Qué ver en Saaremaa en un día: ruta por la isla más grande de Estonia

Saaremaa, tal y como hemos dicho en en el título de este post, es la isla más grande de Estonia. En sus más de 2500 kilómetros cuadrados es posible encontrar una gran ciudad, acantilados, faros, molinos de viento, profundos bosques e incluso cráteres de meteoritos. Es un lugar lleno de posibilidades y en el que merece la pena echar al menos un día completo, ya que de lo contrario será difícil visitar sus principales puntos de interés. Precisamente, en esta guía os mostramos una excursión de un día, además de daros datos de la isla: cómo llegar, cómo moverse en ella, cuales son son productos más típicos… ¡El ferry de Llegar sin Avisar llega a Saaremaa!

Introducción: una isla llena de posibilidades en medio del Mar Báltico

La isla de Saaremaa está al norte del Golfo de Riga, a unos 200 kilómetros de Tallín. Comunica con la Estonia continental mediante un ferry que sale más o menos cada hora, por lo que llegar es la mar de sencillo.

Una vez allí, encontraréis un lugar tirando a llano, con una altura máxima de apenas 50 metros sobre el nivel del mar. Moverse por allí es sencillo, aunque conviene señalar que las distancias son largas. Por ejemplo, entre el punto al que llega el ferry (Kuivastu, en la isla de Muhu) y Kuressaare hay 50 minutos, entre esa ciudad y el faro de Sääre la misma cantidad…

Eso sí, cualquier esfuerzo está más que justificado. Y es que en Saaremaa encontraréis una enorme diversidad, pues en la isla os esperan profundos bosques, algunas de las mejores playas del Mar Báltico y una riqueza cultural difícil de encontrar.

Resumiendo, Saaremaa es una de las excursiones más ricas y variadas que se pueden hacer en Estonia. Para nosotros es una parada obligatoria no solo en el país, sino en cualquier ruta que se precie por las repúblicas bálticas.

Turismo en Saaremaa

Kuressaare

Bajo este nombre difícil de pronunciar se esconde una ciudad realmente encantadora. Es un sitio tranquilo y lleno de encanto, hasta el punto de que en ocasiones más parece un pequeño pueblo que la capital de la isla. Sin embargo, que toda esa paz no os lleve a engaño, pues allí viven más de 16000 personas, lo que supone algo más de la mitad de la población de Saaremaa.

En las bonitas calles de su casco histórico encontraréis edificios monísimos, tiendas encantadoras e incluso un enorme castillo. También hallaréis allí una Oficina de Turismo, por lo que puede ser un buen lugar para empezar la excursión por la isla, hacerse con un mapa y empezar la ruta. Nosotros de hecho lo hicimos así.

Saaremaa tiene muchísimo que ver. Salvo que estéis allí tres o cuatro días, resulta prácticamente imposible verlo todo, por lo que siempre hay que hacer duros sacrificios. Eso sí, pase lo que pase no dejéis de visitar Kuressaare, porque realmente merece la pena.

Barcos de Salme

Entre Kuressaare y el Faro de Sääre, hicimos una breve parada para visitar el Sitio Arqueológico de los Barcos de Salme. Resulta que entre 2008 y 2010 fueron descubiertos dos barcos de época pre-vikinga, utilizados como barcos funerarios durante la Edad del Hierro nórdica.

Aunque los restos arqueológicos han sido llevados a diferentes museos, en la zona se han dejado señalizaciones indicando dónde fueron hallados. Además, hay un panel informativo en el que podréis aprender más sobre el yacimiento.

Faro de Sääre

En el extremo sur de Saaremaa está el Faro de Sääre, protagonista de una zona que en nuestra opinión también es imprescindible. Más allá del edificio en sí, que es precioso y con todo el romanticismo propio de un faro, el final de la isla es realmente bonito.

Nosotros aparcamos allí y fuimos caminando en paralelo al mar, por una bonita playa en la que lo pasamos en grande. Eso sí, un pequeño consejo: ¡cuidado con las culebras! Vimos tres o cuatro y no tenían cara de muchos amigos.

