Qué ver en Zadar, una ciudad diferente de la costa de Croacia

Digamos una verdad incómoda: muchas ciudades son iguales. Si, mola ir a cada sitio, pero a base de viajar se llega a un punto en el que es difícil encontrar un sitio que sorprenda de verdad. Por eso, cuando llegamos a Zadar, nos quedamos sin palabras. ¡Qué ciudad más guay! Tiene todo lo que nos gusta: cerquita del mar, un montón de edificios chulos, calles en las que perderse, muchas opciones para comer y buenas compritas. En esta guía os vamos a enseñar una ruta de un día por esta ciudad de la costa croata.

Lo primero que hay que decir, sin duda, es que lo mejor de Zadar es que es una ciudad diferente. Tan pronto te encuentras una zona arqueológica enorme como una iglesia de planta circular, pasando por calles estrechísimas o enormes avenidas.

Aparcar en Zadar es relativamente sencillo: todo el centro está rodeado de una zona azul. Se puede dejar el coche por 12 kunas la hora (un euro y medio). El único problema es que hay un límite de tres horas, pero es tiempo más que suficiente para recorrer el centro.

Aunque Zadar está en una pequeña península, no es el típico sitio en el que solo se entre por un sitio. De hecho, buscando rutas en internet vimos que cada cual recomendaba empezar por un sitio. Nosotros no vamos a ser menos y os vamos a proponer empezar por el Foro Romano. Es infinito: de hecho, se trata del más grande de toda Croacia (lo cual es decir mucho, ya que el país está lleno de vestigios de época romana).

El foro se ha convertido en un agradable y animado parque en el que la gente no va únicamente a contemplar ruinas arqueológicas, sino también a reunirse. Resulta poético que 2000 años después tenga una función bastante similar a la que fue fue concebida en origen.

La zona del foro va a parar directamente al precioso paseo marítimo de Zadar. No esperéis el típico sitio casposo en el que hay gente vendiendo cosas y top manta, sino un espacio diáfano en el que el mar se muestra en todo su esplendor. Hay dos sitios que no os podéis perder:

  • El Órgano del Mar (Morske Orgulje): un instrumento musical construido en el año 2005 y que un año después obtuvo el Premio Europeo del Espacio Público Urbano. Se trata de una construcción que ha conseguido aprovechar el empuje del mar para producir un relajante e infinito sonido. Un lugar lleno de paz y que merece la pena visitar. Además, en los días de calor podéis aprovechar para pegaros un bañito en el mar 🙂
  • El Saludo al Sol: 300 placas solares que cambian a lo largo del día y que al atardecer son capaces de mostrar infinitas figuras. Pura magia.

Desde el paseo marítimo nos volvimos a la zona histórica, donde los edificios importantes se cuentan por decenas. A diferencia de lo que haríamos en cualquier otro post, no vamos a ir nombrándolos uno a uno, sino diciéndoos cuales son los que más nos llamaron la atención. Al fin y al cabo, Zadar es un sitio muy asequible, que se puede visitar sin guía alguna: pateando y perdiéndoos por sus calles aparecerá todo lo interesante.

El primer edificio que nos fascinó fue la Catedral de Santa Anastasia, con un estilo entre el románico y el gótico bastante interesante. La visita a su interior es gratuita.

Muy cerquita está la Plaza Narodni, otro de los puntos calientes de la ciudad. Un cruce entre diferentes calles en el que encontraréis la oficina de turismo y un buen puñado de edificios llenos de color. Nos gustó muchísimo su innegable herencia italiana, podría ser una plaza de cualquier ciudad del país vecino.

A dos minutos andando está la Iglesia de San Donato. Es un templo prerrománico del siglo IX, cuyas reducidas dimensiones son inversamente proporcionales a su importancia arquitectónica. Es reflejo de una de las épocas más esplendorosas de Zadar y en su interior hay reliquias y objetos litúrgicos de primer nivel.

No muy lejos de allí está la Plaza de los Cinco Pozos, con la curiosa sucesión de accesos a agua potable que le da nombre. Quizá hoy en día ya no sea tan popular como antaño, pero sigue siendo un sitio por el que merece la pena dejarse caer.

Para terminar, decir que en Zadar también encontraréis playas, pero no son precisamente las más bonitas de Croacia. Aun así, nada puede empañar los infinitos atractivos que tiene esta ciudad. Quizá Split o Dubrovnik tengan más fama, pero Zadar nos parece un sitio imprescindible.

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