Qué ver en Ersfjord: playa, fiordo, pueblo… ¡y un baño de oro!

En este artículo os vamos a enseñar una de las paradas más clásicas de la Scenic Route Senja, la mítica carretera que recorre el oeste de la isla de Senja. Nos referimos a Ersfjord, un pequeño pueblecito que alberga una playa preciosa y que está al final de uno de los fiordos más bonitos que se pueden visitar en esta zona del norte de Noruega.

Ersfjord, Ersfjordstranda, Esfjorden… ¿qué pasa con el nombre?

Antes de nada, aclaremos el tema de la nomenclatura. Si buscáis información sobre la zona, veréis esos tres nombres utilizados casi indistintamente (al menos en los pocos blogs en español que hablan de la isla de Senja). La cosa es tal que así: Ersfjord es el pequeño pueblo, Ersfjordstranda es el nombre de la playa y Esfjorden es como se conoce a todo el fiordo. Fácil, ¿no?

El fiordo tiene una profundidad de siete metros. Justo al final está la larga playa y, en uno de sus costados, el propio pueblo. Hablamos de un paisaje muy importante en la isla, ya que es uno de los dos únicos biotopos de duna que hay en Senja. En concreto, la playa tiene dunas que están en constante cambio, ya que se van desplazando en función de la dirección del viento.

Es un ecosistema súper frágil, con especies vegetales poco comunes. De hecho, es uno de los poquitos espacios que veréis en la zona que tienen prohibido específicamente la realización de fuegos y barbacoas. Eso sí, que no cunda el pánico: tenéis zonas con firepits habilitados.

Turismo en Ersfjord

La visita no lleva demasiado tiempo. Lo primero en sí sería visitar el propio pueblo de Ersfjord, que no tiene gran cosa. Es una pequeña sucesión de casitas mirando al mar, que vive a medio camino entre las montañas y la propia playa. El sitio da para un paseíto, pero poco más.

En cuanto a la playa, ese es otro cantar. Se trata de una larga lámina de arena sobre la cual es un gusto pasear, no tanto por la playa en sí sino por lo bonito que es todo el fiordo. Nosotros estuvimos recorriéndola de punta a punta y tenemos que decir que nuestro perro se lo pasó en grande. Era muy temprano y no había nadie, así que le soltamos un rato y se pegó unas buenas carreras.

Por último, en la zona del aparcamiento hay un elemento que, contra todo pronóstico, se ha vuelto súper popular. Nos referimos a un aseo dorado (mencionado en muchos sitios como baño de oro, aunque obviamente no está hecho de ese material) que se ha vuelto muy popular en Instagram. Fue diseñado por el estudio Tupelo Arkitektur y desde que lo instalaron se ha convertido en la imagen más icónica de Ersfjord.

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