Una de las experiencias que más nos gustaron del viaje a Estonia fue el descenso en canoas por el Parque Nacional de Soomaa. Nos permitió conocer este espacio natural de una forma única, disfrutamos de unos paisajes increíbles, nuestro perro disfrutó tanto como nosotros, hicimos algo de ejercicio y no fue especialmente caro. ¿Qué más se puede pedir? En este post os enseñamos cómo hacer una actividad como esta. Primero aglutinamos toda la información práctica (horarios, tarifas, punto de encuentro…) y luego os contamos cómo fue nuestra experiencia.
Alquilar una canoa en el Parque Nacional de Soomaa
Hacer un descenso en canoa es una de las actividades más típicas en el Parque Nacional de Soomaa. Existen varias empresas de multiaventuras que os ofrecen este servicio, partiendo de una zona más o menos similar y con unos precios que no varían demasiado entre sí.
Nosotros lo hicimos con una empresa llamada Soomaa, como el parque, y estas son algunos de los datos más relevantes:
- Precio: 25€ por persona. Incluye el alquiler de la canoa, chalecos salvavidas, un bidón estanco y todo tipo de instrucciones. Te llevan en furgoneta desde el punto de encuentro hasta el inicio de la ruta. Por el camino, todo tipo de anécdotas y de buena onda.
- Punto de encuentro: Riisa Rantso Guesthouse. Es uno de esos B&B en los que la gente hace su vida normal, así que cuando lleguéis tenéis que ir sin vergüenza y preguntar por las canoas. El resto fluirá solo.
- Horario: normalmente las rutas salen a las 10:00, a las 12:00, a las 14:00 y a las 16:00, pero conviene reservar antes (por si no hay hueco o por si han cambiado horarios).
- Teléfono para reservas: son dos socios, Aivar (+372 5061896) y Algis (+3725147572). Responden por whatsapp, con escribirles un par de días antes es suficiente. También podéis contactar en info@soomaa.com.
- Duración: el descenso recorre una distancia de unos 12 kilómetros, la cual se recorre entre dos y cuatro horas en función del ritmo que llevéis. Se pueden hacer paradas intermedias que lo alargan mucho.
- Otras indicaciones: es recomendable ir con ropa cómoda y, si es posible, que llevéis calzado que se pueda mojar.
- Dog friendly: la actividad se puede hacer con perro con toda la tranquilidad del mundo. Las canoas son enormes, así que tendrá espacio suficiente. Por si fuera poco, el perrete no paga. ¡Todo son ventajas!
Dos horas remando por uno de los lugares más bonitos de Estonia
Vamos a contar ahora cómo fue nuestra experiencia, partiendo de la base de que somos un desastre y teníamos que haberla organizado mejor. De hecho, pese a que teníamos claro que queríamos hacer esta actividad incluso antes de salir de España, no fue hasta la noche anterior cuando intentamos reservar. Sin embargo, ya era tarde y ni nos leyeron los whatsapps.
Aun así, quisimos probar y fuimos al punto de encuentro de la empresa que más nos había convencido, en Riisa Rantso Guesthouse. Cuando llegamos, nos encontramos una granja en la que estaban arreglando el jardín, limpiando el tejado y sacando bolsas de basura de un almacén. Cuando vieron nuestra cara de circunstancias, se acercaron a nosotros y nos dijeron que estábamos en el sitio indicado. Es más, que habíamos llegado justo a tiempo, porque faltaban unos pocos minutos para las 10:00 y a esa hora empezaba la ruta.
Nos cobraron la tarifa de rigor (25€ por persona), la cual incluía todo: el alquiler de la canoa, un bote estanco para poder llevar el teléfono y la cámara sin miedo al agua, remos, chalecos salvavidas, un mapa impermeable con el recorrido a realizar, transporte hasta el punto de inicio… Fueron súper amables y súper divertidos.
Al llegar al inicio, nos dijeron que teníamos dos opciones: un recorrido largo de 12 kilómetros y otro corto de más o menos la mitad. Obviamente nos decantamos por el largo, que finalizaba en la granja donde habíamos aparcado nuestra furgoneta, a la espera de ver si las fuerzas nos alcanzaban.
Se transita por las aguas del tranquilo Río Raudna. Hagamos énfasis en eso de tranquilo, porque realmente es algo a tener en cuenta: su escasa corriente hace que haya que remar mucho más de lo esperado. Por ejemplo, cuando hicimos el descenso del Sella era todo lo contrario, ya que en algunos momentos no hacía falta ni remar.
Por el camino vimos prácticamente de todo: un puente colgante, una sauna flotante, pequeños pueblecitos…
Sin embargo, lo que realmente nos llamó la atención fue la belleza del lugar. El Parque Nacional de Soomaa destaca por sus humedales, siendo este río y su vegetación un excelente ejemplo de lo que depara este espacio natural.
Por cierto, a mitad del descenso en canoa hicimos una parada para hacer la Ingatsi Opperada, una pequeña ruta de 3 kilómetros por un bosque cercano. Mereció la pena, aunque si solo tuviésemos que hacer una en el parque nos quedaríamos con Riisa Opperada.
Si, como nosotros, vais con perro, tenéis que tener cuidado cuando estéis cerca de la orilla (o de los juncos), ya que en algunos momentos Tronco se pasaba de intrépido y saltaba de la canoa. Sin embargo, la mayor parte del tiempo fue tranquilo y disfrutando junto a nosotros de las aguas.
Resumiendo: una experiencia inolvidable, de lo mejorcito que se puede hacer en Soomaa.