Bovaer, el pueblo pesquero más auténtico de la isla de Senja

Bovaer es un pequeño pueblo ubicado en la costa oeste de la isla de Senja. No tiene absolutamente nada de turístico (de hecho, se sale del circuito habitual y la carretera que llega hasta él acaba allí mismo), pero precisamente por eso fuimos a visitarlo. Y lo que encontramos no pudo ser más evocador: casitas de pescadores, una playa preciosa, paisajes vírgenes… Seguid leyendo y os contaremos más sobre uno de los lugares más auténticos de la zona.

Un lugar poco turístico en la isla de Senja

A veces nos salimos de la ruta, no lo podemos evitar. Precisamente, una de las cosas que buscamos cuando viajamos es la sensación de libertad: saber que podemos modificar el plan establecido y hacer lo que nos apetezca en ese momento. Y eso fue lo que nos llevó a visitar Bovaer. Estábamos recorriendo la Scenic Route Senja y nos estaba encantando, pero también nos apetecía rascar un poquito más e hincarle el diente a esa versión más rural de la isla de Senja.

Llegar hasta Bovaer no es sencillo. Aparentemente es un simple desvío de unos pocos kilómetros (tendréis que saliros de la 862 a la altura de Straumsnes, tomando la carreterita Fv251). Sin embargo, el camino es lento, sinuoso y complicado. De hecho, si buscáis información sobre el pueblo en Google, veréis que mucha gente se queja de lo difícil que es transitar por su carretera de acceso.

Una vez allí, no esperéis grandes cosas a nivel individual. No es un sitio de grandes edificios o puntos de interés concretos, aunque desde luego sí que brilla por su conjunto. Bovaer es un pueblo de postal, en el que el tiempo parece haberse detenido y en el que se respiran solo sensaciones positivas.

Por cierto, Bovaer no es un sitio pensado para el turismo de masas. Tiene un único aparcamiento muy chiquitito, por lo que si vais con una gran autocaravana es mejor que ni os planteéis ir, ya que no tendréis donde dejar vuestro vehículo.

Turismo en Bovaer

Mucha gente describe al pueblo de Bovaer como un lugar tranquilo, real, fantástico y, en definitiva, perfecto para huir del ruido y de las prisas propias de la vida contemporánea. Alejado del camino principal (en un sitio ya de por sí remoto), en este pequeño pueblo apenas encontraréis unas poquitas casas de pescadores. El ruido de las olas será lo único que podréis escuchar la mayor parte del tiempo, ya que resulta infrecuente cruzarse con gente por la calle.

Es un sitio perfecto para los amantes de la fotografía. Tanto por la belleza natural del sitio como por ser un excelente punto de observación para auroras boreales (en invierno) o el sol de medianoche (en verano).

La Bostranda (la playita de Bovaer) es quizá lo más famoso de la zona. Y lo es por mérito propio, ya que bien podría ser la más bonita de la isla de Senja. Su larga lámina de fina arena blanca es perfecta para dar un paseo y ver pasar las horas. Incluso en días buenos puede invitar a un pequeño remojón, siempre y cuando tengáis claro que el agua estará muy fría.

En una esquinita de la playa veréis una especie de muelle, junto a un par de edificios. Se trata de Krakeslottet, un lugar a medio camino entre alojamiento, sala de exposiciones, coworking y salón de té. Sus tartas caseras son famosas en toda la comarca. Si lo encontráis abierto no dudéis en ir, especialmente si están celebrando uno de sus populares festivales de arte.

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