Qué ver en Sofía: ruta de un día por la capital de Bulgaria

Como para la mayor parte de los viajeros, Sofía fue nuestra puerta de entrada y salida para una escapada a Bulgaria. A la ida únicamente recogimos el coche de alquiler, pero a la vuelta nos reservamos un día entero para poder conocer la capital del país. Fue todo un acierto, ya que esperábamos un sitio bastante gris pero encontramos todo lo contrario: una ciudad palpitante, con mucho que ver y que apuesta claramente por la modernidad. Toda esa fascinación se resume en este post en el que os enseñamos qué ver en Sofía, con un montón de información práctica para ayudar a futuros viajeros.

Introducción a la capital de Bulgaria

Poco o nada sabíamos de Sofía antes de ir a visitarla. Cuando empezamos a buscar información, vimos que es una ciudad grande: casi un millón y medio de habitantes, lo que la convierte en la 14 más grande de la Unión Europea. Es un lugar antiguo, cuyos primeros pobladores datan del siglo VIII antes de Cristo. Y eso, si se saben conservar las raíces (como es el caso) siempre asegura mucho que ver.

Por Sofía han pasado diferentes pueblos: tracios, los macedonios de Filipo y Alejandro Magno, el Imperio Romano, el Imperio Bizantino, el Imperio Otomano, Rusia… Todo ello intercalado por diferentes momentos de auge cultural en los que no dependían de ningún otro lugar, sino que ellos eran la potencia de la zona. Por ejemplo, por el Primer Imperio Búlgaro (siglo VII) o por el Segundo Imperio Búlgaro (siglo XII).

A día de hoy, Sofía es el auténtico eje cultural, social y económico de Bulgaria. En la ciudad convive gente venida de todas partes del país, ha sabido orientarse a los nuevos tiempos y se presenta al mundo como una de las urbes más modernas de Europa del Este. La entrada en la UE en 2007 y la llegada de un montón de compañías low cost han hecho que el destino se abra a los jóvenes de todo el continente, siendo uno de los destinos más visitados de los últimos años.

12 cosas que ver en Sofía

Hechas las presentaciones, vamos a contaros las 12 visitas imprescindibles que no pueden faltar en ninguna ruta de un día por Sofía. Ojo, la ciudad tiene mucho que ofrecer, tanto que dedicarle dos días no sería ninguna tontería. Pero nosotros estuvimos solo un día y esto fue lo que nos dio tiempo a ver:

Galería de Arte Nacional

Para nosotros fue la primera parada, aunque si somos sinceros lo fue no porque fuésemos con la idea de visitarla sino porque en sus alrededores hay mucha zona azul en la que poder dejar el coche por un par de euros la hora. En cualquier caso, la Galería de Arte Nacional de Bulgaria bien merece una visita tanto por dentro como por fuera. Ocupa el antiguo Palacio Real desde 1946 (tras abolir la monarquía búlgara) y en su interior hay hasta 50000 piezas de los principales artistas del país.

Iglesia Rusa (San Nicolás el Milagroso)

Muy cerquita está la Iglesia de San Nicolás el Milagroso, conocida también como la Iglesia Rusa por ser un templo ortodoxo ruso. En el lugar había una mezquita, pero a finales del siglo XIX (cuando los rusos echaron a los otomanos de Sofía) fue demolida y en su lugar se hizo un templo para la comunidad rusa.

Es un edificio tirando a pequeño, pero la verdad es que es precioso y está lleno de color. Se inspira en las iglesias de Moscú del siglo XVII, con sus características cúpulas doradas en forma de bulbo. En internet no veréis muchas fotos del interior ya que no dejan hacerlas, pero la entrada es gratuita y abre desde las 7:30 hasta las 18:00 todos los días del año.

Catedral de Alejandro Nevski

También a poca distancia de allí está la Catedral de Alejandro Nevski, que sin duda es el edificio más destacado de la capital (y posiblemente de todo el país). Se trata de una enorme iglesia bizantina construida entre finales del XIX y principios del XX, siendo la segunda más grande de todos los Balcanes (solo superada por San Sava en Belgrado).

Es un edificio impresionante, da igual desde dónde se le contemple. Con mucho acierto supieron dejarlo alejado de edificios, así que resulta impresionante ver cómo levanta semejante mole desde el suelo.

También abre en las horas centrales del día (de 7:00 a 18:00 en este caso) y la entrada es gratuita, aunque por visitar la cripta os cobrarán 6 levs.

Iglesia de Hagia Sofía

Está tapada por algunos árboles, pero que no pase desapercibida la cercana Iglesia de Hagia Sofía. Fue la que le dio nombre a la ciudad en el siglo XIV, aunque el edificio llevaba por aquel entonces más de 1000 años en pie. Es un lugar imprescindible por ser uno de los mejores ejemplos de arquitectura paleocristiana que se conservar a nivel mundial.

También merece la pena acercarse hasta aquí porque en el exterior está el Monumento al Soldado Desconocido, una llama eterna que rinde homenaje a los soldados búlgaros anónimos caídos en las diferentes guerras.

