Orós Bajo es un pueblo presente en la rutas más típicas por los Pirineos aragoneses, aunque no tanto por su patrimonio arquitectónico sino por albergar unas excepcionales cascadas. Esos saltos de agua traen año tras a año a miles de viajeros, que acuden ante la posibilidad de contemplar uno de los espacios naturales más bonitos de la zona. Sin embargo, no tantos aprovechan la visita para recorrer el propio pueblo… ¡y es una pena! Puede que Orós Bajo sea un sitio chiquitito, pero en sus calles encontraréis una preciosa iglesia y unas casas de piedra que también merecen la pena. En este artículo os vamos a enseñar qué ver en el pueblo de Orós Bajo, un lugar mágico a la sombra de sus cascadas.
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Tranquilidad a orillas del Río Gállego
A menudo hablamos de pueblos en los que el tiempo parece haberse detenido. Valoramos mucho la vida tranquila de los pueblos, en contraposición con la asquerosamente agobiante rutina que seguimos en la ciudad. Y, sin lugar a dudas, en Orós Bajo encontramos esa pausa necesaria para tomar oxígeno que tanto nos gusta.
El pueblo cuenta con apenas 20 habitantes. Son muchos más en verano, sí, pero durante el resto del año no son tantos los que soportan los rigores de esta zona del Alto Gállego. Sin embargo, nos dio la sensación de ser un pueblo lleno de vida: con todas sus calles en perfecto estado de revista, con una fuente y con diversos paneles explicativos.
Seguramente hayáis llegado al lugar queriendo visitar las cascadas, algo que siempre es buena idea. Sin embargo, no podéis cometer la torpeza de iros de allí sin dar un paseíto por el pueblo. Orós Bajo se ve en un suspiro, pero la experiencia es tan enaltecedora que seguramente la recordéis como una de las más auténticas de vuestro viaje a los Pirineos.
Por poner una pega, nos parece un lugar que se ha pasado un poco regulando la actividad de los turistas. Por doquier encontramos carteles llenos de prohibiciones, hasta un punto en el que resultaban hostiles: prohibido aparcar a partir de las 20:00, prohibido hacer picnics, prohibido perros… Entendemos que hay mucho descerebrado y que si han llegado a ese punto es porque algún turista no se ha comportado bien, pero hay que encontrar el equilibrio.
Turismo en Orós Bajo
Iglesia Parroquial de Santa Eulalia
El principal edificio de Orós Bajo es su espectacular Iglesia Parroquial de San Eulalia, un templo cuya construcción parece haber ocurrido en el primer cuarto del siglo XI. Si os gusta el arte mozárabe, no podéis dejar de visitar la Iglesia de San Eulalia. Le ocurre un poco como al pueblo: sus dimensiones son reducidas, pero tiene mucha magia.
Santa Eulalia forma parte de las Iglesias de Serrablo, un conjunto de hasta 14 edificios repartidos por la zona. Todos los templos comparten unas mismas características arquitectónicas y se puede hacer una ruta por todas ellas.
No podéis iros de allí sin echar un ojo al pequeño cementerio que precede a la iglesia. Es sencillo, pero perfecto para hacerse una idea de cómo han sido, son y serán los camposantos de esta zona de los Pirineos.
Arquitectura popular
Orós Bajo es un conjunto arquitectónico pirenaico de manual. Como ya hemos dicho por activa y por pasiva, el pueblo es muy pequeño, pero en sus calles encontraréis magníficas casas de piedra que se llevan construyendo prácticamente igual desde hace mil años.
El paseo no os llevará ni media hora, ya que son tres calles, pero la tranquilidad y la autenticidad de las mismas están fuera de toda duda. De verdad, merece la pena.
Cascadas
Por supuesto, no puede faltar una referencia a las Cascadas de Orós Bajo. Son el principal atractivo turístico del pueblo, así que tenéis que ir a ellas antes o después de visitarlo. Estamos seguros de que os encantarán.