Junto al faro está Saare Pargu, un excelente restaurante en el que comimos con vistas al mar. No solo dimos cuenta de una deliciosa hamburguesa, sino que también pudimos probar Pöide, una cerveza artesanal elaborada en la propia isla.

Por último, cabe destacar que allí tenéis dos museos: el Museo de Militar de Sorve y el Museo de Historia Natural. Merece la pena especialmente el primero, ya que Saaremaa fue una plaza muy importante durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial.

Acantilados de Ohessaare

No muy lejos del Faro de Sääre están los Acantilados de Ohessaare, donde en tiempos recientes se ha creado un paisaje que hoy en día es muy fotografiado. ¿Habéis visto alguna vez la apestosa y deleznable lacra costumbre que tienen algunos de hacer montañitas de piedras para alterar el paisaje de manera innecesaria? Bueno, pues aquí se ha ido de las manos y hay cientos de montañitas de esas.

Nosotros, como cualquier persona equilibrada, no estamos a favor de modificar el paisaje de esa manera, pero tenemos que reconocer que en Ohessaare encontramos algo fuera de lo común.

Parque Nacional de Vilsandi

El oeste de la isla de Saaremaa, junto con otras cien pequeñas islas más, forma parte del Parque Nacional de Vilsandi. Lo que originariamente era una reserva de aves pasó a ser un Parque Nacional en el año 1979, debido a que este sensible ecosistema es clave para miles de especies de aves migratorias.

Hay un Centro de Recepción de Visitantes mu cerquita de la pequeña aldea de Loona. Allí os informarán sobre las rutas disponibles en ese momento, ya que cambian mucho en función de la época del año. El clima y el ciclo de las aves hacen que algunas zonas vayan abriéndose y restringiéndose.

Kihelkonna

Saaremaa está llena de pequeñas aldeas de no más de 15 habitantes, las cuales normalmente están formadas por unas poquitas casas de madera y poco más. Sin embargo, en uno de estos pequeños pueblos encontramos una construcción que nos encantó: la Iglesia de San Miguel de Kihelkonna. Hablamos de un precioso templo del siglo XIII en el que destacan especialmente su alta torre y el órgano del interior.

Si estáis haciendo el típico circuito circular por la isla os pillará de camino. Aunque se vea en escasos 15 o 20 minutos, os recomendamos encarecidamente el desvío, ya que es una iglesia preciosa.

Molinos de Ninase

Uno de los elementos más característicos de Saaremaa son los molinos de viento. Hay muchísimos repartidos por toda la isla, en una auténtica oda a los oficios tradicionales y el aprovechamiento de los recursos renovables. Entre todos ellos, destacan los Molinos de Ninase, ya que son los más coloridos y particulares de Saaremaa.

Su historia es bastante interesante, ya que tras la industrialización cayeron en desuso y de ahí pasaron a un estado ruinoso. Sin embargo, el marinero y artista local Aleksander Tarvis los restauró y los decoró como si fuesen los gigantes Suur Toll y su mujer Piret, dos personajes muy populares en la mitología de Saaremaa. Lo hizo en el marco de la grabación de un documental, allá por los años 70 del siglo XX.

Acantilados de Panga

A unos 15 o 20 minutos en coche de esos molinos están los Acantilados de Panga, que con sus paredes verticales de hasta 20 metros resultan los acantilados más altos tanto de Saaremaa como de Muhu.

Pasear junto a ellos es una maravilla, con al menos tres terrazas claramente diferenciadas. Toda la zona tiene una duración de unos dos kilómetros y medio, por lo que entre ir y volver se podría hacer una ruta de una hora más o menos.

Molinos de Angla

Antes os decíamos que los Molinos de Ninase son los más populares de la isla, pero hay otro punto a tener en consideración si os interesan este tipo de construcciones. Nos referimos al Angla Windmill Park & Heritage Culture Centre, un espacio en el que se han puesto varios molinos en valor y pueden ser visitados por dentro. El acceso al parque de molinos de Angla cuesta 5€ por persona, aunque la verdad es que desde fuera se ven todos perfectamente.

