Qué ver en Pula, la «pequeña Roma» de la costa de Croacia

Pula es, sin lugar a dudas, uno de los destinos turísticos con más solera de Croacia. Hace ya muchos siglos que viajeros de todo el mundo se acercan a conocer su impresionante anfiteatro romano, el Templo de Augusto o la animada calle Kandlerova. Y es que esta ciudad, con casi 3000 años de antigüedad, ha sabido conservar a las mil maravillas el esplendor alcanzado en tiempos del Imperio Romano.

La visita es sencilla y se hace en unas pocas horas, pero a ratos se puede hacer un poco caótica porque los elementos de interés están un poco dispersos. Para echaros una mano hemos preparado este post, en el que os contamos con detalle como preparar vuestro recorrido por la ciudad.

Ruta de 1 día por Pula

Lo mejor es empezar directamente en el lugar más conocido: el Anfiteatro de Pula o Pula Arena. Es un edificio impresionante: construido en el siglo I antes de Cristo, su estado de conservación hace que pueda rivalizar en belleza sin problemas con otros recinto similares que a priori son más conocidos (como el Coliseo de Roma). Entrar cuesta unos 6€ por persona, pero la verdad es que no os lo recomendamos. Si bordeáis el Anfiteatro podréis ver su interior desde arriba sin pagar ni un céntimo.

Por cierto, aparcamos a pie de Anfiteatro. Es zona de pago, pero se puede solucionar el tema con una app (paydo) en la que puedes pagar y renovar el ticket a través del móvil. Es lo más cómodo y también resulta mucho más barato que los parkings subterráneos de la ciudad.

Desde ese punto fuimos a la animada calle Kandlerova, sin duda un lugar imprescindible. La calle en sí es bastante bonita, aunque lo que la hace especial es su ambiente. Entre sus decenas de tiendas y restaurantes se arremolinan prácticamente todos los viajeros que van a Pula, creando una estampa colorida y sorprendentemente nada agobiante.

Aparte de comprar un recuerdo o comer un helado artesanal, también hay muchos edificios interesantes a lo largo y ancho de esta calle. Quizá el que más destaque sea la Catedral de Pula, con su característica Torre separada del edificio principal.

Catedral de Pula

Recorriendo esta calle llegaréis a la Plaza del Foro, donde se encuentran muchos edificios de interés. También está aquí la Oficina de Turismo, en la cual podéis haceros con un mapita para recorrer la ciudad o informaros sobre actividades que realizar en ella.

En esta preciosa plaza están también el Ayuntamiento de Pula y el curiosísimo Templo de Augusto, que pese a ser súper estrecho es realmente bonito.

Ayuntamiento de Pula
Templo de Augusto

Si se sigue hacia adelante hay algunas calles bonitas, pero poco a poco la ciudad se va degradando hasta convertirse en un lugar que roza la inseguridad. Esa «frontera» la marca el Arco de los Sergios, un arco triunfal de finales del siglo I a. C. como pocos quedan en Europa. Ha sido fuente de inspiración para muchos artistas: los locales dicen, con orgullo, que sirvió para disparar la imaginación de Miguel Ángel en muchas de sus obras.

No os alejéis mucho del centro: es bonito, pero se ve un rollo un poco complicado. De hecho, nosotros subimos hasta el Castillo de Pula y ya no tenía nada que ver. Su estado ruinoso (sobretodo de los alrededores) poco tenía que ver con lo que habíamos visto hasta ese punto.

Aunque ese trocito no fue lo mejor de la ciudad, el ánimo no decayó y terminamos nuestro recorrido (ya de camino al coche) asomándonos hacia el puerto, que también merece la pena pasear por allí.

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