Museo Arqueológico

Hemos empezado diciendo que por Sofía pasaron tracios, romanos, otomanos y muchos imperios más. Por tanto, a nadie debería sorprenderle que el Museo Arqueológico Nacional sea una de las instituciones más importantes del este de Europa en esta materia. Es un museo con solera, pues abrió sus puertas en 1905, y a día de hoy destaca por sus tesoros tracios, sepulcros romanos e iconos medievales. Tiene algunas piezas que se estudian en las facultades de Historia y Arte de todo el mundo, como la máscara funeraria de Shipka o el Jinete Tracio.

El Largo (Consejo de Ministros, Casa Presidencial e Iglesia de Sveti Georgi)

Vamos ahora a hablar de otro de los edificios que nos dejaron sin palabras en Sofía: El Largo. Detrás de ese descriptivo nombre se esconde un conjunto de tres edificios construido en los años 50 del siglo XX para ser el nuevo centro representativo de la ciudad, habiendo quedado como uno de los mejores ejemplos de arquitectura estalinista de toda Europa.

Está partido en tres. En el medio se encuentra la Casa del Partido, que a día de hoy tiene oficinas de la Asamblea Nacional de Bulgaria. Sus columnas son impresionantes y su fachada recuerda a la de los edificios más brutales de Moscú.

A un lado tiene un edificio que alberga el Consejo de Ministros de Bulgaria… y unos grandes almacenes (TZUM), que no debéis perderos si os va el shopping. Pura poesía del capitalismo, la verdad. Al otro lado tiene otro edificio, que en este caso alberga la Casa del Presidente de Bulgaria, el Ministerio de Educación y un hotel de lujo.

Sin embargo, más allá de la arquitectura soviética, lo realmente interesante está en su interior. El patio central es visible (gratis y a cualquier hora del día) y en él está la Iglesia de San Jorge (Sveti Georgi), un templo de ladrillo rojo del siglo IV. Es un templo rotonda o circular, en cuyo interior hay unos frescos preciosos. Se trata de uno de los edificios más queridos de Sofía por los búlgaros.

Iglesia de Sveta Petka Samardzhiiska

Resistiendo como buenamente puede al paso del tiempo está la pequeña y coqueta Iglesia de Sveta Petka Samardzhiiska, un templo del siglo XI que llama la atención por las piedras de colores de la fachada. Está en la parte baja de una enorme avenida y en su interior encontraréis pinturas de entre los siglos XIV y XIX.

Conjunto arqueológico de la antigua Serdica

Una de las principales muestras de la herencia tracia de la ciudad son las ruinas de Serdica. Aunque la ciudad fue destruida en el siglo IV por los hunos, a principios del siglo XXI se descubrieron estos vestigios durante la construcción de un hotel. Se convirtieron así en un atractivo más de la ciudad, pues los excavaron y pusieron en valor. Son un lugar bastante animado, ya que hay bancos en los alrededores y suele haber gente a cualquier hora del día.

Mezquita Banya Bashi

No hay mejor edificio que refleje los siglos de ocupación otomana en Bulgaria que la impresionante Mezquita Banya Bashi. Fue construida durante el siglo XVI en una zona de aguas termales (de ahí su nombre, que significa literalmente «muchos baños»). Tiene un alminar enorme y a día de hoy es la única mezquita en funcionamiento de la ciudad, por lo que veréis un gran trasiego de miembros de la comunidad musulmana de Sofía en las horas del rezo.

Museo Regional de Sofía

En la zona está también el Museo Regional de Sofía, que ocupa unos antiguos baños termales. Aunque la temática del museo quizá no sea la más interesante para el viajero medio, la entrada es muy económica (2 levs por persona). En cualquier caso, merece la pena pasarse para contemplar la impresionante fachada del edificio y el bonito parque que hay justo enfrente.

Mercado Central

Inaugurado en 1911 (y reinaugurado en el año 2000 tras más de una década de obras), este estupendo mercado es una parada imprescindible para el viajero. Quizá no sea el edificio más monumental de la ciudad, pero en su interior encontraréis una excelente aproximación a la gastronomía y el día a día de Bulgaria. Sus más de cien puestos ofrecen todo tipo de productos como verduras frescas, pescados o carnes traídas de todo el país.

Mención aparte merece la zona de comidas preparadas. Hay varios puestos en los que poder comprar comida tradicional a un precio excelente. Nosotros aprovechamos que estábamos ahí a la hora de la comida y por el equivalente a 5€ nos hicimos con unos platos riquísimos que devoramos en el parque de al lado (junto a oficinistas y paisanos varios que estaban haciendo justo lo mismo).

Sinagoga de Sofía

Para terminar, que nadie se vaya de Sofía sin visitar la enorme Sinagoga. Inaugurada en 1909, es la tercera más grande de Europa. Más allá de aspectos monumentales (como su famoso y enorme candelabro de casi dos toneladas), en su interior encontraréis el Museo Judío de Historia, centrado en el recorrido histórico de los judíos en Bulgaria, el Holocausto y su realidad posterior.

Es el broche de oro para la visita a una ciudad que, como ya hemos dicho a lo largo de todos estos párrafos, nos gustó muchísimo más de lo que esperábamos.

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