Siempre hablamos de Ciboure como una auténtica joya por descubrir, una pequeña desconocida que vive a la sombra de San Juan de Luz y que guarda un montón de tesoros para aquellos viajeros que dan el paso y se acercan a ella. Entre los muchos motivos para su visita está el mercado dominical, un encuentro semanal que lleva hasta este rinconcito del País Vasco Francés sus mejores productos gastronómicos.
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Domingos ajetreados junto al ayuntamiento
¿Dónde? El mercado de Ciboure se celebra principalmente en las callecitas que comunican la Place Camille Jullian y el Ayuntamiento (Herriko Etxea o La Mairie, en euskera y francés respectivamente).
¿Cuándo? Los domingos. El horario de apertura oficial es de 8:30 a 12:30, pero lo normal es que alarguen un poquito el cierre. Especialmente si hace bueno, no sería raro que encontraseis todos los puestos abiertos a las 13:00 o incluso 13:30.
Un poquito de toda la gastronomía vascofrancesa
¿Qué se puede comprar en el mercado de Ciboure? Pues prácticamente de todo: quesos, verduras, embutidos, dulces, panes…
Merece una mención aparte la comida preparada. No es que sean muchos los valientes que se animan a elaborar producto y servirlo allí mismo, pero hay varios puestos en los que podréis abasteceros de platos ya hechos. Hay una gran inspiración de comida árabe, pero también encontraréis crepes, talos o pollos asados.
Merece la pena ir al mercado incluso aunque no compréis nada. Olores, sabores y sonidos se funden en un todo, haciendo que sea una experiencia fantástica para el viajero. Llevad la cámara siempre a mano, ya que allí podréis capturar estampas absolutamente únicas.
Precios populares
Por cierto, no está de mas mencionar que los precios son tirando a asequibles. En este tipo de mercados no hay término medio: o realmente son baratos o son un timo para sacarle la pasta a los turistas. En este caso, hablamos del primer tipo de mercado.
De hecho, tiene toda la lógica del mundo. Pensad que Ciboure no es un sitio de turismo de masas, por lo que su mercado es acorde a esto. La mejor muestra es que compartiréis espacio con gente local, que va al mercado a comprar para la vida cotidiana.
El mejor souvenir posible
Cuando se viaja regularmente, el tema souvenirs empieza a volverse un poco complejo. Nuestras madres ya tienen 700 imanes de nevera, 1400 camisetas de «yo estuve aquí» y 9500 tazas. Por eso, hace ya tiempo que apostamos por llevar productos gastronómicos a modo de recuerdo.
No se nos ocurre una manera mejor de llevar a casa un pedacito del destino al que hemos viajado. Es una forma deliciosa (nunca mejor dicho) de alargar un viaje y de compartir con la familia una de las cosas que más nos gustan de recorrer el mundo: descubrir otros sabores.
Además, en el caso del mercado de Ciboure, estaréis apoyando a proyectos locales e independientes, ya que los puestos son regentados por productores de los alrededores del pueblo. Estaréis haciendo el tipo de turismo que hace que las zonas que visitáis se desarrollen, algo especialmente interesante en un entorno rural como este.
