Qué ver en Kabelvag, el pueblo con más sorpresas de las islas Lofoten

Kabelvag es uno de los municipios más sorprendentes de las islas Lofoten. La localidad ofrece al viajero un casco urbano repleto de rincones con mucho encanto, la iglesia más grande del archipiélago, museos, galerías de arte e incluso un gran acuario. Por si eso fuera poco, también alberga una dinámica industria pesquera, responsable de la producción de buena parte del torrfisk (pescado seco) que se consume en toda Noruega.

La capital de la industria pesquera de las Lofoten

Ubicada en la isla de Austvagoya, en el extremo noreste de las Lofoten, Kabelvag fue fundada en el siglo XII por el rey Oystein I de Noruega. El monarca construyó allí tanto una iglesia como un albergue de pescadores, consciente del potencial que tenía la región para explotar los recursos naturales de la mar.

De hecho, la pesca ha marcado el devenir histórico de Kabelvag hasta nuestros días. Siempre ha sido determinante la contribución del lofotfisket: la pesca estacional de bacalao más importante de toda Noruega. La temporada va de enero a abril, momento en el cual pescadores de todo el mundo acuden allí en busca del codiciado skrei. A modo de referencia, en el pico de producción (año 1947) se capturaron más de 145000 toneladas de bacalao. Hoy el enfoque es más sostenible (en 2015 la cifra se quedó en 65000 toneladas), pero aun así es uno de los grandes dinamizadores de la economía local.

Por supuesto, en el siglo XXI el turismo es el otro motor económico de Kabelvag. Y es que en un contexto de máximo interés como las islas Lofoten, el pueblo resulta una parada obligada. Tiene mucho que ver y hacer, además de ser una visita comodísima. Básicamente se visitan tres áreas, en este orden si estáis yendo desde el norte: la zona de la iglesia, el propio pueblo de Kabelvag y una especie de barrio conocido como Storvargan. Seguid leyendo y os contamos.

Turismo en Kabelvag

Iglesia de Vagan

A los pies de la carretera os encontraréis a la Iglesia de Vagan. Conocida también como Catedral de las Lofoten, se trata de un enorme edificio de madera que bien haríais en visitar. Su silueta es uno de los recursos turísticos más famosos del archipiélago, gracias a un estilo neogótico que luce bien en cualquier época del año.

Kabelvag (pueblo)

Una vez hayáis visto la iglesia, conviene que volváis al coche y vayáis a la zona del propio pueblo de Kabelvag. Allí hay varios puntos de interés, los cuales estarán siempre a mano si tenéis el mar como referencia.

No podéis perderos Lofoten Glass, todo un paraíso para los amantes del vidrio. Allí podréis visitar tanto su taller (con demostraciones en directo) como su tienda, donde adquirir algunas de sus creaciones.

El puerto de Kabelvag también se merece un paseíto. Después de hablaros del lofotfisket, no os sorprenderá que sea uno de los más ajetreados de las Lofoten. Obviamente es un hervidero de enero a abril, pero también tiene mucha actividad fuera de temporada.

Por último, no os podéis perder la Torget o Plaza Mayor, un enorme espacio abierto a pocos pasos del puerto. Allí os esperan edificios tradicionales, restaurantes (Brygga es el más típico) o la Galleri Lille, una de las muchas galerías de arte que se pueden visitar en Kabelvag.

Storvargan

Una vez le hayáis sacado todo el jugo a la parte del pueblo, volved al coche y desplazaos hasta la coqueta zona de Storvargan. Es un punto muy turístico, en el cual se concentran unas cuantas visitas obligadas.

Si os interesa la vida en el archipiélago, el Museo de las Lofoten (Lofotmuseet) os dará grandes momentos de gloria. Está dedicado fundamentalmente a la historia de toda la comarca de Vagan, a la pesca y a la vida cotidiana.

Al ladito está Galleri Espolin, otra galería de arte. Es de las más famosas de las islas Lofoten, quizá no tanto por lo que expone (que también) sino por la atmósfera que ofrece.

A pocos pasos os espera os espera Lofotakvariet, algo así como el Acuario de las Lofoten (en inglés lo veréis como The Lofoten Aquarium). Es un plan clásico para ir en familia, especialmente en días lluviosos.

Podéis alojaros también en esta zona. Por ejemplo, Nyvagar Hotel ha acondicionado las tradicionales casitas de pescadores de colores para pernoctar en ellas. Merece la pena que caminéis entre ellas y lleguéis hasta el Photo Point, desde donde podréis hacer una foto de esas que dan mucha envidia en Instagram.

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