restaurantes y tiendas, además de hacer una primera toma de contacto con los primeros trulli que veréis en vuestra excursión a Alberobello.

Rione Monti

Empezamos la visita por el barrio de Rione Monti, que es el más turístico. Cuando veáis fotos de Alberobello en internet, sin duda la mayor parte de ellas proceden de allí.

Realmente el barrio está compuesto por tres o cuatro calles de subida, así como unos pocos callejones estrechos. Podríais ir tranquilamente sin rumbo y lo acabaríais viendo todo, aunque solo fuese por seguir el flujo de gente.

Nosotros empezamos por la Via Monte Nero, que es quizá el principal acceso al barrio. De hecho, nada más empezar os toparéis con la Oficina de Turismo, donde casualmente no tenían mapas gratuitos y solo les quedaban de pago.

Rápidamente vimos cual es el rollo de Rione Monti: ir de calle en calle, entrando a los diferentes trulli y buscando rincones con encanto. Cada trullo tiene algo en particular, que normalmente está indicado en la fachada: uno tiene un pozo, otro es el más antiguo, otro tiene más habitaciones…

En general, en todos encontraréis tiendecitas. Algunas son muy interesantes, con artesanos ejerciendo su labor allí mismo, pero en otros no veréis más que souvenirs made in China. En general la gente ya no vive en Rione Monti, aunque un trullo anuncia que todavía está en uso como vivienda y ofrece la visita (previo pago). Está en el número 40 de la Via Monte Nero, por si os interesase entrar.

A modo de referencia, tampoco deberíais perderos ni la Via Monte San Michele ni la Via Monte Sabbotino. Tampoco os podéis perder el Callejón Vicolo Antonella, repleto de flores. En realidad todas las calles son bonitas, así que más bien fluid y a ver qué pasa.

Trullo siamés

Más allá de los infinitos trulli individuales, hay algunas cosas que bien merecen ser destacadas en este barrio. Uno de ellos es el trullo siamés, que es de los poquitos (por no decir el único) que tiene dos conos en lugar de uno.

Cervecería artesanal Malart

Si queréis hacer una pausa entre tanto trajín y refrescar vuestros gaznates, sin duda una buena opción es la cervecería artesanal Malart. Italia es un país con una gran tradición cervecera, por lo que muchas ciudades tienen su propia fábrica (artesanal o industrial).

Iglesia de San Antonio de Padua

Justo en lo alto del barrio está la Iglesia de San Antonio de Padua, conocida como la iglesia de los trulli. Es el edificio de mayor tamaño del barrio, una visita obligada por su particular propuesta arquitectónica, la cual mezcla las formas que cabrían esperar de una iglesita de pueblo con las características siluetas de los trulli.

Villa Donnaloja

Por último, también en la parte alta tenéis Villa Donnaloja, un pequeño parque perfecto para huir de todo el bullicio. Es una de las poquitas zonas verdes de Alberobello, así que os recomendamos ir a echar un ojo.

Rione Aia Piccola

El otro barrio turístico de Alberobello es Rione Aia Picolla. Es un sitio muy especial, pero que requiere una explicación concreta. Si en Rione Monti el 99% de las construcciones son antiguos trullis y todo está centrado en el turismo, en este segundo barrio encontraréis algo bastante distinto. Y es que aquí todavía vive gente, por lo que encontraréis calles en las que conviven trulli con edificios más modernos. Eso sí, tenemos que reconocer que todo lo nuevo tiene mucho encanto, ya que ha tomado como referencia el estilo arquitectónico de los trulli.

Es un sitio menos turístico. La mayor parte de los turistas recorren la avenida formada por la Via Nicola Balenzalo, que luego empalma con la Corso Vittorio Emanuele, hasta llegar al enorme Trullo Sovrano (del que luego hablaremos). Esa actividad está bien, no decimos que no, pero os recomendamos perderos también entre las callejuelas: así encontraréis el modo de vida auténtico de Rione Aia Piccola.

Además, tenéis que tener en cuenta que si este barrio está enfrente del «bonito», cualquier mirador os dejará unas vistas espectaculares de Alberobello. Asomaos allá donde podáis, porque siempre tendréis ante vosotros una fotografía increíble en potencia.

Basílica de San Cosme y San Damián

Existen algunos puntos del barrio que merecen una mención aparte El primero de ellos es la Basílica de San Cosme y San Damián: no os costará dar con ella, ya que está en la avenida que decíamos en el párrafo anterior. Es moderna y monumental, nada que ver con la de Rione Monti.

Trullo Sovrano

El gran protagonista del Rione Aia Piccola es el Trullo Sovrano, un edificio muy particular. Fue construido a mediados del siglo XVIII por una familia acomodada, que construyó el único trullo de planta elevada que hay en Alberobello. Para acceder a él (previo pago) hay que entrar por una escalera interior.

El edificio ha tenido usos muy diversos: casa, oratorio, botica… Sin embargo, su mayor honor llegó en 1800, cuando se depositaron en él las reliquias de los santos Cosme y Damián. Hoy en día es propiedad de la familila Sumerano, que adquirió el trullo a finales del siglo XIX.

Es uno de los pocos elementos de este barrio que fue incluido en la lista de Patrimonio de la Humanidad, allá por el año 1996.

Piazza del Popolo

Si estáis en el barrio, no os podéis perder la Piazza del Popolo. Alberga muchísimos elementos interesantes (como el Ayuntamiento o un Obelisco dedicado a los caídos en combate por Italia), pero también es uno de los grandes centros de reunión de Alberobello. En un lateral os espera la Iglesia de Santa Lucía.

Allí también está la Casa d’Amore, que tiene el honor de haber sido el primer trullo que no se hizo con vocación de montarlo y desmontarlo. Dicho de otro modo, fue la primera construcción de este estilo que se hizo fija.

Belvedere Santa Lucía, el mejor mirador a los trulli

Estando en Pizza del Popolo, id a la Iglesia de Santa Lucia y asomaos al balcón que hay justo detrás. Es el Belvedere Santa Lucía: sin lugar a dudas, el mejor mirador de Alberobello. Desde allí tendréis una panorámica óptima de los trulli del barrio de Rione Monti, la típica que sale en la portada de todas las guías turísticas.

Museos

No muy lejos de allí tenéis un par de museos interesantes: el Museo del Territorio y el Museo del Olivo. También Casa Lippolis, que también fue uno de los primeros trulli pensados de manera permanente.

Villa Comunale Belvedere Parco

Para rematar la visita a Alberobello, os recomendamos ir a Villa Comunale Belvedere Parco, el parquecito de Rione Aia Piccola. También tiene una vista sensacional de los trulli de enfrente, además de ser un buen sitio para relajarse después de la visita a la ciudad.

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