Visitar la Presa Hoover por libre desde Las Vegas

Icónica y abrumadora, la Presa Hoover (en inglés Hoover Dam) es una de las obras de ingeniería más importantes de Estados Unidos. Pese a que tiene un uso tan práctico como almacenar agua y generar electricidad, lo cierto es que desde su inauguración se ha convertido en un recurso turístico de primer nivel. De hecho, es una de las excursiones más típicas desde Las Vegas, por lo que recibe cada año a más de un millón de visitantes. En este artículo os vamos a contar cómo visitarla por libre.

La presa más famosa de Estados Unidos

La Presa Hoover es uno de los grandes hitos de la ingeniería del siglo XX. Construida entre 1931 y 1936, hablamos de una obra sin precedentes y que cambió para siempre la vida en la costa oeste de Estados Unidos.

Antes de su puesta en marcha, la nieve derretida de las Montañas Rocosas hacía que el río Colorado se desbordase prácticamente cada año. Los americanos hicieron de la necesidad virtud y durante cinco años construyeron esta enorme presa de arco-gravedad. Las cifras hablan por sí solas: 380 metros de longitud, 220 de altura, 220 de anchura…

La Presa Hoover suministra tanto agua como electricidad suficientes para abastecer durante todo el año a los estados de Nevada o Arizona. Es más, tiene excedentes como para prestar servicio también a buena parte del sur de California.

Seguramente sea un lugar que os suene a simple vista. Y es que la industria del cine ha utilizado la Presa Hoover como escenario en muchas producciones de primer nivel: desde la San Andreas de The Rock hasta Transformers, Superman (la de 1978) o Terminator: Dark Fate. Eso por no hablar de su presencia en videojuegos tan legendarios como Fallout: New Vegas, Duke Nukem Forever o Grand Theft Auto: San Andreas.

Cómo es la visita a la Presa Hoover por libre

Cómo llegar

Lo primero que tenéis que saber es que la Presa Hoover está justo en los límites entre Arizona y Nevada, a unos 40 minutos en coche desde Las Vegas. Se llega súper fácil, ya que la presa está señalizada por todas partes. Unas 5 millas antes de llegar podréis echaros a un lado en la carretera y parar en un mirador junto al lago Mead, la enorme masa de agua formada por la presa.

Nada más llegar a la presa tendréis que pasar junto a unas garitas de policía, en las cuales os harán muchas preguntas y revisarán vuestro coche de arriba a abajo. Al fin y al cabo, pensad que estáis en una estructura de importancia máxima para EEUU, por lo que se esmeran en protegerla.

Hay un aparcamiento enorme de varios pisos junto al centro de visitantes. El parking cuesta 10$/día, tanto si dejáis el coche en él como en cualquiera de los pequeños aparcamientos auxiliares. De hecho, os recomendamos empezar por él y luego ir moviéndoos por la carretera, ya que así podréis disfrutar de la presa desde diferentes puntos de vista.

Tipos de visita

Una vez dejéis el coche, tendréis ante vosotros todo lo que la Presa Hoover tiene para ofrecer al viajero. Básicamente se pueden hacer tres tipos de visitas:

  • La «gratuita»: la ponemos entre comillas porque previamente hay que pagar por aparcar. No podréis entrar a nada, pero sí caminar junto al puente de la presa, ver algunos paneles informativos y moveros de un Estado a otro.
  • La visita autoguiada: cuesta 10$ por persona. Da acceso a un pequeño museo sobre la construcción de la presa, a un mirador… y ya. Nos pareció bastante caro para lo poco que ofrecía.
  • Tours guiados: con un coste a partir de 30$ por persona. Hay opciones temáticas, como el Power Plant Tour (protagonizado por la central hidroeléctrica a los pies de la presa) o el Dam Tour (algo más completo, ya que se entra por galerías y túneles).

Nuestra experiencia

A nosotros nos gustó mucho la visita. Es cierto que nos fuimos con la sensación de que es un poco cara (30$ a cambio de aparcar y un pequeño museo es too much), pero aun así repetiríamos. Se trata de una estructura única, la cual pudimos contemplar desde diferentes puntos de vista y sobre la que aprendimos mucho a través de sus diferentes paneles informativos.

La visita más completa incluiría ver la presa desde el puente cercano, recorrerla a pie por arriba y luego hacer uno de los tours que se meten por dentro. También deberíais alejaros un poquito con el coche (avanzando por la carretera hacia los aparcamientos auxiliares) y así poder disfrutar de distintos miradores.

Tardamos más o menos un par de horas en verlo todo, aunque tened en cuenta que hicimos la visita autoguiada. En caso de hacer uno de los tours largos, seguramente hubiésemos empleado toda una mañana o toda una tarde. Eso sí, queríamos ir también al cercano Valley of Fire, así que fuimos a paso ligero.

Por cierto, si estáis haciendo el Pasaporte de los Parques Nacionales de Estados Unidos, os gustará saber que en la Presa Hoover podréis poneros un sello. ¡Se agradece!

¿Merece la pena ir a la Presa Hoover?

¡Sí! ¡Por supuesto que sí! La Presa Hoover es una visita obligada, no solo si se está en los alrededores de Las Vegas sino también en cualquier ruta que se haga por la costa oeste de Estados Unidos. No se parece a nada que haya en la zona, es una obra de ingeniería alucinante y se trata de todo un icono de la cultura pop norteamericana. No os la perdáis.

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