Qué ver en Ainhoa, una visita imprescindible en el País Vasco Francés

Ainhoa es una localidad considerada habitualmente como la más bonita del País Vasco Francés. Y si suele estar en esos términos no es por casualidad, sino porque realmente cuenta con un buen puñado de motivos para ello: casas con entramado de madera, una iglesia única, un cementerio repleto de estelas discoidales, muchas tiendas, una buena oferta gastronómica… En este artículo os vamos a enseñar qué ver y qué hacer en este bonito pueblo a orillas del río Nivelle.

El paraíso de las casas vascas con entramado de madera

Ainhoa es una historia de resiliencia y superación. Aunque sus bonitas casas parecen llevar ahí toda la vida, lo cierto es que todas son de mediados del siglo XVII en adelante, pues la localidad fue destruida casi por completo durante la Guerra de los Treinta Años.

Pese a todo es un lugar excepcional y con toda justicia forma parte de la lista de Los Pueblos Más Bellos de Francia. Está muy influenciado por el Camino de Santiago, hasta el punto de que lo fía prácticamente todo a la calle principal, por la cual transitaban los peregrinos en su recorrido hacia Compostela.

¿Sabéis eso de que para saber si un bar es bueno hay que probar su tortilla de patatas, sus croquetas y su ensaladilla? Pues el equivalente a los pueblos del País Vasco Francés sería la triada formada por la iglesia, el cementerio y el frontón. Y en las tres Ainhoa es un enclave fuera de serie.

La única pega que le ponemos es que la calle principal es precisamente eso: la principal. Eso implica coches por todas partes y muchas casas que pierden parte de su encanto por tener vehículos tapando buena parte de su fachada. Entendemos que la gente del lugar tiene que vivir, pero desde luego podría ser un sitio más fotogénico.

Por cierto, ya que hablamos de coches: existen varios aparcamientos en las afueras, a tan solo cinco minutos andando de la calle principal. Así, la visita es sencilla y no debería llevaros más de una hora.

Turismo en Ainhoa

Arquitectura popular

La calle principal de la que tanto hablamos es Qur Karrika, que básicamente viene a ser la D20: la carretera que atraviesa el pueblo. Tenéis que recorrerla literalmente de punta a punta, pues se trata de una increíble sucesión de preciosas casas con la fachada dominada por el característico entramado de madera que tanto gusta en el País Vasco Francés.

Estos caseríos no solo definen en buena medida la identidad de este territorio, sino que son objetivamente preciosos. Los veréis de todas las formas y colores, pero predominan los que tienen la fachada de color blanco y los elementos de madera (entramados y contraventanas) en color rojo.

Por doquier veréis también pimientos colgados, ya que Ainhoa comparte con Espelette la producción protegida de este sensacional producto. Es uno de los souvenirs típicos del pueblo, aunque la verdad es que encontraréis muchas tiendas en las que aligerar vuestros bolsillos.

Iglesia de la Asunción

A nivel religioso, el edificio más representativo (aunque no el único) es la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. Aunque la única nave data del siglo XIII, la torre es un añadido del año 1823 (de ahí que sean tan diferentes). No dudéis en visitarla por dentro si tenéis ocasión, ya que tiene una decoración única.

Cementerio

Junto a la iglesia (tendréis que pasar por él a la fuerza) está el Cementerio de Ainhoa. ¿Tenéis en mente las típicas estelas discoidales? ¿Os gustan? Pues aquí las encontraréis más que en ningún otro lugar. Id siempre con respeto, ya que al fin y al cabo es un cementerio, pero si buscáis hacer una foto de un lauburu estáis en el lugar indicado.

Ayuntamiento

No muy lejos de allí está el Ayuntamiento, otro edificio que también merece una buena parada. En su parte baja encontraréis la Oficina de Turismo de Ainhoa, por lo que bien haríais en hacer una parada si la encontráis abierta.

Frontón

Tampoco os podéis perder el estupendo Frontón de Ainhoa, uno de los más bonitos y monumentales del País Vasco Francés. Data del año 1849 y está perfectamente integrado en la vida del pueblo.

Lavadero

Un poquito alejado de la calle principal, aunque a tan solo 5 minutos caminando, está el Lavadero municipal. Es famoso por una anécdota ocurrida en el año 1858, cuando Napoleón III y la emperatriz Eugenia de Montijo hicieron en él una parada.

Capilla de San José

Para terminar, ya de camino al aparcamiento nos topamos con la pequeña y bonita Capilla de San José. Puede que esté alejada de la zona turística, pero también merece una visita.

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