Qué ver en Aniz, una joya olvidada en el Valle

«Injustamente olvidado». Eso pone de Aniz en la web oficial del Valle de Baztán, lo cual para nosotros fue motivo más que suficiente para acercarnos a curiosear. Después de haber hecho la visita, tenemos que reconocer que tienen más razón que un santo, pues este pequeño pueblo es una auténtica joya. Hacednos caso y dejaos caer por aquí, pues espera un rincón con muchísimo encanto.

El pueblo más pequeño del Valle de Baztán

Aniz se encuentra en una de las laderas del monte Abartan. Es una excursión que se hace rápido, con una media hora o tres cuartos es más que suficiente. Que no os sorprenda la brevedad del asunto, pues estamos hablando del pueblo más pequeño de todo el Valle de Baztán.

Su vínculo con la tradición es innegable. A modo de referencia, en una especie de censo del año 1924 figura que la totalidad de los habitantes de Aniz se dedicaban a la ganadería. ¡El 100%! Lamentablemente, la cifra de empadronados en el pueblo no hace más que menguar: si el tope fue 120 a comienzos del siglo XX, hoy estamos en algo menos de la mitad.

Aniz no es solo el sitio más chiquitito del valle, sino posiblemente el más humilde. A día de hoy no hay grandes palacios ni casonas, a diferencia de lo que se ve en otras localidades. Sin embargo, la presencia de una docena de escudos de piedra en las diferentes fachadas hace pensar que antaño sí que pudo haber.

Turismo en Aniz

Iglesia de la Asunción

El edificio más importante de Aniz es la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, encaramada en una de las zonas más altas del pueblo. Eso sí, sigue siendo un edificio tirando a sencillo en comparación con los templos de los alrededores.

Por cierto, justo a la entrada de la iglesia hay una estela discoidal, uno de los elementos más representativos del folclore euskera. Podéis ver muchos más ejemplos de esto en Ainhoa, ya en el País Vasco Francés.

Arquitectura popular

En Aniz hay muy buenos ejemplos de arquitectura popular, en el sentido más literal de palabra «popular». Como ya hemos dicho, aquí no hay palacios ni grandes casonas, pero por suerte si edificios que muestran cómo ha sido el modo de vida de los ganaderos en los últimos siglos.

Así, se pueden ver grandes caseríos con una estructura similar, en la que la planta de abajo servía para guardar al ganado y la de arriba como vivienda.

También han llegado hasta nuestros días otras muestras de los oficios populares, como hornos adosados a las fachadas de antiguos caseríos o la pequeña Quesería Jauregia, en la cual podéis comprar sus productos ecológicos en horario de mañana.

Vistas al valle

Aprovechad que Aniz está en las alturas para asomaros a sus calles y disfrutar de las excelentes vistas al valle que ofrece. Si tenéis suerte y estáis allí en un día soleado, volveréis a casa con unas fotografías espectaculares.

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