Ruta de un día por Novi Sad y la Fortaleza de Petrovaradin

No lo vamos a negar: fuimos a Serbia de rebote. Estábamos haciendo una ruta por los Balcanes y fuimos al país solo porque pillaba de camino, sin esperar demasiado. Y como no podía ser de otro modo… ¡sorpresa! ¡La mejor decisión que pudimos tomar! El país nos sorprendió de principio a fin, en parte gracias a ciudades tan bonitas como la protagonista de este post: Novi Sad.

Se trata de la segunda ciudad del país, con más de 300.000 habitantes. Aun así, pese a su gran tamaño, tiene un centro histórico muy recogido, perfecto para echarle medio día y disfrutar de su marcado carácter europeo.

Qué ver en Novi Sad

Novi Sad tiene tres grandes atractivos: el casco histórico, el Parque del Danubio y la Fortaleza de Petrovaradin. El primero es la zona vieja propiamente dicha, con toda su arquitectura, su propuesta gastronómica y su animada vida cultural. El parque es una zona verde más que considerable, que resulta visita obligada para locales y viajeros. Por último, al otro lado del puente está la fortaleza: un bastión que a día de hoy aglutina galerías de arte, ofrece buenos restaurantes y permite disfrutar de unas vistas privilegiadas del entorno. Pero vayamos por partes.

El punto de partida para nosotros fue el Teatro Nacional de Serbia, un edificio de 1981 que alberga una institución con más de 150 años de tradición. Desde él, por una coqueta avenida, llegamos a la Plaza de la Libertad.

En ella están algunos de los edificios más importantes de la ciudad, como el Ayuntamiento o la impresionante Catedral de San Jorge de Novi Sad. El templo es tirando a moderno (se inauguró al principio del siglo XX, pero a día de hoy es uno de los símbolos de Novi Sad.

A partir de ahí, la visita es bastante intuitiva. Básicamente consiste en recorrer la avenida principal, que no solo es colorida y está llena de restaurantes, sino que además os dará acceso a un montón de soportales y placitas en los que descubriréis la auténtica esencia de Novi Sad. Por momentos nos recordó a ciudades como Dublín o Edimburgo, con todas esas sorpresas al final de cada callejón.

Al final de la calle está el Parque del Danubio, uno de los parques más bonitos de toda Serbia. Fue constituido como tal en 1895 y desde entonces es punto de reunión para locales y viajeros. Pasear por sus cuatro hectáreas es una gozada, ya que encontraréis más de 600 árboles, 7000 plantas y algunos animales en libertad (fundamentalmente patitos). Lo interesante sin duda es el ambiente.

Novi Sad tiene algo que nos gustó y que se manifestó especialmente en este parque: es una ciudad real. A veces los sitios turísticos parecen más un parque de atracciones que una ciudad, porque están carentes de vida y solo hay tiendas de souvenirs. Novi Sad (y en especial su parque) es todo lo contrario: veréis por todas partes a gente de la ciudad, disfrutando del sitio tan maravilloso en el que viven.

Visitar la Fortaleza de Petrovaradin

Una vez exploréis todo el parque, tenéis dos opciones para ir a la Fortaleza de Petrovaradin: ir andando (cruzando el puente) o coger el coche y aparcar en ella. Ambas son válidas, pero si optáis por andar nadie os quita los 20 minutitos de ida y otros tantos de vuelta.

Cuando se construyó la fortaleza, a finales del siglo XVII, se proyectó como la más grande de toda Europa. Sus 112 hectáreas albergan todo lo que se puede esperar de un recinto defensivo (cientos de huecos para cañones, miles de aspilleras, puertas fortificadas hasta los dientes…) pero también un complejo sistema de galerías bajo tierra de hasta 16 kilómetros de longitud.

Básicamente podéis ir bordeando la fortaleza, disfrutando de los distintos miradores hacia Novi Sad y hacia el Danubio, las vistas son excepcionales.

Además, la fortaleza se ha convertido en un bastión de la cultura emergente, y en diferentes estancias podréis encontrar galerías, tiendas e incluso monumentos al aire libre en los que los artistas de la ciudad plasman sus inquietudes. Un lugar muy bohemio y que supone el broche de oro a una ciudad top. ¡De lo mejorcito de esta zona de Europa!

Dónde aparcar en Novi Sad y Petrovaradin

En la ciudad, lo mejor es que vayáis al parking que está al lado del Teatro Nacional: es barato, está bajo techo y os encontraréis a dos minutos caminando de la plaza principal.

En la fortaleza, entrad sin miedo: dentro de ella hay muchas plazas de aparcamiento gratuitas. Además, atravesar los muros en coche es una experiencia en si misma, realmente merece la pena.

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