Cráter de Kaali

En el corazón de Saaremaa está otra de esas visitas que nos parecen imprescindibles. Nos referimos al Cráter de Kaali, un espacio en el que hay registrados hasta nueve cráteres formados por la caída de un meteorito.

El más grande de los cráteres tiene más de 100 metros de diámetro, y se llega hasta él tras un paseíto por el bosque de escasos diez minutos. Se puede hacer una ruta para ver el resto de cráteres, pero el día ya estaba llegando a su fin y tuvimos que dejarlo para otra ocasión.

Se da la circunstancia de que en la mitología finesa hay varios pasajes que podrían describir la caída del meteorito que creó los cráteres de Kaali, lo que convertiría a Saaremaa en la legendaria isla de Thule (mencionada por Pytheas).

Isla de Muhu

Para terminar, no queremos dejar de hacer una mención a la Isla de Muhu. En primer lugar, porque para visitar Saaremaa es imprescindible pasar por ella, ya que el ferry que conecta con Virtsu va a Kuivastu (en Muhu). Pero es que además es un sitio que también merece la pena, pues allí podréis encontrar una bonita mansión, una granja de ostras, un museo y una iglesia, además de unos pequeños acantilados y algunas de las playas más bonitas de la zona.

Transporte

Cómo llegar a Saarema

Para llegar a Saaremaa, la única opción es el ferry. La ida y la vuelta cuesta alrededor de 30€, los barcos salen cada hora y es recomendable reservar los tickets por internet, al menos si vais en fin de semana o en temporada alta. El trayecto dura entre 20 y 30 minutos en función del estado del Mar Báltico.

Si queréis más información sobre el tema, os hemos preparado un artículo hablando de cómo llegar a Saaremaa en ferry. Allí podéis encontrar información de todo tipo, incluyendo hasta la comida que se puede degustar a bordo.

Moverse por la isla

La verdad es que las comunicaciones en Saaremaa nos sorprendieron. Partimos de la base de que realizar esta excursión en transporte público es imposible, ya que algunos lugares no están comunicados y para otros se dependería de la frecuencia de los buses, haciendo imposible verlo todo en un solo día. Sin embargo, teniendo presente que hay que ir en furgoneta o con coche de alquiler, lo cierto es que las carreteras de Saaremaa no están nada mal.

Hay que destacar tanto el estado de las mismas (perfectamente bien conservadas) como sus conexiones, ya que prácticamente todos los puntos están conectados entre sí sin tener que dar grandes rodeos.

Eso sí, no todo son buenas noticias. Saaremaa es una isla enorme, por lo que las distancias en carretera son considerables. En una jornada de un día recorriendo la isla de punta a punta y viendo sus principales puntos de interés os esperarían al menos tres o cuatro horas al volante. Sin embargo, una vez más, insistimos en que el esfuerzo merece (y mucho) la pena.

Los productos de Saaremaa, garantía de calidad

Saaremaa es un lugar que cuida como pocos la calidad de los productos que ofrecen al mundo. Si vais a comprar souvenirs, os recomendamos encarecidamente buscar aquellos que tienen el sello Saaremaa ehtne toode, que viene a ser algo así como Producto Genuino Saaremaa. Esa etiqueta garantiza que el origen del producto o servicio está en el entorno natural de Saaremaa o Muhu, contribuyendo con la economía local.

Por poneros un buen ejemplo de lo que podéis esperar en la isla, nosotros fuimos a Mustjala Mustard, una pequeña fábrica artesanal de mostazas no muy lejos de los Acantilados de Panga. Allí pudimos degustar su producto (incluyendo una mostaza ultrapicante) y traernos unos cuantos botes a España a un precio más que razonable.

Cerveza, miel café, conservas, productos cosméticos… podéis encontrar prácticamente de todo. De hecho, si después de ir a Saaremaa vais a un supermercado en cualquier otro lugar de Estonia, veréis que es muy frecuente encontrar productos con este sello.

Mapa turístico de Saaremaa

Para terminar, aquí os dejamos un mapa con todas las localizaciones que hemos mencionado en este artículo. Esperamos que os sea útil y os ayude a preparar una excursión tan guay como lo fue la nuestra.

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